Al-Husain (P), señor de los mártires
Imam Al-Husain (P) (10 años en el Imamato)
Al-Husain Ibn Alí recibió como patronímico el de Abu Abdallah, y tiene numerosos apodos, de los cuales los más usuales son: Señor de los mártires, el mártir de Karbalá, el guía (al-rashíd), el bendito (al-mubárak), etc.
Nació en Medina un jueves 3 del mes de Sha‘ban en el año tercero de la Hégira, y estuvo a cargo de la función de Imam durante 10 años, totalmente bajo el califato de Mu‘auiah, salvo los últimos seis meses. Le tocó al Imam Husain (P) vivir en una época muy difícil por la persecución de que se hizo objeto a la familia del Profeta (BPDyC) y a la figura de su padre, llegandose incluso a maldecir el nombre de Alí, a prohibirlo y encarcelar y matar a sus seguidores.
Mu‘áuiah había preparado para después de su propia muerte la sucesión en su hijo Iazíd, no obstante ser éste muy resistido por los musulmanes por su corrupción manifiesta. Al morir Mu‘áuiah Iazíd lo sucedió y pidió el juramento de fidelidad de los líderes de los musulmanes, y la solicitó también de Al-Husain, pese a que su padre le había recomendado especialmente (en su habilidad política) no insistir en buscar la ba‘iah del nieto del Profeta (BPDyC) pues ello tendría peligrosas consecuencias para la dinastía. No obstante Iazíd escribió al gobernador de Medina que solicitara el juramento de fidelidad de Al-Husain y que de no obtenerlo mandara su cabeza a Damasco. Cuando el gobernador informó al Imam (P) este pidió un tiempo y marchó por la noche hacia Meca, lugar de refugio y seguridad. Esto ocurrió hacia fines del mes de Ráyab y comienzos de Sha‘ban del año 60 de la Hégira. En esa circunstancia se expandía por el mundo islámico la insatisfacción por el regimen Omeya y su sucesión en el corrupto y opresor Iazíd, al punto que llovieron las cartas desde Iraq, particularmente desde Kufa, invitando al Imam a levantarse en armas contra el opresor y brindándole su apoyo si se dirigía al territorio iraquí. El Imam permaneció en Meca hasta la época de la peregrinación, en que supo que numerosos secuaces del califa habían llegado a la ciudad santa con los peregrinos para matarlo. Interrumpió entonces los ritos de la peregrinación y anunció que partía hacia Iraq, lo cual hizo en un breve discurso ante una multitud en Meca, en que anunció que partía dispuesto al martirio por la Causa de Allah.
El Imam (P) sabía perfectamente que se dirigía inevitablemente a su martirio por el enorme poder acumulado por los omeyas, unido a la corrupción de ciertos sectores, y la declinación espiritual y falta de poder en la gente, especialmente en Iraq. Algunos notables de Meca se entrevistaron con Al-Husain y le advirtieron del peligro que corría, y él respondió que rechazaba dar su juramento de fidelidad a un gobierno injusto y opresor, prefiriendo la muerte. El dejaba Meca para evitar allí el derramamiento de sangre y la guerra.
El Imam (P) había mandado a un representante de él a recabar el apoyo de la gente de Kufa, pero fue abandonado por los que antes se habían mostrado en sus cartas dispuestos a levantarse contra el opresor. Este emisario fue prendido por agentes de Iazíd y martirizado. Toda Kufa fue puesta bajo una estricta vigilancia y control. Sabiendo esto el Imam (P.) decidió continuar hacia su destino. A setenta kilómeros de Kufa, en un desierto llamado Karbala, el Imam y sus acompañantes fueron rodeados por el ejército de Iazíd. Durante ocho días estuvieron en ese lugar viendo incrementarse el ejército enemigo que llegó a 30.000 hombres.
Solo un puñado de cuarenta hombres, entre miembros de su familia, hashimitas y fieles discípulos permanecieron con el Imam hasta el final, negándose a abandonarlo pese a la certeza de una muerte segura. El día noveno del mes de Muharran (primer mes del año) del 61 dH. los sitiadores pidieron el juramento de fidelidad que fue negado por el Imam. Al día siguiente, 10 de Muharram, se produjo el asalto final contra la posición del Imam (P) en la que solo había unas 90 personas, 40 hombres de su familia y seguidores como dijimos, 30 combatientes del enemigo que desertaron para sumarse a las filas del Imam (P), recordando las tradiciones del Profeta (BPDyC) respecto de sus nietos, y el resto mujeres y niños. Fueron martirizados ese día incluso algunos niños pequeños, salvándose sólo las mujeres, otros pequeños y el Imam Alí Zain Al-Abidín que estaba enfermo y postrado no pudiendo participar en la batalla. Los secuaces de Iazíd decapitaron y descuartizaron los cuerpos de los mártires y quemaron su campamento, arreando a las mujeres y los niños hacia Kufa.