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Muqtadir Predestinador Determinador

Muqtadir es el participio activo que se aplica al que tiene el poder o la posibilidad de concretar un acto o realizar una acción. Por eso se menciona así de Allah, pues Él determina todos los asuntos, inclusive la predestinación de los seres. 

Existen dos términos en árabe que se refieren a la predestinación o predeterminación divina que son al-qádar y al-qadá’ Traducimos el primero como “predestinación”, y el segundo como “determinación divina”, y a pesar de que parecen sinónimos son distintos y complementarios. La predestinación (al-qádar, que a veces llamamos también “predeterminación”) corresponde al Querer de Allah (al-mashí´ah), y es como la idea antes de la concreción, y la determinación (al-qadá’) es la concreción misma (en el Sagrado Corán se cita al Querer como al-mashí´ah, y a la concreción como al-irádah o voluntad). 

Dijo el Profeta (BPDyC): “No se contrapone a la determinación divina (al-qadá’) más que la súplica” (T, II, p.d 41) La tradición anterior se refiere a que la súplica puede modificar al-qadá’ o determinación, la concreción de lo predestinado, pero no se dice que pueda anular la predestinación misma (al-qádar) Esta última es necesaria pues constituye las condiciones de la realidad, mientras que la concreción puede variar porque constituye las diversas modalidades de la concreción de la realidad. Para dar un ejemplo, es imposible que no exista un plano o idea general para la construcción de un edificio, lo mismo que son imprescindibles un predio con determinadas características, los materiales de construcción, el trabajo de edificación, el conocimiento respectivo, etc. Todo ello es esencial. Pero la distribución de la edificación, el tipo, color y diseño de los componentes que la constituyen, etc., son variables. Del mismo modo la predestinación debe existir (al-qádar), pero la determinación o concreción puede variar (al-qadá’).

Existen dos opiniones acerca del cambio de la predestinación, una en la que son más firmes las escuelas sunnitas que sostienen que una vez predestinado algo, Allah no lo cambia. Por otro lado, la opinión imamita, sostiene que el Poder divino es irrestricto, y el Sagrado Corán dice:  Allah abroga lo que Él quiere, o [lo] confirma. Y Él posee la matriz del Libro [la realidad esencial de los signos] (13:39) También sobre el cambio de predestinación dice: Por cierto que Allah no cambia la situación de un pueblo hasta que este cambie lo que tiene en sus almas, y cuando Allah desea el mal de un pueblo no habrá qué lo repela, y no tendrán fuera de Él defensor alguno (13:11). Este último versículo es muy claro sobre que Allah “cambia” cualquier cosa que quiera. 

La predestinación se vincula al grado y la jerarquía del ente, y a otros aspectos particulares del ser creado, derivados de su grado y jerarquía, asuntos profundamente metafísicos, como los de la libertad y del destino espiritual. Este último es el resultado que el ser creado alcanza en su plano, dentro de las condiciones de su predestinación, lo cual determinará su éxito o su fracaso en el Retorno.

Otros aspectos importantes de la predestinación son el fin y la meta. Fin es el logro, en el plano de la Creación, de aquello que el ser creado debería lograr, y se vincula al éxito y al fracaso. La concreción del grado y la jerarquía es algo dinámico en aquel plano, el ser creado debería alcanzar determinado nivel en él, y ello determina el resultado de su existencia. Por su parte, la meta es el punto inicial y original de su periplo, algo propiamente metafísico, el estado o categoría que alcanza en su Retorno.                        

Cuando Allah determina una cosa no debe compararse con la forma en que sus criaturas determinan y actúan: “Pregunté al Imam Ali Rida (P): ‘Infórmame acerca de la Voluntad (al-irádah), en Allah y en la criatura.’ Respondió: ‘La voluntad en la criatura, es la conciencia (propósito o determinación, ad-damír), y lo que se manifiesta luego de ello en la acción (al-fi’lu). Pero en cuanto a Allah, exaltado sea, Su Voluntad es lo que manifiesta (produce, hace, realiza, ihdázu), no otra cosa, porque Él no considera (sopesa, iurauui), ni se propone (determina, iahimmu), ni reflexiona (medita, iatafakkaru). Estos atributos son incompatibles en Él, siendo atributos de la criatura. La Voluntad de Allah, entonces, es la Acción (el acto, al-fi’lu), no otra cosa que esto. Le ordena (a algo): ‘¡Sea!’, y es (kun faiakun), sin palabra, ni proferir (nada) con la lengua, ni determinación (himmah), ni reflexión (tafakkur), ni cómo (kaifa) para ello, como no hay para Él un cómo’”.

Cuando una posibilidad se concreta, aunque sea en grado, se limita a sí misma, porque la concreción establece el límite. ¿Y qué es la concreción?: La Determinación divina para que algo sea lo que es, y no otra cosa. ¿Y qué compone esa Determinación?: La suma de posibilidades manifestadas, presentes en el Primer Manifestado, cuando esas posibilidades adquieren realidad-real. Entonces se limitan a sí mismas, puesto que son de suyo finitas. Sólo es Infinito Allah, pero en ellas está presente el Infinito. ¿Cómo comprender el finito en el Infinito?: cuando os concretáis, pasáis de infinitos a finitos, y la concreción no es otra que la presencia particular de la Infinitud divina, que se oculta en una esfera de luz, como punto del corazón, y desde allí se recubre con algo heterogéneo e inferior a ella, que lo plenifica, puesto que no sería posible la multiplicidad de particulares sino por el desborde de Amor de lo Particular. Y sólo así se entiende y justifica, sólo por el desborde y la Omnipresencia divina. ¡Y qué extraordinaria la concreción de la posibilidad divina! (TI L2:V) 

Si Allah determina algo debemos aceptarlo, porque de Allah solo proviene el bien: en Perlas esparcidas se cuenta que Ibn Abbás dijo: “Iba como acompañante de montura del Mensajero de Allah (BPD) y me dijo: ‘¡Ibn Abbás!, ¡Confórmate con lo que Allah determinó, aún cuando fuera lo contrario a tus deseos! Esto sin duda es confirmado por el Libro de Allah’. Pregunté: ‘¡Mensajero de Allah! ¿Dónde está eso, pues yo he leído el Corán…?’. Respondió: ‘Quizás detestéis algo y ello sea bueno para vosotros, y quizás gustéis de algo que sea malo para vosotros. Allah conoce y vosotros no conocéis ” SC 2:216 (T, II, p. 188).

Como hemos dicho antes no se contrapone a la Determinación divina más que la súplica, que puede “modificar” de algún modo su concreción y de ahí su importancia. En la fuente Al-Ma`áni, de parte de Abu Said Al-Judrí, con él sea la Complacencia de Allah, se transmite que el Profeta expresó: “Si rogáis a Allah, ¡suplicadle para mí el vínculo (al-Uasílah) !” Entonces le preguntamos al Profeta (BPDyC) por ello, y nos respondió: ‘Es mi grado en el Paraíso… ’” (T, V, p. 334) Podríamos preguntarnos que si dicha categoría le fue otorgada al Profeta (BPDyC), ¿por qué él solicita que la roguemos para él? No es porque necesite que le sea asegurada, por temor a que Allah se la quite, porque los dones espirituales que Allah otorga no los revoca. Su Conocimiento y Determinación, Exaltado sea, no fallan, y son definitivos, y lo que Él concede es debido a Su Sabiduría. Su Providencia y Bondad permiten a Sus siervos conservar permanentemente lo que les otorgó. Él no necesita recuperar algo que dio, porque es de suyo Opulentísimo, Perfectísimo. El sentido de la solicitud del Profeta (BPDyC) es que los que ruegan por él se beneficien a sí mismos, como dice la muy conocida tradición: “El que me bendice una vez, Allah lo bendice diez”, siendo él (BPDyC) la Misericordia para los seres. Allah dice: Y si Mis siervos te preguntaran por Mi [diles Profeta] que estoy próximo [a ellos] Respondo al ruego del que implora cuando [Me] suplica (2:186) Y comprometiéndose a la respuesta dice: ¡Suplicadme que os responderé! (40:60) Ordena la súplica porque es un bien para Sus siervos, que los obliga a elevarse hacia Él. 

Entre las máximas categorías del Profeta(BPD) se encuentra la Intercesión, Al-Shafá`ah, que supone una mediación, un ruego de la Misericordia, porque el Profeta es… con los creyentes compasivo, misericordioso (9:128), dos Atributos de Allah, exaltado sea, referidos por el Sagrado Corán al Profeta (BPDyC) En el más allá se plenifica su Misericordia, y su Intercesión es como el retorno de todos los seres a su condición más elevada en el mundo metafísico, a la plenitud de la Primera Manifestación, envueltos por la Misericordia de Muhámmad (BPDyC) El que ruega por la Intercesión del Profeta (BPDyC) adquiere un reflejo de su perfección, de su exaltación, de sus atributos, de su poder, pero solamente a través del amor. Esa unidad con el Profeta (BPDyC) es Al-Shafá`ah. Si alguien cumple la oración y no ama al Profeta (BPDyC), ¿cómo pretende lograr la elevación, y para qué se empeña en ese esfuerzo? Es como el que trabaja como jugando, pero en serio uno debe trabajar por la remuneración.

Sobre el amor al Profeta (BPDyC) y a su Descendencia, Mohíeddín Ibn Al-Arabí en su Tafsír, al interpretar el versículo que dice: Di [Profeta]: “No os pido por ello [la transmisión del Sagrado Corán] recompensa alguna, sino el amor a mis parientes [Fátima, Alí, Al-Hásan y Al-Husain]” (42:23), dice: “Como expresó el Profeta (BPDyC): ‘La persona será reunida [en el más allá] con el que ama’… Ellos [los antes mencionados] son la Gente de la Casa de la Profecía, los veneros de la Uiláiah y la Nobleza, amados desde la Providencia Primera [antes de la Creación], educados para el Lugar Más Elevado. Así pues, no los amará sino el que ame a Allah y a Su Mensajero, y a quien Allah y Su Mensajero aman. Y si ellos no hubiesen sido amados por Allah desde el Principio, no los habría amado el Mensajero de Allah en la forma particular… Y expresó [el Profeta (BPDyC)]: ‘El que muere amando a la Descendencia de Muhámmad muere indultado. ¿Acaso el que muera amando a la Descendencia de Muhámmad no morirá mártir, completo en su fe? ¿Acaso al que muera amando a la Descendencia de Muhámmad el ángel de la muerte no le dará la buena nueva del Paraíso, y luego lo harán Múnkir y Nakír [los dos ángeles del interrogatorio en la tumba]? ¿Acaso al que muera en el amor a la Descendencia de Muhámmad no le será abierta en su tumba dos puertas hacia Él Paraíso? ¿Acaso al que muera en el amor a la Descendencia de Muhámmad no hará Allah que su tumba sea lugar de visita de los ángeles de la Misericordia? ¿Acaso el que muera en el amor a la Descendencia de Muhámmad no morirá en la Súnnah y la Yamá`ah [en la práctica del Profeta, y en la comunidad de los fieles]? ¿Y acaso el que muera odiando a la Descendencia de Muhammad, no será traído el Día de la Resurrección con una inscripción entre sus dos ojos que diga ‘desconfió y desesperó de la Misericordia de Allah’? El que muera en el odio a la Descendencia de Muhámmad morirá impío. Y el que muera odiando a la Descendencia de Muhámmad nunca percibirá el aroma del Paraíso’”…Porque tal amor sólo procede de la pureza de la posibilidad espiritual, de la perduración de la realidad original humana [la naturaleza pura], y esto implica la prosperidad espiritual con el buen seguimiento, y obtener la guía para alcanzar la categoría de la contemplación. Así los que lo hacen serán de la gente de la Uiláiah, y serán reunidos con ellos [la Casa Profética] el Día de la Resurrección”

© Textos del Sheij Alí Al-Husainí recopilados por Aiman Fradkin y Hasan Gomez, editados por Bashir Gomez

 

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