El término “Absoluto” (as-Sámad) significa lo que no tiene ninguna necesidad de otro para ser lo que es, se basta a sí mismo. Por lo cual, cuando se manifiesta, es Él mismo el manifestado, y no hay nada fuera de Él. De allí que la manifestación sea “de Allah en Allah”.
Solamente en la frase “Allah Absoluto” (Allahu Samad) podemos comprender la idea de “absoluto”. En la captación del absoluto no podemos ir más allá de “Allah”, y “Allah” es la única palabra que precede al término “Absoluto” (as-Sámad) en el versículo segundo de la sura 112, mencionado solamente una vez en el Sagrado Corán. «Absoluto» es contrario a “relativo”, es lo que de nada depende. Mientras que en Allah Exaltado esta idea resulta clara, en el alma humana es imposible captarla, excepto que logremos la comprensión del alma en su vínculo con Allah Exaltado, y como un átomo de Su Luz. Debemos saber que el alma es como un ojo de Allah con el que Él mira Su propia Realidad, por lo cual ningún conocimiento acerca de Allah es posible si no fuera un conocimiento del alma sobre sí misma, porque allí se encuentra la Divinidad. La tradición expresa: “Quien a sí mismo se conoce, a su Señor conoce”.
Lo absoluto de las almas es su vínculo con el Sí Mismo divino, y Muhámmad (BPD) es el único particular cuyo vínculo con el Sí Mismo Oculto es inmediato, mientras que el resto de los particulares adquieren ese vínculo por mediación del Primer Manifestado. Es el único particular absoluto, pues su vínculo no depende de otro. Así como el Sí Mismo divino es Uno, Único, Absoluto, Oculto y Manifiesto, lo es también el Muhámmad Metafísico, quien se manifiesta en aspectos diversos, como el prisma, que de una luz única se diversifica en los colores.
El único ejemplo posible de Absoluto es el sí mismo de cada cual, que tampoco depende de nada relativo (limitado e indigente), sino que es de suyo infinito. Ambos términos, “Absoluto” e “Infinito”, son sinónimos desde dos puntos de vista distintos, uno, “Absoluto” indicando lo que no tiene discontinuidad, sino que está todo contenido en él mismo; el otro, “Infinito” indicando lo que no se puede abarcar, en tanto informal. Esto es semejante a pensar en un bosque conteniendo en sí todo lo que contiene, o bien pensar solamente en un lugar del bosque, sabiendo que no podemos abarcar el bosque totalmente con nuestra imaginación. El Amor es Absoluto, como el bosque que contiene todo lo que en él existe, y el Conocimiento es Infinito, como el paraje de un bosque, que nos sugiere su continuidad indefinida e inabarcable. No obstante, el Amor se particulariza en algo, y se hace concreto como el paraje, identificándose así con el Conocimiento, y éste se extiende tanto como el bosque mismo, identificándose así con el Amor. “Absoluto en el Absoluto” es el Sí Mismo divino, y “Absoluto en el relativo” es el sí mismo de cada cual. As-Sámad puede entenderse entonces como la Presencia de Allah en todos los entes y seres manifestados, pues nada hay fuera de Él, “Quien estaba solo y permanece solo”.
Lo Absoluto es “la posibilidad plena”, y por eso el Amor como Absoluto contiene a todas las cosas, y de él se manifiestan todas. Esto significa que el Amor constituye el vínculo secreto entre cada realidad y el Allah Oculto. Pero ese vínculo se plenifica en el mayor Particular, como Allah Manifestado, Origen de todos los otros particulares posibles: es lo que es y no deja de ser, sin lo cual nada sería.
A su vez, es necesario que en el plano del mundo haya un ejemplo de lo Absoluto o Perfecto, como testimonio de que es real. Y en tanto tal, este ejemplo constituye la plenitud de lo creado, y el modelo a seguir. Allah Exaltado dice en el Sagrado Corán: Allah por cierto no se avergüenza en dar ningún ejemplo, desde el de un mosquito en adelante (2:26) También dice: Y hemos por cierto expuesto en este Corán todo ejemplo para la humanidad (17:89). Y respecto del Profeta (BPDyC) como ejemplo prefecto y modelo, dice: Por cierto que tú eres sin duda de una naturaleza extraordinaria (68:4) Y dice: Tenéis por cierto en el Mensajero de Allah un modelo bonísimo (33:21)
Le preguntó ‘Umran al Imam Al-Rida (P): “Infórmame, ¿(proferimos) el Tauhíd (Unidad) de Allah exaltado Sea según realidad (porque Allah realmente es Uno) o lo (proferimos) como atribución (nuestra a Él, al igual que cuando decimos un hombre siendo que este está compuesto, sin embargo, de diversas partes y facultades)?”. Le contestó Al-Rida (P): “La Luz (Nur) que dio Principio único al universo primero (al-kaunu-aluual), (necesariamente) es Uno, sin asociados, ni compañía. Singular sin segundos, (Él) ni es conocido ni desconocido, ni expreso ni alegórico, ni recordado ni olvidado, ni es algo a lo cual le corresponde algún nombre de cualquier cosa que existan. El Principio es en Sí Mismo, Luz (Nur) opulenta (absoluta y autosuficiente), independiente de todo otro. No proviene de un tiempo y va hacia otro, ni en nada (fuera de Sí Mismo) se funda. No se encubre (y protege) con ninguna cosa, ni reposa en ninguna. No sabe lo que dice quien se le ocurre pensar en una luz (dau’) o en una imagen o apariencia, o en una sombra (y piense así de Allah). Todas estas cosas, antes de (su) creación, (estaban) en un estado en el cual nada había, excepto Él, e inclusive el estado (mismo) estaba allí. Por cierto que estas cosas (luz, imagen, sombra) son atributos creados (contingentes, temporales) y comprensiones del alucinado (de quien vive la ilusión del mundo) para (poder) entender. ¿Has entendido ‘Umran?”. Contestó: “Si”.
© Textos del Sheij Alí Al-Husainí recopilados por Aiman Fradkin y Hasan Gomez, editados por Bashir Gomez