‘Adlu Justo, Justicia, Justiciero *Muqsit Ecuánime, Equitativo *Hákam Juez Supremo
La palabra ‘adlu es un sustantivo que proviene de la raíz verbal árabe ‘adala que significa “ponderar”, “equilibrar”, “equiparar”, “enderezar”, y “valorar” comparativamente la realidad de las cosas, apreciando la importancia de cada una en el conjunto. En el nivel cósmico, la justicia es la armonización de las partes con la totalidad.
La Justicia divina es exacta, perfecta, sin ninguna adulteración posible. Es infalible, no equivoca al culpable, cuyo castigo es la consecuencia misma de sus malas obras. Es como una balanza exacta que registra cualquier soplo o movimiento, por pequeño que sea. Es como la visión de la cosa mínima que existe, el átomo del átomo, no deja nada sin observar.
Es ineludible plantearse la aparición de la injusticia cada vez que mencionamos el tema de la justicia; el creado es incapaz de expresar la plenitud de la Presencia, por lo cual, debido a sus límites, omite de ella lo que no puede soportar. Esto provoca la injusticia.
Inherentes a Justo, Justicia y Justiciero son los nombres divinos Muqsit, Ecuánime, Equitativo, y Hákam, Juez Supremo, pero Ecuánime se distingue levemente de Justo, porque este tiene un sentido universal y Equitativo tiene un sentido particular de aplicación de la Justicia según la circunstancia, e inclusive la omisión de la Justicia. Esta es absoluta, y dice el Sagrado Corán: Y si Allah castigara a la humanidad debido a las iniquidades de ésta, no dejaría sobre ella [la tierra o la existencia] ni a una bestia rastrera, sino que por el contrario los pospone hasta un término prefijado (16:61). Es por eso que, si bien la Justicia es taxativa, la Equidad por el contrario se esmera en interpretar los hechos y disponer lo más equitativo posible, aun sin atenerse a la generalidad de la ley.
Dice sobre los Profetas (P): Por cierto que hemos enviado a Nuestros Mensajeros con las evidencias, e hicimos descender [revelamos] con ellos la Escritura y la Balanza, para que la gente juzgue con equidad (bi-l-quist) (57:25). Y he aquí a David y Salomón dictaminar ambos sobre el cultivo que por la noche el ganado de la [otra] gente había invadido y nosotros [Allah] éramos Testigos de su sentencia, y la hicimos comprensiva [equitativa] para Salomón. Pero a ambos otorgamos sabiduría y conocimiento (21:77-78)
Dice el Sagrado Corán sobre el esfuerzo en alcanzar la Equidad: ¡Los que sois creyentes! ¡Sed denodados en la equidad, testigos [fieles] ante Allah! Aunque sea en contra de vosotros mismos, o de vuestros padres, o de los allegados, aunque fuera [el perjudicado, o el favorecido por vuestro testimonio] rico o pobre, porque Allah es superior a ellos: No persigais, pues, la tendenciosidad, que os desviaréis… (4:135).
Por su parte la igualdad, que tiene que ver con todos estos Nombres divinos, no consiste en la simple equiparación sin distinciones porque Allah dispone: ¿Es que equipararemos a los creyentes con los que obran corrupción en la tierra, o es que igualaremos a los temerosos [de Allah] con los impíos? (38:28) ¿Acaso el creyente y el corrupto, serán equiparados? Ellos no son iguales (32:18).
En cuanto a Juez Supremo, Hákam, podemos remitirnos también al Sagrado Corán, que dice: Di (Profeta): “¿Es que a otro que Allah pretenderé como Juez (Hákam) siendo que Él os reveló el Libro completamente explícito?” Pero aquellos a los que concedimos la Escritura conocen que es revelado por tu Señor en la Verdad. No seas tú, pues, jamás de los dubitativos. Y la Palabra de tu Señor es consumada en certidumbre y justicia: No hay mutación de Sus Palabras, siendo Él Oyentísimo, Conocentísimo. (6:114-115)
Dice una tradición sacra (qudsí) proveniente del Profeta (BPD): “Dice Allah Exaltado: ‘¡Siervos Míos!: Yo ciertamente me he vedado a Mí Mismo la injusticia, y determiné que esté prohibida entre vosotros, así pues, no os hagáis injusticia unos a otros. ¡Siervos Míos!: Todos vosotros estáis en el error, excepto quienes Yo los guíe ¡Pedid pues Mi guía que os guiaré!
Sobre la equidad del Profeta (BPD), una tradición dice: “Cuando Ibn Suría se islamizó, los judíos lo vilipendiaron y lo insultaron. Pero cuando desearon irse, los [judíos] de Banu Quraizah discutieron con los de Banu Al-Nadír, diciendo los primeros: ‘¡Muhammad! Tenemos un solo padre con nuestros hermanos de Banu Al-Nadír, una sola religión, y un solo Profeta, pero cuando ellos matan a uno de nosotros, no ajustician al homicida, y nos dan a cambio como indemnización 70 cargas de dátiles, y cuando nosotros matamos a uno de ellos, ajustician al homicida, y toman de nosotros el doble, 140 cargas de dátiles… ¡Dictamina entre nosotros!’. Y el Profeta (BPD) dictaminó aplicando la ley de Moisés (P).” Y Allah reveló también: ¿No observas, acaso, a los que recibieron una parte de la Escritura que toda vez que se los convoca al Libro de Allah para que juzgue entre ellos hay un sector de ellos que enseguida dan la espalda, repugnándolo? [3:23]
Se cuenta que uno de los ansár del Profeta (BP), llamado Abu Tálhah, era la persona más rica entre ellos, y que el más amado de sus bienes era un pozo de agua llamado Bir Há’, cercano a la mezquita y casa del Profeta (BPD), donde este solía ir a beber. Cuando fue revelado un versículo, expresó Abu Tálhah: “¡Mensajero de Allah! Allah dice: No alcanzaréis la bondad hasta que deis de aquello que amáis, y para mí el mejor de mis bienes es Bir Há’ [el pozo de agua] que yo ofrezco en donación a Allah anhelando con ello la bondad [del versículo], y la recompensa oculta en lo de Allah, exaltado sea. ¡Empléalo, Mensajero de Allah, en lo que Allah te haga conocer!” Respondió el Mensajero (BPD): “¡Bravo! ¡Bravo! ¡Tal es una riqueza rentable! ¡Tal es una riqueza floreciente! [aquella que se da por amor a Allah]. He escuchado -continuó el Profeta- y considero que debes darla a tus parientes” Contestó Abu Tálhah: “¡Lo haré, Mensajero de Allah!”, y dividió la posesión del pozo entre sus parientes y sus primos paternos.
Acerca de ser testigos fieles de la equidad, en una tradición se cuenta que Nu´mán Ibn Bashír, un seguidor del Profeta (BPD), relató que su padre le dió un regalo de sus bienes, como anticipo de herencia, y entonces la madre de Nu`mán, llamada Úmrah Bint Rauáhah, expresó: “Yo no estoy de acuerdo hasta que tú pongas por testigo de esto al Mensajero de Allah (BPD)”. Así pues, el padre fue a verlo para que testimonie el asunto, y el Profeta (BPD) preguntó: “¿A todos tus hijos has dado lo mismo?”. Respondió el padre: “No”. Expresó entonces el Mensajero de Allah (BPD): “¡Temed a Allah y sed justos con vuestros hijos!”. Y agregó: “Yo no testimonio una injusticia”.
“Cuando el Mensajero de Allah (BPD) entró en Meca [el día de la Victoria] y la gente quedó tranquila, salió él y fue al Templo [de la Ká’bah] circunvalándolo siete veces sobre su montura, tocando [en cada vuelta] el ángulo [de la piedra negra] con el cayado que tenía en su mano. Y cuando cumplió sus circunvalaciones, citó a Uzmán Ibn Tálhah y tomó de él la llave de la Ká’bah, abriéndosele y entrando allí. Encontró en ella una [estatuilla de] paloma y la rompió con sus manos, y luego la arrojó. Después se paró a las puertas de la Ká’bah y la gente se agrupó junto a él, en donde se reza [fuera del Templo], y él exclamó: ‘No hay Divino más que Allah, Único, sin asociados a Él. Cumplió con Su promesa, dio la Victoria a Su siervo, y dispersó a los coaligados en su contra Él solo. ¿Es que todo fasto [idólatra], o venganza [en cadena], o bienes pretendidos [injustamente] no estarán [hoy] bajo mis dos pies [abolidos]? Excepto la intendencia del Templo, y el dar de beber a los peregrinos’… Luego el Mensajero de Allah se sentó en el lugar de oración, y Alí Ibn Abi Tálib fue hacia él con la llave de la Ká’bah en su mano, y le dijo: ‘¡Mensajero de Allah! ¡Reúne en nosotros [el clan del Profeta] el servicio [de la Ká’bah] y el dar bebida [a los peregrinos]! Que Allah te bendiga’. Entonces el Mensajero de Allah preguntó: ‘¿Dónde está Uzmán Ibn Tálhah?’, y se lo hizo traer. Le dijo: ‘He aquí Uzmán tu llave, hoy es un día de concordia y piedad’.” Y el Mensajero de Allah había salido del Templo [anteriormente] recitando este versículo: “Sin duda que Allah os ordena que restituyáis los depósitos a sus dueños.” (4:58). Alí (P) pidió que la atención de la Ká’bah estuviera a cargo de los Banu Háshim, el clan del Profeta (BPD), pero éste designó a Uzmán Ibn Tálhah, de los de Abd Al-Dar, también de la tribu de Quráish, quien en la época anterior ya tenía la llave del Templo a su cargo, lo que coincide con respetar los derechos como menciona el versículo. Hasta hoy todavía esa función está a cargo de los Banu Sháibah, descendientes del mencionado Uzmán.
Durante la misión de los cristianos de Nayran “exclamó Sharhabil a sus compañeros: `¡Si este hombre fuera un Profeta enviado y nosotros lo maldijéramos, veo en el futuro que no quedará de nosotros ni un pelo ni una uña sin ser aniquilados!’. Los otros dos le preguntaron: `¿Cuál es tu decisión?’. Respondió: `Mi decisión es pedirle que él arbitre sobre nosotros [los cristianos de Nayran], porque considero que es un hombre que no juzga nunca injustamente’. Le contestaron los otros dos: `Que sea como tú dices’. Fue Sharhabil a ver entonces al Mensajero de Allah (BPD) y le dijo: `Considero algo mejor que la mútua maldición hacia Tí’. Preguntó el Profeta (BPD): `¿Qué es?’. Respondió: `Que tú dictamines acerca de nosotros hoy durante el día, y durante la noche siguiente hasta amanecer, y ello será aplicado’. Por lo cual el Mensajero de Allah (BPD) se volvió y no los maldijo y acordó con ellos la capitación.»
Otra tradición cuenta: «Un hombre de la tribu de Kindah [una tribu árabe antigua], que se llamaba Imru Al-Qais Ibn Amir demandó a otro de Hadramaut [un región de Arabia] ante el Mensajero de Allah (BPD) respecto de un terreno, y el Profeta (BPD) sentenció que el hadramita presentara pruebas, pero este no tenía ninguna. Entonces sentenció que Imru Al-Qais jurara que decía la verdad, pero el hadramita protestó diciendo: `¿Es que le facultas con solo jurar, Mensajero de Allah?, entonces, ¡por el Señor de la Ka’bah!, me has hecho perder mi tierra’. Pero dijo el Profeta (BPD): `El que jure en falso para usurpar así los bienes de otros, encontrará en el más allá a Allah, Poderoso y Majestuoso, estando enojado en con él’. Enseguida el Mensajero de Allah (BPD) recitó: Por cierto que los que mercan con el pacto de Allah y sus juramentos por un mezquino importe, etc. Enseguida Imru Al-Qais preguntó: `¿Qué obtendrá el que renuncie a él [al terreno] Mensajero de Allah?’. Respondió el Profeta (BPD): `El Paraíso’. Exclamó Imru Al-Qais: `¡Testimonia [tú Profeta] que yo renuncio totalmente a él en favor suyo!’».
Contó un compañero del Profeta (BPD): “Nos sobrevino un año de hambruna y fui a Medina, y me introduje en un huerto tomando un racimo [de dátiles], lo desgrané y comí de él, y me guardé algo en mi vestimenta. Luego llegó el dueño del huerto y me golpeó, quitándome mi vestido. Entonces fui a ver al Mensajero de Allah (BPD) y le informé, y él dijo al hombre: ‘No le has dado de comer si es que estuviera hambriento, ni le has enseñado si es que fuera ignorante’”. Entonces el Profeta (BPD) le ordenó al hombre devolver la vestimenta, y le hizo dar al hambriento una medida de alimento, o media medida.
El tradicionista Ahmad Ibn Hánbal, la Complacencia de Allah sea con él, relata que un hombre golpeó a otro en su rodilla con un cuerno. Y la víctima vino a lo del Profeta (BPD), y pidió: “¡Dictamina a mi favor!”. Respondió el Profeta (BPD): “[No], hasta que te cures”. Luego de ello vino el hombre, y pidió lo mismo, y el Profeta (BPD) sentenció [como le pedía]. Entonces dijo el hombre: “¡Mensajero de Allah!, yo quedé rengo”. Contestó: “Te había vedado [mi dictamen], pero tú me desobedeciste…!”. Luego el Profeta (BPD) prohibió que se dictara el talión a causa de heridas hasta que el afectado se curase.
En la obra imamita Tafsír Al-‘Aiiáshi, de parte de los Imames Al-Hásan y Alí Ibn Abi Tálib, con ambos sea la Paz, se narra que cuando el Profeta (BPD) envió a Alí con la sura del repudio, este le dijo: “¡Profeta de Allah! No soy verdaderamente elocuente ni disertante” Respondió el Mensajero de Allah (BPD): “Allah no acepta, en cuanto a mí, otra cosa sino que vaya yo con ella, o bien que marches tú” Respondió Alí (P): “Entonces, si fuera inevitable, yo iré” Dijo el Profeta (BPD): “¡Parte, que Allah afirmará tu dicho, y guiará tu corazón!” Y luego puso su mano sobre su boca diciendo: “¡Parte y léela a la gente!” Y agregó: “La gente te pedirá que seas juez, y si vinieran a ti dos litigantes, no juzgues según uno de ellos hasta escuchar al otro, por cierto que esto es más correcto para que conozcas la verdad”
© Textos del Sheij Alí Al-Husainí recopilados por Aiman Fradkin y Hasan Gomez, editados por Bashir Gomez