El complot para asesinar al Profeta (BPDyC) durante la expedición de Tabúk
Hubo en Tabúk hechos muy graves registrados por las tradiciones, aunque no muy difundidos, que implicaron directamente a algunos de los compañeros del Profeta (BPDyC), como es el caso de un intento de asesinarlo. Fue a su vuelta desde aquella localidad, cuando se debía atravesar una quebrada por una hondonada angosta, o bien se podía atravesar en forma más amplia rodeando un monte. Las tradiciones que registra Sahíh Múslim presentan dos versiones, una refiere que los complotados fueron “compañeros” a quienes se califica de hipócritas (y recordar que convencionalmente se llama “compañeros” a quienes meramente vieron una vez al Profeta (BPDyC) y éste los vio), y la otra versión refiere que esos complotados hipócritas eran “de mi comunidad”, sin decir que fueran “compañeros”. Pero esta última versión implica por sí misma que fueron en realidad “compañeros”, pues estaban con él en su ejército, y como se estipula, lo vieron y él los vio.
Una de las tradiciones relata: “Salió el Mensajero de Allah (BPDyC) hacia Tabúk y ordenó a su pregonero anunciar: ‘¡Que nadie pase por la hondonada porque solo la atravesará el Mensajero de Allah (BPDyC)!’, y él transitaba con Hudhaifah Ibn Al-Iamán que guiaba, y ‘Ammar Ibn Iásir que conducía. Entonces se presentó un grupo embozado sobre unas monturas hasta abordar al Profeta (BPDyC), y ‘Ammar empezó a golpear las caras de esas cabalgaduras [para alejarlas], mientras el Profeta ordenaba a Hudhaifah ‘¡adelante, adelante!’” Y la tradición agrega luego: “Preguntó el Profeta (BPDyC) a ‘Ammar: ‘¿Pudiste reconocer a esa gente?’ Respondió: ‘No porque estaban enmascarados, pero reconocí la mayoría de sus cabalgaduras’ Dijo el Profeta (BPDyC): ‘¿Sabes qué pretendían hacer con el Mensajero de Allah?’ Respondió: ‘Allah y su Mensajero lo saben más’ Dijo: ‘Desearon liquidar al Mensajero de Allah apedreándolo desde lo alto del paso’
Y [luego de un tiempo] en cierta ocasión hubo una discusión entre ‘Ammar y uno de aquellos, por algo transitorio que sucede entre la gente, y ‘Ammar le preguntó: ‘¡Te hago jurar por Allah! ¿Cuántos fueron los del ‘Aqabah que quisieron emboscar al Mensajero de Allah (BPDyC)?’ ‘Creemos que eran catorce [contestó el otro]’ Y dijo [‘Ammar]: ‘Si tú estuviste entre ellos, serían pues quince’. Aunque ‘Ammar testimonió que eran doce, enemigos de Allah y de su Mensajero…” (Lo registra Al-Haizami en la obra Suma de las adiciones, t° 1, p. 110, tradición 425)
Sahíh Múslim no desarrolla toda la información sobre los hechos, pero transmite de parte de Shú’bah que Qáis Ibn ‘Abbád contó: “Le pregunté a ‘Ammar: ‘¿Esto que procedisteis [algunos de los compañeros] contra Alí es por vuestra propia iniciativa, o es algo que el Mensajero de Allah os encomendó?’ Respondió: ‘El Mensajero de Allah (BPDyC) no nos encomendó nada que no haya recomendado a la gente toda, sino que Hudhaifah me informó que el Profeta (BPDyC) dijo: ‘Entre mis compañeros hay doce hipócritas, de los cuales ocho no entrarán en el Paraíso hasta que un camello penetre en el ojo de una aguja, y con ocho os basta como desgracia, los cuatro [restantes] no recuerdo lo que Shú’bah dijo sobre ellos’” (Sahíh Múslim, t° 1, p. 110, tradición 2779) La otra versión de Sahíh Múslim no menciona directamente a los compañeros, y dice: “Preguntamos a ‘Ammar: ‘¿Consideras que vuestras luchas [entre musulmanes] fueron por opiniones que sostuvisteis -porque la opinión puede errar o ser certera-, o fue por una encargo que os hizo el Mensajero de Allah (BPDyC)?’ Respondió: ‘El Mensajero de Allah (BPDyC) no nos encomendó nada que no haya recomendado a la gente toda, sino que el Mensajero de Allah (BPDyC) dijo: ‘Por cierto que en mi comunidad hay doce hipócritas que no penetrarán en el Paraíso ni olerán su aroma hasta que un camello penetre en el ojo de una aguja, y con ocho os basta como desgracia. Un centella de fuego infernal surgirá desde sus hombros hasta brotar chispeante por sus pechos [como castigo]’” (id.) (1)
Por su parte un autor fundamentalista como Ibn Al-Qáiiem Al-Yauzíah en su libro Zadu Al-Ma’ád, El sustento del más allá, retoma la tradición por vía de Ibn Is-háq, quien pretendía culpar a los ansár del intento de asesinato del Profeta (BPDyC), señalando a doce personas de ese grupo, y esto solamente para descargar de culpa a los de Quráish. Aprovechaba que no se registran de parte del Profeta (BPDyC) directamente los nombres de los complotados, y que él solamente se los mencionó a Hudhaifah, a quien por ello se lo apodaba como “el conocedor del secreto del Profeta”, mandándole mantenerlo en secreto. Nos preguntamos entonces ¿de dónde conoció el tal Ibn Is-háq esos nombres? Y después de analizar esta nómina Ibn Al-Qáiiem Al-Yauzíah la rechazó porque algunos de los nombrados no eran todavía musulmanes, y otros no estuvieron presentes en Tabúk, como Abdallah Ibn Ubáii que desertó y sin embargo es nombrado en la nómina, y otros que nombra nunca adhirieron al Islam o escaparon de donde este se instalaba. Entonces Ibn Al-Qáiiem descalificó esta versión. (2)
El Profeta (BPDyC) conocía quienes estaban implicados en la atrocidad, pero no deseaba proceder a castigarlos por razones estratégicas, como sucedió en otros casos, lo cual no significa que los hubiese perdonado, o que quedaran eximidos del castigo divino. Debía soportar esta afrenta en silencio, pero dejó testimonio de ello a través de Hudhaifah para que no se creyera que admitía el mal, encomendando al Señor el juicio de los malhechores. El único riesgo que se corría era que los hipócritas quedaban enquistados en la Ummah, y de algún modo habrían de seguir conspirando, incluso tratando de concretar su crimen, excepto que se arrepintieran y enmendaran. Dice el Sagrado Corán: ¡Profeta! Combate a los impíos y a los hipócritas [a estos últimos con la persuasión] y sé riguroso con ellos, pues su morada será el Ardentísimo ¡Qué pésimo destino!… renegaron después de su islamización, y anhelaron lo que no pudieron conseguir [matar al Profeta en un complot]… Pero si se arrepintieran [de su hipocresía] sería mejor para ellos, pero si rehuyeran Allah les infligirá un castigo penosísimo en el mundo y en el más allá, sin que tengan en la tierra ningún protector ni defensor alguno (9:73-74)
Inclusive durante el gobierno de Omar este conocía que Hudhaifah guardaba aquel secreto, y que no asistía por ello a la inhumación de ningún hipócrita ni rogaba por ellos, como dice el Sagrado Corán sobre el proceder del Profeta (BPDyC) con los hipócritas: Pidas perdón para ellos, o no pidas perdón: Si rogaras su perdón setenta veces, Allah no los perdonará. Esto porque ellos renegaron de Allah y de Su Mensajero, y porque Allah no guía a la gente corrupta [que se obstina en su impiedad] (9:80) Se dice que Omar vigilaba qué hacía Hudhaifah para no asistir al enterramiento de los hipócritas, aunque tampoco Hudhaifah asistió al enterramiento de los principales dirigentes que en vida suya fallecieron. Por el lado de las tradiciones imamitas, ellas son explícitas en señalar los nombres de los principales autores del complot, sino a todos.
La versión imamita
Narra la obra imamita Tafsír Al-‘Áskari que el Profeta (BPDyC) ordenó marcharse de Tabúk al final de la medianoche, mandando a su pregonero decir: “Que nadie preceda al Mensajero de Allah (BPDyC) hacia ‘áqabah (quebrada), ni que llegue allí hasta que el Mensajero de Allah (BPDyC) la haya transpuesto” Era evidente que tomaba precauciones ante algo que ya conocía, que fue el atentado que se había organizado. No podemos creer que un asunto de este tamaño estaba en manos de desconocidos, recientes en el Islam, sino que era un proyecto nefasto de personas de poder en ese momento, que se beneficiarían con el hecho. Además, el Profeta (BPDyC) mandó a Hudhaifah que permaneciera a la entrada de la angostura (al-‘áqabah), oculto por una roca, y que vigilara quiénes pasaran por allí y le informara. En aquella ocasión Hudhaifah expresó: “¡Mensajero de Allah (BPDyC)! Por cierto que yo intuyo el mal en los rostros de los comandantes de tu ejército” Las tradiciones imamitas vinculan estos hechos con la designación de Alí Ibn Abi Tálib (P) en Gadír Jumm como maula de los musulmanes, depositario de la Uiláiah (autoridad, gobierno) del Profeta (BPDyC), diciendo que los más ambiciosos de los compañeros planearon frustrar ese asunto y arrebatar el califato de manos de Alí (P). (3)
Corría el año décimo de la H., veintidós de la misión del Mensajero de Allah (BPDyC), y este fue a cumplir la Peregrinación del Islam, la única que realizó en este mundo, y en su transcurso recibió la revelación de la sura del Auxilio, Al-Nasr: Cuando llegue el Auxilio de Allah y la Victoria, y veas a los hombres entrar en el Din de Allah en multitudes, entonces: ¡Glorifica en alabanza de tu Señor y pídele Indulgencia! Por cierto que Él es Indulgentísimo (110:1-3), y en esa ocasión el Profeta (BPDyC) expresó “se presagia mi muerte”. Ya estaba cerca su despedida de este mundo, y debía terminar con el último deber que Allah Exaltado le había impuesto, designar a su sucesor como lo habían designado los Profetas anteriores (P), tal cual figura en el Sagrado Corán sobre Zacarías (P): Dijo: “¡Señor mío! En verdad que mi osamenta se debilitó en mí, y la cabeza se encendió en canas, pero nunca fui, ¡Señor mío!, frustrado al suplicarte. Pero ciertamente temo por la sucesión después de mí, siendo mi mujer estéril: ¡Concédeme, pues, de Tu parte un sucesor, que me herede, y que herede algo de la descendencia de Jacob, y hazlo, Señor mío, complacido!” (19:3-6) Y el pedido de Moisés (P) a favor de su hermano: “¡Señor mío! ¡Yo por cierto temo que me desmientan, y que mi pecho se cierre, y que mi lengua no profiera! ¡Designa pues [conmigo] a Aarón [Profeta]!” (26:12-13) Y Allah Exaltado evidencia la función espiritual del enviado y de su segundo en la misión, al decir del Profeta (BPDyC) y de Alí: Tú [Muhámmad] solamente eres un advertidor, y cada pueblo tiene un guía [Alí] (13:7)
Entonces se reunieron algunos de sus compañeros y dijeron, “Muhámmad desea disponer el liderazgo (Imámah) en su descendencia (áhlu báitihi, la gente de su casa), y cuatro de aquellos partieron a Meca [desde Miná, donde se encontraban al final de la Peregrinación] y entraron en la Ká’bah donde se juramentaron y se comprometieron entre sí, redactando un documento entre ellos en el sentido de que: Si Muhámmad falleciera o fuera asesinado este asunto [el poder] no se permitirá nunca en su descendencia. Y Allah Exaltado reveló entonces a su Profeta (BPDyC) al respecto: ¿Es que ellos urdieron un asunto [contra el Profeta]? Pero Nosotros por cierto [también] tramamos ¿O es que suponen que Nosotros no escuchamos sus secretos y sus confidencias? ¡Que no! ¡Si Nuestros mensajeros [angelicales] están ante ellos registrando [cuanto hacen]! (43:79-80)
Pensaban esos complotados que la primacía de Alí se confirmaría si el Profeta (BPDyC) la reiterara en Medina, después de su retorno de Tabúk y de la Peregrinación, como ya lo había insinuado en Meca en la mezquita de Al-Jíf, donde le fue revelada la sura 110 antes citada. Luego de ello el Profeta (BPDyC) llamó a la oración conjunta (reunirse la comunidad) en la mezquita de Al-Jif, y cuando la gente estuvo allí les habló alabando a Allah y glorificándole, y luego expresó:
“Allah auxilia y da la victoria a un hombre que escuchando mis palabras las comprende y las comunica a quienes no la escucharon. Es posible que alguien comunique un saber pero no sea sabio, y es posible que alguien comunique un saber a quien sea más sabio que él. Tres cosas no traiciona el corazón de ningún musulmán que haya sincerado su obrar con Allah, y el buen proceder con los guías de los musulmanes, y se aplique a la unión de la comunidad, ya que sus actos son registrados desde lo oculto [esas tres cosas son]: Los creyentes son una hermandad, cuya sangre se equipara, cada uno es responsable del otro hasta del más humilde, y ellos son una sola fuerza ante los otros. ¡Gente! Yo dejo entre vosotros las dos preciosuras” Preguntaron: ‘¡Mensajero de Allah (BPDyC)! ¿Qué son las dos preciosuras?’ Respondió: El Libro de Allah y el linaje de la gente de mi casa (familia). Porque por cierto el Benevolente Informadísimo [Allah] me ha comunicado que ambos no se separarán [discreparán] hasta que lleguen a mí en la Fuente [del más allá], como mis dos dedos estos, y unió entre sus dos índices, y no digo como estos dos y unió entre su índice y el dedo medio de modo que uno de ellos sea superior al otro”
Y por fin, en forma más evidente y formal, una vez terminada la Peregrinación y cuando el Profeta (BPDyC) salió de Meca hacia Medina, anunció aquello que temían los adversarios de Alí (P) cumpliendo con la orden de Allah. Llegado a llamado Gadír Jumm, un lugar donde las rutas se bifurcaban, y la congregación debía separarse en distintos contingentes, el Profeta (BPDyC) ordenó disponer un lugar debajo de un árbol para ubicarse él y dirigir la palabra por última vez a los miles de musulmanes allí reunidos. Era mediodía y el sol ardía abrasadoramente, el Profeta (BPDyC) hizo llamar a oración conjunta y desde un lugar más elevado que le habían dispuesto con piedras y ramas, habló a todos los musulmanes unas palabras que perdurarán hasta el Día Final. Sus palabras siguen resonando en la Ummah del Islam para que ella las concrete en los hechos, con esfuerzo, enfrentando el desvío y la contrariedad, porque los opositores a esas palabras ya estaban preparados para resistir. Ellos deseaban el poder, y el Profeta (BPDyC) quería el bien de su comunidad, ellos iban a derramar la sangre de miles de musulmanes en luchas fratricidas, en asesinatos de los compañeros del Profeta (BPDyC), y en el crimen mayor de matar a su Descendencia (P), con Al-Husáin a su cabeza y setenta de su familia, la familia del Profeta (BPDyC), y otros pocos de sus defensores sinceros. Aquellos asesinos eran la facción de Satanás que menciona el Sagrado Corán, y el Profeta (BPDyC) y los suyos, y los compañeros que fueron fieles a sus palabras, eran la facción de Allah: Satanás los dominó y les hizo olvidarse del Recuerdo de Allah. Estos son de la facción de Satanás. Por cierto, la facción de Satanás, ¿no es acaso la que pierda? (58:19)
Ese día al Profeta (BPDyC) le fue revelado el versículo: ¡Mensajero! ¡Comunica lo que te fue revelado de parte de tu Señor, pues si no lo hicieras no habrías comunicado nada de Su Mensaje! Y Allah te preservará de la gente. Por cierto que Allah no guía a la gente impía (5:67) Esto no es una intimidación contra el Profeta (BPDyC), sino una impugnación contra quienes pensaran que él actuaba por propia voluntad, lo que es absurdo. Nunca fue de su propia voluntad elegir lo que debía revelar, o cómo debía proceder, sino que aquello completaba el Din, la fe del Islam: Era el anuncio definitivo sobre la Uiláiah, la primacía y autoridad del Imam Alí (P) y sus descendientes, como guías de la Ummah, era la piedra fundamental sobre la cual se debía sustentar el edificio del Islam. El Profeta (BPDyC) temía perjudicar su misión totalmente, porque eso parecería a muchos como un acto sentimental y de nepotismo, y a otros, quienes se mantenían agazapados para rebelarse cuando fuera oportuno, los animaría a rebelarse abiertamente. Pero no comunicarlo, afirma Allah, equivaldría a no haber revelado nada, pues aquello pesaba espiritualmente tanto como el Sagrado Corán.
Dice una fuente imamita: “Y entonces el Profeta pronunció su discurso [en Gadír Jumm], y después de alabar a Allah y exaltarlo dijo: ‘¿Es que no reconocéis mi primacía aún por sobre vuestras almas?’ Respondieron ‘por cierto que sí’. Y repitió tres veces: ‘¿Acaso el Mensajero de Allah (BPDyC) no es preferible para los creyentes que sus propias almas?’ [como dice el Sagrado Corán: El Profeta es preferible para los creyentes a sus propias almas (33:6), porque él es el origen del bien y el Amado de Allah, que dirige hacia la justicia, mientras que nuestras almas debido a su ignorancia se llenan de errores y deseos desmedidos] Y después de una unánime confirmación a cada pregunta, él proclamaba: ‘¡Allahúmma, se Testigo!’ Entonces tomando la mano de Alí (P) y levantándola junto a la suya, hasta vérseles el blancor las axilas de ambos, comunicó: ‘Así pues, de quien yo sea su maulá (señor, guía, dirigente) he aquí que Alí es su maulá. Por cierto que yo protegeré a quien le proteja, y seré enemigo de quien sea su enemigo, y daré el triunfo al que haga por su triunfo, y abatiré al quiera derrotarlo, y amaré al quien le ame. Sin duda que la verdad se torna hacia donde Alí se torne’ Luego elevó su rostro al cielo y exclamó: ‘¡Allahúmma, se Testigo sobre ellos, que yo seré [también] testigo!’”
Entonces Omar entendió lo que esto implicaba y se levantó de entre sus amigos y preguntó al Profeta (BPDyC): “¡Mensajero de Allah! ¿Esto proviene de Allah y de su Mensajero?” Respondió este: “¡Si, de Allah y de su Mensajero! En verdad él [Alí] es el Emir de los creyentes y el Imam (guía) de los piadosos, y el conductor de los exclusivos relucientes [en el más allá] El Día del Juicio Allah lo situará sobre el Sendero (sirát), y él hará penetrar a sus partidarios en el Paraíso y a sus enemigos en el Fuego”. Y los compañeros que luego se desviarían dijeron: “Muhámmad ha dicho lo que dijo en la mezquita de Al-Jif, y aquí dice esto, y si volviéramos a Medina nos someterá a un juramento de fidelidad (bái’ah) a él [a Alí]…” Entonces catorce de ellos se conjuraron para asesinar al Mensajero de Allah (BPDyC), y se apostaron en la ‘áqabah (quebrada) llamada Har Sha, la cual se situaba entre Yú’fah y Abuá’ [dos localidades], apostándose siete a la derecha de la quebrada, y otros siete a la izquierda, para espantar a la camella del Mensajero de Allah (BPDyC)”, y hacerla rodar desde la cumbre junto con él (BPDyC).
“Y cuando fue de noche se adelantó el Mensajero al ejército y comenzó a dormitar sobre su camella. Y cuando estuvo cerca de la quebrada Yibríl lo llamó: ‘¡Muhámmad! ¡He aquí que fulano y fulano te acechan!’ Y el Mensajero de Allah (BPDyC) observó y preguntó: ‘¿Quién se encuentra detrás de mí?’ Y Hudhaifah Ibn Al-Iamán respondió: ‘Yo, Mensajero de Allah, Hudhaifah’ Preguntó el Profeta: ‘¿Escuchaste lo que yo escuché?’ Respondió: ‘Claro que si’ Y le ordenó el Profeta: ‘¡Mantenlo oculto!’ Luego el Mensajero de Allah (BPDyC) se aproximó donde estaban ellos, y los llamó por sus nombres, y cuando escucharon esto escaparon de a pie y se confundieron con la multitud [del ejército]. Pero abandonaron sus monturas que habían dejado atadas, y llegándose el Mensajero de Allah a sus cabalgaduras las reconoció, y cuando la gente alcanzó al Mensajero de Allah, ellos las recuperaron. Y cuando estuvo en pie preguntó: ‘¿Qué pretenden aquellos que se conjuraron en la Ká’bah que si muriera Muhámmad o fuera asesinado no desearían nunca que este asunto [el poder] sea de la gente de su casa (su familia)…?’”
“Entonces vinieron a lo del Mensajero de Allah (BPDyC) y juraron que no sostuvieron nada de ello, ni lo desean, y que no ocultan nada al Mensajero de Allah. Allah reveló entonces: Perjuran por Allah de que no dijeron [sobre que no deseaban apartar a la familia del Profeta (BPDyC)], pero habían proferido palabra de impiedad, y renegaron después de su islamización, y anhelaron lo que no pudieron conseguir [asesinar al Mensajero de Allah (BPDyC)], pero se opusieron solamente cuando Allah y Su Mensajero los acrecentó de Su gracia [en vienes y en prestigio], y si se arrepintieran sería mejor para ellos, pero si rehuyeran Allah les infligirá un castigo penosísimo en el mundo y en el más allá, sin que tengan en la tierra ningún protector ni defensor alguno (9:74) Y el Mensajero de Allah (BPDyC) retornó a Medina, y permaneció allí los meses de Muhárram y la mitad de Sáfar, sin quejarse de ninguna dolencia, pero luego comenzó el dolor de lo que le causó la muerte” (4)
La actitud de Omar siendo gobernante respecto del complot de Tabúk
En fuentes sunnitas se trae una noticia intrigante que dice que Omar, ya en ejercicio del gobierno de la comunidad islámica, preguntó cierta vez a Hudhaifah si él, Omar, era uno de los confabulados para asesinar al Profeta (BPDyC) en Tabúk. Esto es algo insólito y realmente innecesario si él supiera verdaderamente que no tuvo participación alguna, porque: 1. Hudhaifah no tenía ningún poder para enfrentarse al gobernante, palabra contra palabra la conclusión es clara. La respuesta de Hudhaifah en estas condiciones no tiene validez alguna, pues surge de la intimidación real o imaginaria. 2. La escena en que ello sucedió no se describe, el tono de la pregunta, el gesto del rostro, las circunstancias que rodeaban la escena, etc., no figuran en las tradiciones. 3. Omar debería haber preguntado por la nómina total de los implicados si hubiese querido castigarlos, o al menos mantenerlos al margen del poder, y no preguntar por su situación personal exclusivamente. 4. Tampoco se nos dice por qué Omar estaba preocupado por ese asunto después de tanto tiempo, por qué no había olvidado ese hecho y daba tanta importancia al testimonio de Hudhaifah, sino no fuera para impartir justicia. 5. Hudhaifah estaba habilitado por el mismo Profeta (BPDyC) para ocultar la verdad pues le había ordenado no descubrir los nombres de las personas implicadas en ese crimen, y por eso le dice a Omar, según una tradición sunnita, “no absolveré a nadie después de ti”, significa que por algunas razones muy importantes hacía una excepción. 6. La razón valedera de Hudhaifah para no inculpar a Omar es la misma que empleó el Profeta (BPDyC) para absolver a los culpables del hecho y no castigarlos, pues dijo “no quiero que la gente diga que Muhámmad mata a sus compañeros después de haberse servido de ellos”, y esto guarda el secreto de la sabiduría. El Profeta (BPDyC) conocía el límite de la justicia, y que esta no se aplica mecánicamente en algunos casos, sino que guarda relación con el conjunto. Él era responsable de mantener la comunidad en equilibrio, y no someterla a la discordia, a la lucha interior, y por eso procedió con los culpables como lo hizo. Y Hudhaifah, con mucha menor responsabilidad, imitó a su maestro.
Las tradiciones dicen que Omar “preguntó a Hudhaifah: ‘¡Te conjuro por Allah! ¿Yo soy uno de ellos’ [de los complotados para el asesinato del Profeta]? Y Hudhaifah respondió: ‘No, pero no absuelvo a nadie después de ti’” (5) ¿Esto significaba que había presuntos culpables que podían ser absueltos, pero que Hudhaifah no lo haría, o bien que cualquiera que deseara un salvoconducto de Hudhaifah ya no lo obtendría, aún cuando no estuviera en la nómina de los inculpados? ¿Pero qué necesidad tendría alguien de ser absuelto de lo que no cometió?… Y es por eso que la actitud de Omar es intrigante.
(1) Las citadas tradiciones de Al-Haizami y Múslim fueron extraidas de forums.alkafeel.net, mayo 2017.
(2) Muhammad Ibn Abi Bakir Ibn Aiiúb Al-Dimashqi, conocido como Ibn Al-Qaiiem Al-Yauzíah, Zadu Al-Ma’ád, t° 3, p. 477, waqfeya.com, mayo 2017. También feqh.al-eman.com, en Al-Haui fi Tafsir –l-Qurán Al-Karim (El exhaustivo en la exégesis del Sagrado Corán) p. 9766, mayo 2017. Ibn Al-Qaiiem fue discípulo y contemporáneo de Ibn Taimiiah y su gran defensor.
(3) Tafsír Al-‘Áskari (atribuido al onceavo Imam Al-Hasan Al-‘Askari, con él sea la Paz), t° 87, p.1, shiaonlinelibrary.com, p. 387, mayo 2017.
(4) Ali Ibn Ibrahim Al-Qummi, Tafsír Al-Qummi, t° 9, p. 17, shiaonlinelibrary.com, t° 1, p.175, mayo 2017.
(5) Ismail Ibn Omar Ibn Kazír Al-Qarshi Al-Dimashqi, Al-bidáiah ua –l-niháiah (El comienzo y el final), t° 5, p. 19, islamweb.net, mayo 2017.