‘Amá’ Oscuridad divina
La Oscuridad divina no significa algo físico, sino metafísico, es la Oscuridad plena de toda luz, donde no se ve Luz por opacación de las miradas, son los grados de la Luz o de la Presencia. Inclusive, dentro mismo del ser existen distintos grados de luz a los que el ser no tiene acceso. Por lo tanto, no hay oscuridad en el sentido de la ausencia total de luz, porque es imposible que no haya Luz. Pero el Sí Mismo Exaltado puede otorgar a los particulares los grados de visión que les permitan acceder a aquellos niveles que les estaban vedados.
Dice una tradición del Imam Yá’far Al-Sádiq sobre el Mi’ráy: “Siguió diciendo el Mensajero de Allah (BPD): “Y vi en el séptimo cielo ríos de luz que brillaban, cuyo resplandor enceguecía la visión, y había ríos de tinieblas, y ríos de hielo, que atronaban. Cada vez que yo me estremecía o tenía miedo, y veía algo tremendo, recurría a Gabriel, quien me decía: ‘¡Albríciate, Muhammad! (es decir recibe las buenas nuevas), y agradece la Gracia de tu Señor, y agradece a Allah por lo que hizo contigo’… Dijo Gabriel (P.): ‘¡Muhammad! ¿Consideras grande lo que has visto? Es solamente creación de lo que creó tu Señor: ¡Cómo entonces no te sorprenderías ante el Creador de las criaturas que has visto, y las que no has visto todavía, mayores a estas! Y todas son criaturas de tu Señor. Entre Allah y su creación hay 70.000 velos, y las más cercanas de las criaturas a Allah soy yo e Israfel, y entre nosotros y Él hay cuatro velos, uno de luz, uno de tinieblas, otro de nubes (o neblina), y otro de agua’.” (…) Dijo el Mensajero de Allah (B.P.): “Cuando yo entré en el Paraíso me sobrecogí y pregunté a Gabriel sobre aquellos ríos, y lo tremendo y lo maravilloso que allí había, y me respondió: ‘Son pabellones o tiendas de los velos con que Allah Bendito y Exaltado sea, se ha cubierto. Si no fuera por estos velos, sería aniquilado por la luz del Trono todo lo que existe”.
En la fuente sunnita Perlas esparcidas, de parte de varias obras de tradiciones, uno de los compañeros del Profeta (BPDyC) relata: “Pregunté: ‘¡Mensajero de Allah! ¿Dónde estaba nuestro Señor antes de crear Su creación?’ Respondió: ‘Estaba en una oscuridad (`amá’, niebla) debajo de la cual era vacío y encima de la cual era vacío, y creó Su Trono sobre el agua’”
Cierta vez estando Mohieddin Ibn Al-Arabí en el actual Marruecos, por entonces gobernada por los Almohades, el año 597 de la Hégira, tuvo una visión espiritual. Al respecto narra que su visión consistió en ver un trono: “Allah dispuso que dicho trono tuviera patas de luz, no sé cuantas, pero yo las vi. Su luz se asemeja al relámpago, pero a pesar de ello vi que [el trono] tenía una oscuridad, cuyo sosiego no se puede dimensionar. Tal oscuridad está en lo profundo de ese trono…”
El vínculo entre el Primer Manifestado o Muhámmad Metafísico y el Sí Mismo divino es oculto, indefinible, incomprensible, inefable, sobre lo cual es imposible teorizar.
Dijo el Mensajero de Allah (BPDyC): “‘¡Señor mío! Tú has dado a tus Profetas noblezas y gracias ¡danos de ellas!’. Respondió Allah: ‘Te las he dado. Entre las que te he dado hay dos palabras que descienden desde debajo de Mi Trono: No hay Poder ni Fuerza sino en Allah. No tengo refugio de Ti, en otro que Tú”. Siguió narrando el Profeta: “Y los ángeles me enseñaron algo para decir cuando amanezco y cuando atardezco: ‘¡Señor mío! Mi oscuridad ha amanecido pidiendo la protección de tu Compasividad, y mi pecado ha amanecido pidiendo la protección de tu Indulgencia, y mi debilidad ha amanecido pidiendo la protección de tu Poder, y mi indigencia ha amanecido pidiendo la protección de tu Perdón, y mi rostro perecedero ha amanecido pidiendo la protección de tu Rostro Eterno que no perece’. Y todo esto yo lo digo cuando atardece (o cuando me despierto)”.