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Ashura

El martirio de Al-Husain (P) en Karbalá

El Imam Al-Husain Ibn Alí Ibn Abi Talib (P) nació el 3 de Sha`ban del año 4 de la Hégira (626 d.C). Ese día vino el Profeta (BPDyC) y pidió que le dieran a su nieto recién nacido, le recitó el Adhan en su oído derecho y la Iqamah en su izquierdo, lo estrechó en su regazo y lloró. Asma` Bin `Amis, que ayudaba a Fátimah, le preguntó al Profeta (BPDyC): “¿Por qué lloras?”, respondió: “Porque a este, mi hijo, lo asesinará después de mí la facción corrupta y tirana ¡Que Allah no les otorgue mi intercesión! Asma`, no informes a Fátimah, porque es reciente su parición”. Ese día le dió el nombre Husain, al séptimo día sacrificó un cordero, cortó su pelo y lo ofreció en plata, y lo hizo circuncidar, con él sean la Bendición y la Paz.

Dijo el Profeta (BPDyC): “Al-Husain es una parte mía y yo soy una parte de Al-Husein. Allah ama a quien ama a Al-Husain. Husain es un clan sagrado de las tribus”. Es decir, equivalente a una tribu, pues de él descienden los shurafá’, la nobleza del Islam, equivalente a las tribus de Israel. Y en cierta ocasión venía el Profeta (BPDyC) llevando en sus hombros a Al-Husain y diciendo: “¡Allahumma! yo lo amo, ¡ámalo Tú!”. Y dijo en otra ocasión (BPDyC): “Quien me ama y ama a estos dos y a sus padres [es decir a Al-Hasan y Al-Husein y a Alí y Fátimah] estará conmigo el Día de la Resurrección”.

            Se cuenta de Al-Husein Ibn Alí Ibn Abi Talib que cada vez que hacía el uudú se estremecía, y variaba el color de su rostro, temblaba, igual que su hijo Alí Zain Al-Abidín (P). Le preguntaron por qué sucedía esto, y él contestó: “¿Acaso no sabes ante Quién me debo presentar?”.

            El libro: Regalo para los espíritus, de Ibn Shuba Al-Harrani, cita unas palabras del Imam que dijo: “Por cierto que este mundo se ha desnaturalizado y empeoró, y el bien huyó sin restar de él más que un sarro como el de la vasija, y una vil existencia como mala hierba. ¿No veis cómo la verdad y el derecho no se practican?, ¿y cómo el error y lo nulo no cesan de ejecutarse? ¡Que el creyente sólo se contente con encontrar a Allah con el espíritu realizado! Yo, por cierto, no encuentro en la muerte sino felicidad, y en la vida con los inicuos más que descontento. La gente es sierva del mundo, y la fe es solo un remanente en sus bocas, que ellos cumplen en tanto fluya en la abundancia su existencia. Pero cuando son probados por la aflicción, son pocos los piadosos”.

                        El fundamento de su levantamiento en contra del falso califa Yazid, que Allah lo maldiga, fue el hecho de que había un pacto entre Al-Hasan, el hermano de Al-Husain (P), por un lado, y Muauia, por el otro, el usurpador del califato, pacto por el cual, para no derramar la sangre de los musulmanes, se estableció que a la muerte de Muauia el califato retornaba a manos de Ahlul Bait, la Gente de la Casa del Profeta (BPDyC). Lejos de esto Muaia alentó a su hijo Yazid, ya antes de morir, a tomar el poder, lo cual hizo inmediatamente. EntoncesYazid mandó al gobernador de Medina que exigiera la Baiah, juramente de fidelidad, del Imam Al-Husein (BP). Lógicamente el Imam se negó, como otra gente, y Yazid insistió en ello ordenando que si se negaba fuera ejecutado. El Imam (BP) un poco antes de la Peregrinación salió de Medina hacia La Meca para realizar la Peregrinación, y sabiendo que habían sido enviados emisarios de Yazid para asesinarlo suspendió la Peregrinación dos días antes, el día décimo, y marchó hacia Kufa, de donde le habían llegado muchas misivas y declaraciones apoyándolo como Califa. El mismo había enviado previamente a Aqíl Ibn Abi Tálib, que era su primo, como delegado suyo en Kufa, para averiguar el estado de la gente y comprometerlos. Pero tanto Aqil como Hani, el jefe de los partidarios de Al-Husain (BP) en Kufa, fueron ejecutados por Ubaidallah Ibn Ziád, el gobernante de esa ciudad, por orden de Yazid, el Califa en Damasco.

            El Imam (BP) salió de La Meca hacia Kufa la misma fecha en que eran ejecutados esos dirigentes. Y en el camino se enteró del hecho lamentable, pero no se detuvo sino que siguió adelante con su propia familia, y para algunos puede resultar enigmático el hecho de que comprometió a su propia familia. Siguió su marcha y fué interceptado, antes de llegar a la ciudad de Kufa, y el jefe de los enemigos tenía la orden de tomarle la Bahiah, el juramento de fidelidad al Califa, o bien matarlo. Aquella era la familia del Profeta (BPDyC), quien la conducía era el jefe de la familia (BP), y en ese momento era como el Profeta en persona. Y sin embargo el maldito Yazid, alguien súmamente corrupto, borracho, lujurioso, quería eliminarlos cualquiera fuera la consecuencia.

Durante los primeros diez días de Muharram, el primer mes del calendario islámico, fue asediado el Imam Al-Husein (BP) en su marcha hacia Irak, a la ciudad de Kufa, y fue interceptado y aislado en un lugar llamado Karbalá. En estos primeros diez días del mes, fue rodeado por un gran ejército que llegó, según algunos, hasta los diez mil hombres en su contra, siendo él y quienes lo seguían aproximadamente 77 (70 primero y 7 que se agregaron luego). Y en los últimos 3 o 4 días le fue negado el paso hacia el agua, de manera tal que en un clima tórrido, tan caluroso, fue insoportable ya el asedio sin agua, y sus hijos menores y los hijos de quienes lo acompañaban, la pedían desesperadamente. En los últimos días también fueron muertos sus hermanos, sus hijos, los más pequeños también, como Alí Al-Asgar, muerto en brazos de su padre. Cuando éste trataba de conseguir agua para su hijo, al pequeño que llevaba entre sus brazos le dieron un flechazo en la garganta.

Un medio hermano de Al-Husain, llamado Al-Abbas,  hijo de Alí y de Ummul Al-Banín, una de las esposas de Alí, apodado “la luna llena de Bani Hashim” por su belleza, fue el último que murió antes de su  hermano. Nunca se atrevió a llamar “hermano” al Imam (P), sino que lo llamaba mi señor (maulai). Fue asesinado cuando iba a traer agua, incursionando entre los enemigos, haciendo gran desparramo. Y cuando llegó hasta el agua, cargó una vasija para los niños, las mujeres, y su señor. Nadie se atrevía a enfrentarlo directamente, le tiraban flechas desde lejos, y cuando lo vieron caído se acercaron a él y le cortaron primero la mano derecha, tomó la vasija con la izquierda, después la izquierda, tomó la vasija con los muñones, y siguió caminando herido por todos lados, hasta que no pudo más, se desangró y cayó al suelo. Entonces fue la única vez que llamó al Imam “hermano mío”, y murió.

Al-Hurr, “el libre” fue el primer comandante de las tropas que desviaron a Al-Husain y lo aislaron en Karbaláh. Con el paso de los días le fue ordenado terminantemente matar a Al-Husain, o bien abandonar la comandancia, y él prefirió abandonar la comandancia, porque no se atrevía a levantar la espada y derramar la sangre de los hijos del Profeta (BPDyC). Y dos días antes del décimo, cuando veía que los sitiados se estaban muriendo de sed, y observaba la maldad de aquella tropa de la que participaba, y su propia maldad se le hizo evidente, se arrepintió ante Allah y fue al campamento del Imam (P) y dijo que se adhería a él. El Imam (P) le contestó: “Tu madre te ha puesto Hurr (libre), y tú eres realmente libre”. Es decir, estaba actuando con libertad, en su condición de ser humano. Y cuando fue muerto Al-Hurr lo tomó el Imam (P) entre sus brazos mientras sangraba, y le apoyó la cabeza contra su pecho. Pero Al-Hurr alejaba su cabeza del pecho del Imam (P) y la apoyaba en el suelo, y esto sucedió dos o tres veces. No quería mirar al Imam (P) ni en ese momento de su muerte, ni nunca lo miró a los ojos estando de su parte, porque tenía vergüenza del Imam (P), de cómo había procedido con él. ¡Pero cuántos de nosotros hacemos maldades sin ninguna vergüenza! Al-Hurr muriendo no quería que el Imam (P) le tuviera la cabeza en alto, quería humillarse de vergüenza. Muchas cosas extraordinarias por el estilo sucedieron ese día[1].

Luego vinieron los perversos y rodearon al Imam (P), que ya había estado en la tienda de las mujeres arengándolas para que sean fuertes, para que no se dejen vencer por los malvados, para que sostengan el Din del Islam, y salió vestido con la capa del Profeta, acicalado con el perfume del Profeta (BPDyC), en su mano derecha la espada y en la mano izquierda el Sagrado Corán. Fue lanceado, pisado por los caballos, despedazado. Y finalmente un maldito le cortó la cabeza que había pedido Yazid. A este maldito le había sido prometido por ese acto ser gobernador de una ciudad. Puso la cabeza en una pica, y volvió así a Damasco.  Cuando entró a lo de su esposa y le dijo: “Te traigo las riquezas más grandes de la tierra”, refiriéndose a haber conseguido un gobierno. Pero cuando la mujer vió lo que traía le dijo: “¡Maldito! ¡me has traído la maldición de este mundo y del otro! ¡Nunca más dormiré bajo un mismo techo contigo!”. Y el maldito puso la cabeza en el patio de su casa, y se fue a dormir. Pero su esposa durmió junto a la cabeza, y contempló cómo un rayo de luz descendía del cielo durante toda la noche sobre la cabeza de Al-Husain (P), y cómo pájaros blancos y verdes la rodeaban volando a su alrededor, como se circunvala la Ka`bah. Eran los ángeles.

Cuando finalizó la masacre de Karbalá vino una tribu cercana al lugar y realizó el sepelio de todos los caídos, la mayoría de ellos de la familia del Profeta (BPDyC). Y vieron en la espalda de Al-Husain Ibn Alí (BP) una marca muy notable. Allí estaba su hijo Zain Al-Abidin (P), quien se había salvado de la matanza por estar enfermo, sin participar de la lucha, y cuando llegaron hasta él para asesinarlo Zainab, su tía, se interpuso diciendo: “¿Acaso también matáis a los enfermos, así como matasteis a los niños?”. Entonces se apartaron. Allah lo protegió porque iba a ser el Imam designado a continuación. Le preguntaron a Zain Al-Abidín (P) qué era aquella marca en la espalda de su padre, y él respondió: “Esto se debe a que transportaba bolsas sobre su espalda a los domicilios de las viudas, los huérfanos y los indigentes”.

Estaba claro para el Imam (BP) que la gente de Kufa lo traicionaría, pero también estaba claro de que él debía realizar lo que realizó, no había salida, y su destino estaba ya fijado desde el momento de su nacimiento. Nadie debe pensar que porque Al-Husain (BP) es el Señor de los mártires Allah lo obligó a ello. Simplemente Allah Exaltado estableció la función, la categoría del Señor de los mártires, una categoría metafísica elevadísima, y asignó esa categoría no para los Profetas antecesores a Muhammad (BPDyC), sino para Muhammad y su Descendencia, y en la Descendencia de Muhammad (BPDyC) estableció esa categoría en Al-Husain Ibn Alí Ibn Abi Talib (BP). Pero Allah no obliga a ello. Sin embargo, si era su Voluntad que Al-Husain sea el Señor de los mártires, la ismah, la impecabilidad del Imam (P), no le permitía contrariar la Voluntad de Allah, la debía asumir gustosamente, Allah lo destinó y él lo asumió voluntariamente, aunque esto parezca contradictorio.

No debemos ver esa fecha como un fracaso, una derrota. Allah, Su Profeta (BPDyC) y los creyentes no son derrotados, aunque lo parezca. Las derrotas que sufren los Profetas (P) y los creyentes son en definitiva victorias, porque a la larga se imponen a pesar de su derrota, y a causa de ella misma. Así Al-Husain Ibn Alí, con él sean la bendición y la Paz, se impuso a la larga debido al sacrificio de su persona, su familia, y aquellos que se aliaron a él de la tropa enemiga. Estos abandonaron las filas enemigas, sabiendo que iban a morir junto al Imam (P).

Debemos recordar que Al-Husain (P) está vinculado íntimamente con el Imam Al-Mahdí (BP), y que su sacrificio es un antecedente de la venida del Imam (BP), un precedente de la Victoria de Allah sobre la tierra. Ese día, el 10 de Muharram, se llama “el día del colmo”, “de la calamidad”. Porque se produjo el colmo, la calamidad más grande. No interesa cuánta gente antes murió injustamente a manos de los tiranos, de los opresores, de los malvados, de los malhechores, ese día mataron a quien representaba en persona al Mensajero de Allah (BPDyC), que es la máxima criatura de Allah. Es como si hubiesen matado al Mensajero en persona. Ese día se estremecieron los cielos y la tierra,  la maldad había llegado al colmo, el crimen de Satanás había desbordado. Y aunque hayan pasado muchos siglos, en ese momento quedó sellada la Victoria de Allah, y el lazo entre Al-Husein y Al-Mahdí, con ambos sea la Paz, como si fueran una sola persona en dos etapas.

            La Victoria de Allah está simbolizada por Al-Husain Ibn Alí Ibn Abi Talib (P), cuya sangre permitió la perdurabilidad del Islam, pues nosotros somos hoy musulmanes, y el Din de Allah ha sobrevivido hasta hoy, y el Sagrado Corán no ha sido alterado, y los opresores se han condenado a sí mismos con esos crímenes, y la Ummah de Muhammad (BPDyC) ha testimoniado que el Profeta de Allah (BPDyC) entrega a su familia al sacrificio para la vida del Islam y de los musulmanes, todo ello gracias a Al-Husain (P). De este modo quedó sellado el pacto con Allah, la promesa de Allah de la Victoria final, y fue asignado el Imam Al-Mahdí (P) como el vengador de la sangre de Al-Husain. La venganza de Allah es establecer la Paz, la Justicia y la Verdad en el mundo.

             Siervos de Allah, los ojos que lloran por la muerte de Al-Husain no pueden penetrar en el Fuego infernal, el alma que llora por Al-Husain no entra en el fuego. Le está prometido sin duda, inevitablemente, el Paraíso. Inclusive, tratar de llorar por él, esforzarse por eso, es meritorio. Los Imames (P) lloraban por Al-Husain Ibn Alí Ibn Abi Talib (BP), y cuenta Alí Al-Rida (P) que su padre Musa Al-Kazim (BP) no dejaba de llorar durante los diez días de Ashura, y al décimo intensificaba su llanto, su desconsuelo, pues es fue el día del martirio de Al-Husain (BP).

            Al-Husain (BP) y el Imam Al-Mahdí (P) están de tal modo vinculados que el día de la muerte de Al-Mahdí (BP) vendrá Al-Husain, lavará su cuerpo, le pondrá la mortaja, lo enterrará y rezará sobre él. Por eso roguemos, siervos de Allah, ver al Imam Al-Husain en la época de gloria.

            Todos los Profetas y justos que fueron oprimidos en la tierra van a tener su venganza gracias a la venganza de Al-Husain (P), los despojados, los martirizados, los aplastados por el poder opresor, los que son expulsados de sus tierras, a los que se les echa abajo sus casas, a los que se los despoja de sus bienes, los que son expulsados de sus aldeas, los millones de indígenas que fueron muertos en América, los miles y miles de musulmanes expulsados y muertos en España, que fueron obligados a abandonar su religión, los que son perseguidos, y a los que hoy en Alemania se les queman sus casas. Todos, sean o no musulmanes, que han sido injustamente muertos, van a tener su venganza el día en que Allah vengue todo mal gracias a la venganza de la sangre de Al-Husain (BP), a manos de Al-Mahdí (BP). Quien no sepa que Al-Mahdí tiene como principal función la venganza de Al-Husain, que es la venganza de toda opresión e injusticia sobre la tierra, no sabe para qué viene este Imam (BP).

            Siervos de Allah rueguen a Allah para que ponga en sus corazones el amor a Al-Husain, y el lamento, el llanto, el desconsuelo por lo que sucedió el día de la calamidad, del colmo, iaumu al-taff, como se lo llama en árabe.

[1] Por la Barakah del Profeta (BPDyC) conocemos en profundidad los hechos que rodearon la decisión de Al-Hurr. Texto inspirado que publicaremos durante esta semana.

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