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Ganí Opulentísimo

Ganí Opulentísimo

*Múgni El que otorga riquezas y dones

A diferencia del Nombre divino Fauuád (ver ensayo anterior) que tiene un sentido más relativo a lo mundano, en Ganí predomina su sentido metafísico, fuera de toda relación con cualquier cosa. La palabra “guína” significa “opulencia” o “riqueza”, en el sentido de la autosuficiencia, sin necesidad de ninguna otra cosa. Allah Exaltado es en Sí Mismo Autosuficiente, Absoluto, “Al-Samad”, y la única vez que figura este término en el Sagrado Corán es en la sura 112: “Di [Profeta]: Allah es Uno y Único, Allah es Absoluto (Autosuficiente), no procrea ni fue procreado, y no hay nada ni nadie a Él semejante” (112:1-4) Así queda definido el Nombre Ganí, “Independiente de todo, sin necesidad de nada”.

Respecto de la Opulencia divina dice el Sagrado Corán: ¡Humanidad! Vosotros sois los indigentes de Allah, y Allah es Opulentísimo, Alabadísimo. Si Él quisiera os haría desaparecer, y suscitaría una creación nueva, no siendo esto nada difícil para Allah (35:15-16) Y expresó Moisés: “Si vosotros, y todos cuantos hay en la tierra, fuerais impíos, [sabed que] Allah es de Suyo Opulentísimo [independiente de los seres], Alabadísimo [no necesita de vuestra alabanza]” (14:8)

Sin duda que de estos versículos derivan enseñanzas para el comportamiento humano, para que reine la paz y la justicia entre los seres, y un versículo que menciona la Opulencia divina dice: Un dicho afable y una disculpa son mejores que una caridad seguida de injuria. Y Allah es Opulentísimo, Compasivísimo y Prudente. (2:263)

Es absurdo que Allah destine la pobreza o miseria al ser humano, especialmente al creyente. Pero esto se debe sobre todo a que el creyente sabe moderar sus goces, su bienestar, y administra con prudencia sus bienes, cumpliendo con lo que Allah establece sobre ellos.

La felicidad o ventura en este mundo, aún antes del más allá plenificado, es que reconozcamos nuestra indigencia y la Opulencia divina. La plenitud de esta conciencia es al-faná’, el anonadamiento en la Realidad divina, “el suspiro del que muere”. El “depósito exquisito”, que Allah predestina para Sus amigos, es haber recibido esta dación espiritual, el reconocimiento de la propia indigencia y de sólo la plenitud en Él. Dice la tradición sabia: “No creáis por ventura que poseéis sino poco [migajas] de lo que hay en Allah. Pero cuando reconocéis la indigencia [en vosotros], Allah os hace opulentos, porque disteis con la llave de Su puerta. ¿A quién Allah no abre Su puerta cuando se presenta humillado, reconociente de que nada posee? [Este] vació su vasija, abandonó su casco, y se presentó a Su puerta como el suspiro del que muere. Y Allah lo tomó en Su Mano y lo colmó de Su Gracia, con algo mejor de lo que ya le había dado [que abandonó por más]”.

En cuanto al Profeta (BPD) dice el Sagrado Corán: Eres por cierto de una naturaleza extraordinaria (68:4), ya que en él se manifiestan todas las perfecciones de la naturaleza humana, pero, aún, en el orden metafísico es el Primer Manifestado, en el sentido de que reúne en sí la completitud de todos los Atributos divinos que Allah Exaltado quiso manifestar para este mundo, porque Allah no manifiesta la multiplicidad sino solo la Unidad en un paradigma que concierne a todo el resto. Ciertamente, te hemos dado el Kauzar [la abundancia de sabiduría y virtud en este mundo, un río del Paraíso, prometido al Profeta (BPD)] (108:1), rio que simboliza la Sabiduría máxima y a Fátima (P), como un aspecto del Mensajero (BPD): El da la Sabiduría [la perfección del intelecto y del conocimiento espiritual] a quien Él quiere, y el que recibe la Sabiduría ha obtenido un bien abundante [incomparable]. Pero no lo meditarán [y se persuadirán] sino los de intelecto [que tienen substancia]. (2:269)

En Perlas esparcidas, citando diversos tradicionistas, se narra que Abu Umámah, un compañero del Profeta (BPDyC), transmitió: “Pregunté a Ubádah Ibn Al-Sámit sobre los trofeos, y me respondió: ‘Se reveló respecto de nosotros, los que participamos en Badr, cuando discrepamos sobre el botín y se envilecieron por él nuestros ideales. Entonces Allah lo quitó de nuestras manos y lo asignó al Mensajero de Allah (BPDyC), y el Mensajero lo repartió entre los musulmanes por partes iguales” (T, IX, pp. 15-16).

Dice el Profeta (BPDyC) en una tradición: «La opulencia es que te conformes con lo que tienes», es decir el bienestar no es la cantidad sino la conciencia de goce, y esto puede suceder con muy poco de los bienes que Allah nos otorga. Solamente es admisible que el creyente solicite de Allah mayor cantidad de bienes cuando él es un instrumento de Allah, un administrador de Allah para el bien. Entonces se justifica una amplia fortuna, la amplitud y no lo meramente necesario, pues como sabemos los bienes todos pertenecen a Allah y a los creyentes, y los impíos los poseen por usurpación. Así como no les pertenecerán en el otro mundo tampoco en este les pertenecen: Y a Allah pertenece la heredad de los cielos y la tierra (3:180).

© Textos del Sheij Alí Al-Husainí recopilados por Aiman Fradkin y Hasan Gomez, editados por Bashir Gomez

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