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Raqíb Examinador, El que observa a sus siervos *Uakíl Encargado *Hafizh Protector, Custodio *Muháimin Guardián

Al-Raqíb proviene de la raíz verbal “ráqaba”, “vigilar”, “inspeccionar”, “observar con atención”. Tiene como sustantivo de acción a la palabra “muráqabah”, “vigilancia”, “observación divina”, que es uno de los grados más elevados de la vida espiritual. Cuando el hombre encuentra que Allah lo está cuidando en todo momento, que es su Compañero, alcanza entonces el grado de la intimidad, del Recuerdo permanente de Allah, y es entonces de Sus Amigos. 

Al-Raqíb examina y vigila, preserva y cuida a Sus siervos, no teniendo esto un sentido coercitivo, de castigo, sino de Benevolencia y Guía divinas, para alcanzar el bien en este mundo y en el otro. Dice el Sagrado Corán: Por cierto que Allah es vuestro Veedor (4:1) 

La tradición del Profeta (BPD) expresa: “Adora a Allah como si le vieras, pues si tú no le ves en absoluto, Él te ve” (MIK, I, p. 355) “Veedor”, Al-Raqíb, proviene de la misma raíz que nombra el “cuello” o “cogote”, al-ráqbu, pues el que vigila seguramente debe alargar su cuello para mirar a lo lejos.

Allah ve a Su siervo en todo momento, y existe un bello ejemplo del sabio espiritual Al-Yunáid con sus discípulos, cuando envió a algunos de ellos a que cada cual matara un pájaro donde nadie lo viera. Todos volvieron y dijeron que habían cumplido la orden, menos uno que volvió con el pájaro vivo. Los otros se rieron de él, pero Al-Yunáid dijo: “Él no encontró ningún lugar donde Allah no lo viera”. Esto es parecido también al caso de un rey cristiano del Yemen, llamado Ábraha, que atacó Meca queriendo destruir el templo de la Ka’bah, para que la gente se dirigiera en peregrinación solamente hacia un templo que él había hecho construir en Saná, al sur de Arabia. Después de recibir el castigo divino, y que sus tropas fueran diezmadas por los pájaros de Ababíl, que arrojaron piedrecillas llamadas de Síyyil (105:1-5), que al tocar a la persona y a su montura las desintegraban, este rey escapó sólo y de a pie, y se ocultó contra el castigo entre unas peñas. Entonces un beduino le preguntó: “¿Qué haces allí?”, y Ábraha respondió: “Estoy ocultándome de Allah”. Y el beduino replicó: “¿Es que acaso no sabes que el Ojo de Allah está sobre ti donde te encuentres?”

Allah es Informadísimo, porque conoce al detalle cada átomo, cada partícula mínima de la Creación. Poderosísimo, Conocentísimo, Oyentísimo, Videntísimo, porque está presente en toda Su Creación. 

Existen otros nombres que tienen similitud con Raqib y que coadyuvan a su realización: Uakil, Hafízh y Muháimin. Dice el Sagrado Corán: ¡Tal es Allah, Señor vuestro! ¡No hay Divino más que Él, Creador de toda cosa, adoradle pues, ya que es el Custodio (Uakíl) de todo! (6:102) Nos basta Allah y Él es el mejor de los Custodios! (Uakíl) (3:173) Aunque si ellos rehusaran, sabed que Allah es vuestro Protector (Uakil)¡Qué excelente Amigo y qué excelente Socorredor!  (8:40) 

 Uakíl, “Custodio”, es el que administra los asuntos de alguien en su lugar, reemplazándolo o suplantándolo. Es al que uno encomienda sus asuntos, pues tiene poder para realizar el bien que uno desea, mejor aún que uno mismo, ya que conoce su tarea, y tiene los medios necesarios para realizarla. Cuida los intereses, los bienes y la persona de uno, su bienestar. Además, indica la confianza que le tiene quien se encomienda a él con conocimiento y de propia voluntad, y le encarga sus asuntos. Elige a su uakíl, custodio o encargado, sin ninguna coerción  contraria a su voluntad.

Uakíl tiene una significación cercana a “ualí”, “el que cuida y provee todo lo que necesita quien se encuentra a su cargo”, pero en este último caso no se supone una elección de propia voluntad de tal ualí, sino una predestinación divina. Dice otro versículo: Al que se encomienda a Allah [como Uakíl], Él le bastará, porque Allah concreta Su mandato (65:3) ”Le bastará” implica la satisfacción total con lo que uno ha logrado, y también significa renunciar a cualquier otra cosa, pues toda otra es superflua, innecesaria, una vez obtenido aquello.

Uakíl se aplica más a Allah en el sentido que es en definitiva quien juzga a la persona bajo su custodia: Y ellos declaran: “¡Obediencia!”, pero cuando egresan de lo de ti un sector de ellos tergiversa por la noche lo que tú ordenas. Pero Allah registra lo que hacen en la sombra ¡Sepárate de ellos y encomiéndate a Allah, pues es suficiente Allah como Custodio!  (Uakil) (4:81)

Hafízh, que también significa custodio, implica el bienestar de la persona custodiada, con todos los bienes que le pertenecen, sea de la salud o bienes terrenales, y puede implicar la “seguridad” contra todo evento contrario. Es la protección divina contra todo cambio de estado que implique riesgo. Dice el Libro: Allah es Custodio (Hafízh) de todas las cosas (34:21) Nosotros por cierto hemos revelado la Persuasión [el Sagrado Corán], y Nosotros sin duda somos sus Custodios (hafizun) (15:9). Es frecuente la mención de Hafízh en el Sagrado Corán respecto de la Revelación, y a los memoriosos del Libro sagrado se los denomina hafizh.

Podemos aclarar que el nombre Muhaimin que tiene un significado afin a los anteriores, aparece solamente una vez en el Sagrado Corán, en un versículo muy importante:  Él es Allah, el que no hay divino sino El: Soberano, Santísimo, Paz, Firme, Celador (Muhaminun), Poderosísimo, Imponente, Grandioso, glorificado sea Allah por encima de cuanto le asocian. Él es Allah: el Creador, Sustentador, Formador, Suyos son los Nombres más bellos.  Le glorifica cuanto hay en los cielos y en la tierra, siendo Poderosísimo, Sapientísimo. (59:24)

Respecto de la protección divina al Profeta (BPD) se cuenta que salió en expedición de combate contra Banu Inmar, pero Allah atemorizó a éstos y los dispersó, resguardando ellos su prole y sus bienes. Por lo cual el Mensajero de Allah (BPD) y los musulmanes llegaron sin que pudieran visualizar a ningún enemigo. Entonces depusieron sus armas, y el Mensajero de Allah se apartó para asearse despojándose de sus armas, interponiendo el riacho entre él y sus seguidores, hasta quedar libre de su aseo. Pero de pronto el riacho se ensanchó a causa de la lluvia, e interfirió entre el Mensajero de Allah (BPD) y sus compañeros. El se sentó bajo un árbol, y entonces Al-Gauras Ibn Al-Háriz [de la tribu que ellos iban a combatir] lo vió, y sus secuaces le dijeron: `¡Gauraz!, he aquí a Muhammad que quedó aislado de sus seguidores…’. El respondió: `¡Allah me quite la vida si no lo mato!’. Entonces descendió de las estribaciones blandiendo la espada, sin que el Mensajero de Allah (BPD) se percatara, hasta que estuvo sobre él con la espada desenvainada. Le dijo [el impío]: `¡Muhammad!, quién te protegerá de mí ahora?’. Y el Mensajero de Allah (BPD) le respondió: `Allah’. Entonces el enemigo de Allah se desplomó de boca y el Mensajero de Allah (BPD) se levantó y le tomó la espada, diciendo: `¡Gauraz!, ¿quién te protegerá de mi ahora?’. Respondió el impío: `Nadie’. Preguntó el Profeta (BPD): `¿Testimoniarás que no hay Divino más que Allah, y que yo soy Su siervo y Mensajero?’. Contestó: `¡No!, pero me comprometo a no combatirte nunca, ni apoyar en tu contra al enemigo’. Y el Mensajero de Allah (BPD) le devolvió la espada, exclamando entonces Gauraz: `¡Por Allah!, ¡sin duda que tú eres mejor que yo!’. Respondió el Profeta (BPD): `¡Realmente soy más digno de ello!’. Luego Gauraz fue a lo de sus secuaces y le preguntaron: `Gauraz, te hemos visto con la espada sobre él, ¿qué es lo que te impidió matarlo?’. Contestó: `Allah [me lo impidió]. Yo me precipité contra él para asestarlo con la espada y no comprendo quién me hizo resbalar de bruces, y caí de boca mientras mi espada me era quitada. Entonces Muhammad me ganó hacia ella y la tomó’.”  

El Profeta (BPD), al ejercer su función como jefe de estado, trató de convivir con los judíos, estableciendo pactos, manteniendo relaciones pacíficas y conversaciones teológicas, y además, ordenando protegerlos. Inclusive en un primer momento este trato fue también a favor de los idólatras de Medina y de otras partes de Arabia, pactos como el de Hudaibíah. Pero mientras que con los idólatras la protección se derogó al revelarse la sura novena, no sucedió lo mismo con judíos y cristianos, a los que el Sagrado Corán designa siempre como “gente de la Escritura”, debido a que tienen algo en común con los musulmanes, la Revelación y los Profetas (BP) Y es por ello que se los reconoce en el Islam, en tanto externamente respeten la Revelación. El Profeta (BPDyC) había asegurado a los judíos, por el estatuto de Medina, la libertades de asociación, de culto, de tránsito, de comercio, y la protección de sus bienes y personas contra cualquier agresor, sin que ellos tuvieran que participar personalmente de ningún combate. No los obligaba a adoptar el Islam como religión, ni a reconocerlo a él como Profeta (BPD), si es que ellos deseaban continuar en su fe, y por el contrario, el Profeta (BPD) se obligaba a protegerlos en toda circunstancia, por eso tambien se los llama ahlu-l-dhimmah, la gente de la confianza, de la protección.

En cuanto a los creyentes dijo el Profeta (BPDyC): “El mal (o la malicia) es lo que se mueve en el corazón, vacila en el alma, y detestas que sea conocido por la gente” (MIK, I, p. 247) Y dijo: “Consulta a tu corazón aun cuando la gente te consulte a ti y tú dictamines”  Continuamente el hombre debe estar vigilante de su corazón y observar en él si hay algo que trae duda, inseguridad, incertidumbre. Y aun cuando esté avanzado en la vida espiritual y en los conocimientos, debe permanecer vigilante de su corazón.

Una tradición del Profeta (BPD) transmite: “Por cierto que Allah Exaltado aproximará [el Día de la Resurrección] al creyente, y pondrá sobre él Su Égida [lo cubrirá], y lo protegerá de la gente, y le hará reconocer sus faltas. Entonces preguntará: ´¿Reconoces tal falta? ¿Reconoces tal otra?́´ Y responderá: ´Si, ciertamente, mi Señor´. Hasta cuando le haga reconocer todas sus faltas, y perciba en su interior [el siervo] que estaría liquidado, dirá [Allah]: ´Yo, por cierto, te las he ocultado en el mundo, y Hoy, sin duda, te las perdono´. Luego le será dado el registro de sus buenas obras en su diestra” (Lo transmitió Ibn Maya de parte de Ibn Omar). A este extremo llega la protección divina con el perdón del siervo. 

Sobre el versículo: ¡Nos basta Allah y Él es el Mejor Custodio! (3:173) cuenta Ibn Abbás: “Lo dijo Abraham, con él sea la Paz, cuando lo echaron a la pira [cfr. 37:97], y lo dijo Muhámmad (BPDyC) cuando la gente le advirtió: Las gentes se han agrupado en contra de vosotros, ¡intimidaos de ellos, pues!’ Pero acrecentó su fe y respondieron: ‘¡Nos basta Allah y Él es el Mejor de los Custodios!’ ” (MIK, I, p. 339)

© Textos del Sheij Alí Al-Husainí recopilados por Aiman Fradkin y Hasan Gomez, editados por Bashir Gomez

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