Gaffár Omisor de las faltas, Muy Perdonador
Gaffár Omisor de las faltas, Muy Perdonador
*Gafúr Indulgentísimo
*Tauuáb Muy Perdonador
*A’fúu El que borra los pecados
El verbo gáfara significa “tapar”, “cubrir”, y evoca otro verbo, káfara, que tiene el mismo significado pero mayormente en sentido negativo. Gáfara alude a la Misericordia divina por eso en numerosos versículos aparece el Nombre Gafúr (Indulgentísimo), en pareja con Rahím (Misericordiosísimo). Dice el Sagrado Corán: Di: “Si amáis a Allah ¡seguidme! Allah os amará y perdonará vuestras faltas, porque Allah es Indulgentísimo, Misericordiosísimo” (3:31). Y cuando vengan a ti los que creen en Nuestros Signos, di pues: “¡La Paz sea con vosotros! Vuestro Señor se asignó a Sí Mismo la Misericordia: Que Él es pues sin duda Indulgentísimo, Misericordiosísimo, con los que de vosotros cometan el mal por ignorancia, y luego de ello se arrepientan y se enmienden” (6:54).
Gaffár o Gafúr indican el cubrimiento y omisión de las faltas, al punto de que la perfección del Perdón divino es que el que cometió una falta la olvide, como si nunca hubiese existido. Y por eso dijo el Profeta (BPDyC): “El que se arrepiente de las faltas es como el que no tiene faltas, y el que pide la Indulgencia por sus culpas, mientras reincide en ellas, es como aquel que se burla de su Señor”, y dijo: “Allah se alegra más por el arrepentimiento del arrepentido que el sediento [a punto de morir] que encuentra agua, y que la estéril que da a luz, y que el perdido que es encontrado. Así pues, al que se arrepiente ante Allah con sincero arrepentimiento, Él hace que sus dos custodios [angelicales] y sus miembros (y sentidos), y los lugares de la tierra toda olviden sus faltas y pecados”.
En cuanto a las faltas, en primer lugar nuestra doctrina no afirma que el humano nace en el pecado, sino en la fitrah (esencia primordial pura), y que su destino es buscar el conocimiento y no solo la salvación, porque el conocimiento implica la salvación. Dijo el Profeta (BPDyC): “El islam entierra todo lo pasado”, refiriéndose a las faltas, las ignorancias cometidas, y otras limitaciones. En segundo lugar, el perdón por las faltas debe ser elaborado por el individuo, gracias a su arrepentimiento, y no en virtud de que otro se lo otorgue, excepto cuando se disculpa ante este y le es aceptado.
“Perdón y arrepentimiento” se dice con la misma palabra en árabe (taba), porque al que se arrepiente le antecede el Perdón divino: Luego los perdonó para que ellos se arrepintieran. Por cierto, que Allah es el Muy Perdonador, el Misericordiosísimo (9:118).
En tercer lugar, las faltas no tienen una gravedad metafísica por lo cual deba venir un ser extraordinario a cargar con las culpas ajenas. Es verdad que la Torá dice que un profeta carga con la culpa de su pueblo, en el sentido de que es la conciencia de este, y asume el estado deteriorado de su comunidad, y es el más indicado para rogar el perdón y restablecer el bien en ese pueblo. Luego, la falta es producto de las imperfecciones humanas que Allah disculpa, ya que son constitutivas del ser, producto de la ignorancia, y es necesario que ellas se manifiesten para la prueba del mundo, y que el ser humano las supere. La prueba implica la falta y corresponde a la apariencia del mundo, por eso la falta no tiene realidad consistente, aunque sirve como la valla que el atleta debe superar.
El ser humano se perfecciona cuando conoce sus límites y no los transgrede. Dijo Ali (BP): “Allah hace misericordia con una persona que conoce su límite y se detiene ante él”, no lo viola. Dijo el Profeta (BPDyC): “Por cierto que el siervo comete la falta, y cuando la recuerda se entristece. Y si Allah observa que se ha entristecido, lo perdona por lo que hizo antes de que él [el hombre] emprenda su remisión [actos de arrepentimiento], sin [necesidad de] oración, ni ayuno”. El Perdón divino tiene dos posibles significados, por un lado es antes que nada un don de Allah Exaltado, algo que Él nos otorga para que podamos arrepentirnos. Entonces, precede al arrepentimiento pero también lo sigue: Es primero una merced anterior al arrepentimiento y que permite alcanzarlo, y segundo una superación del mal, del daño causado, superación a la cual llamamos “arrepentimiento”. El Perdón prevalece, es primero, como la Generosidad de Allah es más grande que cualquier cosa que uno pueda suplicar. Allah Exaltado propicia en el culpable las causas del arrepentimiento, para que pueda alcanzar el Perdón, la superación de la falta, ya que sin arrepentimiento no hay Perdón.
En cuarto lugar, la falta se borra con el acto de bien. Dice el Sagrado Corán: Quienes se arrepienten y creen [en Allah] y hagan el bien, cambiará Allah su malignidad por bondad, porque Allah es Indulgentísimo, Misericordiosísimo (25:70), y dijo el Profeta (BPDyC): “Teme a Allah, donde te encuentres, y haz que sigan a tus maldades actos de bien (bondades) que las borren, y trata a la gente con buen carácter”. Como vemos la existencia de las faltas está ligada a la vida psíquica del individuo, por eso el versículo dice “malignidad”, es decir mala intención, y también dice “trata a la gente con buen carácter”, una virtud moral.
Por último, la reparación de las faltas que se inicia con el arrepentimiento sincero, debe complementarse con la reparación del daño causado a la víctima, y si esta hubiese fallecido, a sus deudos, y si esto fuera imposible, se debe reparar con actos de bien equivalentes. Esto plantea dos asuntos, primero que no es suficiente con solo el arrepentimiento, ni aún el Perdón divino, porque inclusive el Día Final Allah requerirá del causante la reparación a la víctima si no lo hubiese hecho en el mundo, excepto que Allah Exaltado lo hubiese ya perdonado. En segundo lugar, aun cuando se repare materialmente el daño causado, ello no satisface la justicia completa, y aún resta el Juicio divino, porque la justicia en este mundo es imperfecta, y la satisfacción total será en el Más Allá. La Misericordia es lo único que perfecciona la justicia en absoluto. Esto no nos exime de procurar la justicia en este mundo tanto como sea posible, incluso poniendo en juego nuestras vidas, porque la Justicia es el ideal más alto de la vida en comunidad.
En cuanto al Profeta Muhammad (BPDyC), máxima expresión de los Nombres y Atributos divinos en el plano de la creación, señalaremos algunas tradiciones al respecto:
Un compañero del Profeta (BPDyC) llamado Usamah Ibn Zaid expresó: «El Profeta (BPDyC) y sus compañeros disculpaban a los idólatras y a la gente de la Escritura [los judíos] así cómo Allah les había ordenado hacerlo y eran pacientes con el agravio. Como dice Allah Exaltado: `Y escuchareis sin duda de los que recibieron la Escritura y de los que son idólatras múltiples agravios. El Mensajero de Allah (BPDyC) confirmaba la disculpa tal como Allah le había ordenado, hasta que Él le permitió [combatir las agresiones] contra ellos»
En la fuente sunnita Perlas esparcidas, de parte de Ánas, se registra que transmitió: “Dijo el Mensajero de Allah (BPDyC): ‘Por cierto que la excelsitud del carácter (proceder) ante Allah es que disculpes a quien te dañó, y te allegues al que se separó de ti, y que proveas (sirvas) al que te negó’. Luego el Profeta (BPDyC) recitó: ¡Adopta la disculpa, y ordena el bien, y apártate de los necios!” (7:199) (T, VIII, p. 384).
Otra tradición cuenta: «Cuando falleció Al-Nayashi, el rey cristiano de Etiopía, dijo el Mensajero de Allah (BPDyC): ¡Pedid la Indulgencia para vuestro hermano!’. Y algunas gentes expresaron: ¡Nos ordena pedir Indulgencia para un extraño que murió en tierras de Etiopía…!’ Entonces fue revelado: Y por cierto que entre la gente de la Escritura hay sin duda quienes creen en Allah y en lo que te fue revelado y lo que a ellos les fue revelado. Son sumisos ante Allah, no malvendiendo a vil precio los Signos de Allah: Tales obtendrán su recompensa en lo de su Señor. De seguro que Allah es presto en el escrutinio (3:199)
‘Uzman Ibn ‘Affan, que sería el tercer califa, intercedió a favor de un pariente de él, cuando el Profeta (BPDyC) y sus seguidores entraron en Meca el día de la Victoria. Ese pariente había abjurado del Islam, pero vino vestido de mujer aquel día a ver al Profeta (BPDyC), para que no se lo reconociera, junto a ‘Uzman, quien preguntó al Profeta (BPDyC): “¿Acaso los que se arrepienten de abjurar del Islam, si tú los perdonas, se salvan de ser expulsados?”, y el Profeta (BPDyC) le dijo que sí, entonces agregó ‘Uzman: “Este es fulano de tal, que vino vestido de mujer, y requiere tu perdón”, y él lo perdonó a pesar de la gravedad de lo que había cometido.
En una tradición se expresa: «Al que se arrepiente un año antes de su muerte Allah lo perdona». Luego agregó el Profeta (BPDyC): «El año es sin duda mucho, por lo cual el que se arrepiente antes de su muerte por un mes Allah lo perdona». Luego agregó: «Por cierto que un mes es mucho, por lo cual al que se arrepiente antes de su muerte por un día Allah lo perdona». Luego agregó: «Y aún un día es mucho, por lo cual al que se arrepiente antes de su muerte por una hora Allah lo perdona». Luego agregó: «Una hora es en verdad mucho, por lo cual al que se arrepiente habiendo alcanzado su alma ésta (e indicó su garganta) Allah lo perdona» (T, IV, p. 251).
© Textos del Sheij Alí Al-Husainí recopilados por Aiman Fradkin y Hasan Gomez, editados por Bashir Gomez