Hakím Sapientísimo
La palabra Hakím, Sapientísimo, hace referencia a la determinación y definición de un asunto o ente en todos sus aspectos, como las medidas que adquiere, la naturaleza que tiene, el poder que puede obtener, y otros asuntos relativos a su existencia. Es sobre todo el perfeccionar un asunto, sea teórico o práctico. También se refiere a la sentencia o sanción de un caso legal o no, y a la Sabiduría con que se procede en un asunto, como por ejemplo la distinción que hace el Sagrado Corán entre la sentencia dada por David (P) sobre un caso, y la dada por Salomón (P) sobre el mismo: Y he aquí a David y Salomón dictaminar ambos sobre el sembradío que el ganado de [otra] gente había invadido por la noche, y Nosotros éramos Testigos de su sentencia, y la hicimos comprensiva [equitativa] para Salomón. Pero a ambos otorgamos sabiduría (hukma) y conocimiento (‘ilma) (21:78-79).
La Sabiduría se vincula con otros dos temas principales, conocimiento e intelecto. En cuanto al Conocimiento, ‘Ilm, es literalmente la marca y lo marcado, lo definido, lo establecido que Allah marca, define, establece. Es mencionado en el Sagrado Corán, reiteradamente, como signo que hace referencia a un significado (palabra que deriva de signo): Les haremos ver nuestros Signos en los horizontes, y en sí mismos [en sus propias almas], hasta que se les evidencie que es la Verdad [que Allah o la existencia es real] (32:35) Y en la tierra hay Signos para los de certidumbre, y también en sus almas ¿Es que no tienen visión? (51:20-21). Sobre la ascensión del Profeta (BPDyC) dice el Sagrado Corán: Por la estrella cuando se oculta… no le engañó [al Profeta (BPDyC)] su corazón, en lo que vio. ¿Acaso le vais a desmentir cuanto ve?… no se desvió su vista ni desvarió, por cierto que vió de los más grandes Signos de su Señor (53:1,11,17-18).
La palabra ‘aql (intelecto) proviene del significado de “atar”, “fijar”, “anudar”, y de todo significado que indique la posesión y retención de algo. Por eso el intelecto, ‘aql, se vincula al conocimiento, porque atesora los signos. En una tradición que se remonta al Imam Muhámmad Al-Báqir (BP) dice: “Cuando Allah creó el intelecto (al-`aql) lo hizo proferir (le dio la facultad de expresarse) y luego le ordenó: ¡Adelántate! Y el intelecto se adelantó. Luego le ordenó: ¡Vuélvete atrás! Y el intelecto retrocedió. Luego exclamó (Allah): ¡Por Mi Poder y por Mi Majestad!: No he creado ninguna criatura más amada para Mí que tú, ni te perfeccionaré excepto en aquel que amo. He aquí que Yo, sin duda, debido a ti ordenaré, y debido a ti vedaré, castigaré y recompensaré!” (Kitabu -l-`Aql Ua–l-Yahl, Libro del intelecto o del conocimiento y de la ignorancia. Sheij Muhámmad Al-Báqir Al-Bahbudi)
Entre el Conocimiento y el intelecto existe un vínculo insondable pero que se manifiesta con extraordinaria lucidez en la Sabiduría. En Al-Kafi se dice que el Mensajero de Allah (BPDyC) expresó: “Allah nunca distribuyó entre los siervos nada mejor que el intelecto. Así pues, el sueño del que tiene intelecto es mejor que la vigilia del ignorante, y la presencia del que tiene intelecto es mejor que la asistencia del ignorante. Nunca Allah envió a un Profeta ni a un Mensajero sin que estos tuvieran un intelecto perfecto, que fuera mejor que el de todos los de su comunidad. Lo que un Profeta guarda en sí mismo [debido a su elevación y profundidad] es mejor que el esfuerzo espiritual de los eruditos (muytahidin). Ningún siervo cumple de verdad los deberes para con Allah hasta que los capte con su intelecto, ni todos los devotos juntos alcanzan en mérito en sus devociones lo que logra el que tiene intelecto. Los de intelecto son los de sustancia [médula, esencia] Dice Allah, Bendito y Exaltado: `Pero no lo meditarán [se persuadirán] sino los de intelecto‘” (T, II, pp. 404)
Dijo el Profeta (BPDyC) según Abu Dharr: “Cuando Allah quiere el bien de un siervo abre para él los cerrojos de su corazón, y establece en él (en su corazón) la Certidumbre y la Veracidad [la Sabiduría] Y hace de su corazón perceptivo (consciente) para lo que inspira en él, y hace que su corazón esté en paz (sano), y su lengua sea veraz, y su carácter recto. Y hace que su oído sea atento, y su ojo visionario” La apertura del corazón se describe como Certidumbre y Veracidad, es decir Sabiduría. “Hace de su corazón perceptivo” para las inspiraciones divinas, y pacifica su corazón, lo sanea. Le da un carácter recto, especialmente en el sentido moral (jalíqatuhu, la índole de la persona). “Y hace que su oído sea atento y su ojo visionario” (la inspiración divina), “perceptivo” (ua‘ían: darse cuenta).
En Al-Kafi, se narra que el Imam Yá’far Al-Sádiq, con él sea la Paz, expresó: “La Sabiduría (al-híkmah) es la luz iluminante de la comprensión (al-má’rifah), la balanza del temor y la virtud hacia Allah, y el fruto de la veracidad. Si tú dijeses: `Nada más extraordinario y elevado fue dado por Allah a Sus siervos que la Sabiduría, nada más generoso, abundante y resplandeciente’, por cierto que yo agregaría: `Dice Allah, Poderoso y Majestuoso: Él da la Sabiduría a quien Él quiere, y el que recibe la Sabiduría ha obtenido un bien abundante, pero no lo meditarán [no se persuadirán] sino los de intelecto” (2:269) (T, II, pp. 404-405)
Existe una distinción entre varios conceptos referidos al Conocimiento y el intelecto: ’ilm, má’rifah y híkmah. Cada uno de ellos tiene una particularidad, en cuanto a má’rifah, proviene del verbo ’árafa que tiene el sentido de “reconocer” (de este concepto deriva “tarifa”, reconocer un servicio que se está prestando). Implica necesariamente la experiencia directa de algo, como en la palabra latina “saber”, de la familia de “sabor”, es decir “lo que se gusta”. Por derivación existe la palabra ’Irfán, que es el conocimiento producto de la experiencia espiritual.
Sobre la Sabiduría del Profeta que brilla en sus conocimientos metafísicos y en sus profecías, contó Hudháifah Ibn Usáid Al-Gaffári: “Salió hacia nosotros el Mensajero de Allah (BPDyC), desde una morada, mientras estábamos platicando acerca de la Hora Final. Entonces el Mensajero de Allah (BPDyC) expresó: ‘No acontecerá la Hora hasta que veáis diez signos: La salida del sol por su ocaso, la humareda, la bestia, la aparición de Gog y Magog, el surgimiento de Jesús hijo de María, la aparición de Al-Dayyál, y tres hundimientos, un hundimiento en oriente, un hundimiento en occidente, y un hundimiento en la península árabe, y un fuego que surgirá desde la fosa de Adén, que arremolinará o reunirá a la gente, permaneciendo con ellos donde ellos moren [pasando la noche], y trasladándose con ellos hacia donde se trasladen [durante el día]”
En una tradición transmitida por Abu Dharr, Allah le otorgue Su Complacencia, dice lo siguiente: “Fui a ver al Profeta (BPDyC) mientras él estaba en la mezquita y me senté. Me preguntó: `Abu Dharr, ¿has hecho la oración?’. Respondí: `No’. Me ordenó: `¡Ve y hazla!’. Me levanté, recé y luego me senté” Abu Dharr deseaba sentarse junto al Profeta (BPDyC) para preguntarle sobre la Sabiduría. “Dijo [el Profeta (BPDyC)]: `¡Abu Dharr! ¡Ampárate en Allah de la maldad de los satanaces de entre los hombres y de entre los yinn!’. Respondí: `Mensajero de Allah ¿Acaso hay entre los hombres satanaces?’. Me dijo: `Si’. Dije: `Mensajero de Allah, la oración…’ [háblame de ella]. Respondió: `Es el mejor asunto, quien quiera disminuirá, y quien quiera aumentará de ella’. Pregunté: `Mensajero de Allah, el ayuno’. Respondió: `Es un deber de cumplimiento, y en Allah es todavía mucho mayor [la recompensa al sacrificio del siervo]’. Dije: `Mensajero de Allah, la caridad’. Respondió: `Son partes multiplicadas [dar caridad se multiplica sin medida]’. Dije: `Mensajero de Allah, ¿qué es lo mejor?’. Respondió: `El esfuerzo del que combate [por la Causa de Allah], o la caridad secreta a un pobre’. Dije: `Mensajero de Allah, ¿quién de los Profetas fue primero?’. Respondió: `Adán’. Repliqué: `Mensajero de Allah, ¿es que acaso fue un Profeta?’. Respondió: `Sí, era un Profeta al cual se le revelaba’ [característica de un Profeta, aun cuando no tuviera comunidad a la que dirigirse]. Dije: `Mensajero de Allah, ¿cuántos son los Mensajeros?’. Respondió: `Trescientos y un poco más de diez’ [trescientos trece, según es tradición]. Son una comunidad abundante’. Pregunté: `Mensajero de Allah, ¿qué de cuanto se te reveló es lo más grande?’. Respondió: `El versículo del Escabel: Allah, no hay Divino sino El, Viviente, Subsistente‘ (MIK, I, p. 228).
© Textos del Sheij Alí Al-Husainí recopilados por Aiman Fradkin y Hasan Gomez, editados por Bashir Gomez