Hasíb Evaluador Minucioso, Compulsador
El nombre Hasíb deriva de la raíz hasaba, contar, calcular, considerar, prever, creer que algo puede suceder. En el Sagrado Corán se usa en varios sentidos, pero como Nombre divino más frecuentemente tiene el sentido de “cuenta final”, sea respecto de un individuo, de una cultura o ciudad, o de toda la humanidad. Dice: Y establecimos la noche y el día como dos signos, pero eliminamos el signo de la noche, y hacemos que el signo del día sea manifiesto, para que procuréis los bienes de vuestro Señor, y para que conozcáis la cuenta de los años y de los números (al-hisaba). Y cada cosa la establecimos detalladamente. Y a cada persona le impusimos el registro de su devenir en su cuello, de donde lo extraeremos el Día de la Resurrección como un libro que él encontrará expuesto. Le diremos: `¡Lee tu registro! Hoy es suficiente con tu propia alma como Compulsador. El que se guía solamente lo hace en beneficio propio, y el que se desvía únicamente lo hace en contra de sí, y no soportaréis la carga de otro. (17:12-15)
Allah Exaltado destaca que Él ha establecido todas las cosas en forma matemática, y por eso puede la ciencia física calcular las distintas relaciones entre los objetos existentes, lo que nos plantea la realidad del espacio y del tiempo. Cuando el versículo dice “cuenta de los años” aludiría al tiempo, y con “cuenta de los números”, aludiría al espacio, como relación entre los entes existentes, “y cada cosa la establecimos detalladamente”.
La ciencia física no se plantea que el tiempo y el espacio son percepciones psicológicas, sino las considera realidades concretas, y así se multiplica la realidad, sin que podamos alcanzar la idea de la Unidad Absoluta divina (Tauhid) que expone el Islam. Nuestra idea es que lo que percibimos es apariencia de Realidad, es decir, el grado en que podemos captar la Automanifestación divina, y decimos que no hay Realidad más que esta Automanifestación, y que la multiplicidad es apariencia o ilusión. Lo que se manifiesta como realidad son los signos, y no algo material y concreto, como lo creemos nosotros, sino símbolos de la Automanifestación divina. Y Él es Quien estableció para vosotros las estrellas, para que os orientéis en las tinieblas del continente y del mar. Hemos detallado los Signos para gente que conoce. Y Él es Quien os originó de una sola alma, teniendo concreción y yacimiento. Hemos detallado los Signos para gente que comprende. Y Él es Quien hace descender agua del cielo, con la que extraemos el germen de toda cosa, y de ello hicimos surgir la gramilla de la que originamos un grano abarrotado, y de la palmera, de su retoño, racimos cercanos. Y frutos de vides, y la oliva y el granado, análogos y no análogos ¡Y considerad su fruto cuando madura, y su sazón!: En esto hay Signos para gente creyente. (6:97-99)
El Imam Ali Rida (BP) dice: “Sabe que la «creación de la nada» (sin antecedentes, ibdá’), el «querer» y la «voluntad» tienen un mismo significado (en Allah), pero son tres términos diferentes. Su primera instauración (creación sin antecedentes), voluntad y querer fueron los signos (partículas) que Él constituyó en el origen de todas las cosas, guía de todo el que comprende, y decisores de todo problema. Estos signos son la distinción para todas las cosas [en otras versiones: “… distinciones en todo significado (o realidad)…”, o bien “… conocimiento de todas las cosas…”], sea (para determinar) un nombre (substantivo) verdadero o falso, algo activo o pasivo, un significado o un no-significado. Sobre ellos se congregan todas las cuestiones. Él no dispuso para los signos, cuando los instauró, otro significado o sentido excepto el que tienen en sí mismos, como limitados, finitos, ni existencia alguna, puesto que han sido instaurados sin antecedentes. La luz en este caso es el primer Acto de Allah, Quien es “La Luz de los cielos y de la tierra”, siendo los signos los actuados por aquel Acto (lit.: “la luz… es la primera Acción de Allah… y los signos son el objeto directo de tal Acción”) […]
Luego Allah, después de computar [“particularizar” o “determinar”] y perfeccionar su número, hizo de los signos Actos Suyos, como en Su dicho, Poderoso y Majestuoso: “¡Sea y es!” (kun fa-iakun), y el «Sea» es una realización de Su parte, y aquello que con él (con el «Sea») aparece es lo realizado. Por lo tanto, la primera creación por parte de Allah, Poderoso y Majestuoso, es la Instauración (es decir, un Acto Suyo sin antecedente alguno, ni modelo que imitar), que no tiene peso, ni movimiento, ni sonido, ni color, ni sensación (no puede ser percibido). Y la segunda creación son los signos que no tienen peso ni color, pero son sonoros y pueden ser calificados (descritos), aunque no vistos. Y la tercera creación son todos los tipos o especies de cosas que sean sensibles, palpables, que tengan gusto, y sean visibles. Allah, Bendito y exaltado, antecede a la Instauración porque antes que Él, Poderoso y Majestuoso, no hay nada, ni junto a Él hay nada. Y la Instauración es anterior a los signos, y estos no indican otra cosa que a ellos mismos”. (At-Tauhid, págs. 430 a 440)
El Sagrado Corán se refiere a la realidad universal a la que alude la tradición del Imam Al-Rida (BP) recién citada, como la Tabla Resguardada (Al-Lauh Al-Mahfuzh) o tabla de la realidad. En ella está escrito todo lo que hay y habrá. Es aquello que se manifiesta desde lo Oculto, la parte de realidad manifestada y creada a la cual tenemos acceso, sea sensible o suprasensible. Se ha utiizado el símbolo de la Tabla Esmeraldina, en una idea más asequible, al sostener que la naturaleza está escrita en cifras o en números, en el sentido de que hay una estructura armónica, permanente, lógica, coherente, inmanente del cosmos, y a la que se puede acceder matemáticamente. Y ello es cierto, pues la propia ciencia lo ha demostrado, aun cuando hayan surgido en el siglo XX teorías muy particulares que contradicen a otras más antiguas, aunque aun así todo ello queda en el ámbito de las matemáticas, la que demostró la total coherencia y armonía que existe en el cosmos. Aunque la tabla esmeraldina, según lo que conocemos, no contemplaba los destinos humanos, la existencia psíquica.
En cuanto al Profeta (BPD) le enseña el Sagrado Corán: Di: “Estoy en la evidencia de mi Señor, pero vosotros le desmentís” (6:57). Cierto día estaba el Profeta (BPDyC) reunido con sus seguidores, y vino un hombre muy empeñoso, descendiendo de una colina, y los compañeros del Profeta (BPDyC) admiraron su esfuerzo, su actividad. Entonces algunos dijeron: “¡Ojalá fuera por la Causa de Allah!”, y el Profeta (BPDyC) les respondió: “Es que acaso solamente la lucha es por la Causa de Allah? Si él ha salido para conseguir la subsistencia de sus dos padres ancianos, ha salido por la Causa de Allah. Si ha salido empeñándose para conseguir la subsistencia de su esposa y familia, ha salido por la Causa de Allah. Si ha salido para subvenir a sus propias necesidades, lícitamente, ha salido por la Causa de Allah. Pero si ha salido para acumular bienes ha salido por la causa de Satanás”.
“Evidencia” a la que alude el versículo anterior es el hecho de separar o distinguir entre dos cosas, a fin de que no se confundan. Es el discernimiento entre la verdad y el error, la justicia y la injusticia, gracias al cual se esclarece nuestra interpretación de la realidad, y entonces concierne a la compulsa de todas las cosas, y de cada una en particular. Y como arquetipo de la perfección establecida por Allah en la creación, el Profeta (BPD) es el fiel de la balanza de todas las criaturas en la existencia terrena y en el Más Allá. Dice el Sagrado Corán: Ya indagaremos realmente a los que les fueron enviados los Mensajeros, e indagaremos sin duda a los Mensajeros, y de seguro les detallaremos con conocimiento, porque Nosotros no estuvimos ausentes. Y la Balanza ese Día será la Verdad, así los que sus obras tengan peso, éstos serán sin duda los salvos, pero los que sus pesos se alivianen, éstos serán los que perdieron sus almas por haber estado menoscabando Nuestros Signos. (7:6-9). La creación entera es una evidencia del cálculo sutil de cada componente que en ella se encuentra. No podría subsistir si se produjese el mínimo desequilibrio, si respondiera a dos o varios principios absolutos distintos, por eso el Sagrado Corán dice: Si hubiera en ambos [los cielos y la tierra] dioses varios, excepto Allah, seguramente se habrían ambos corrompido: ¡Glorificado sea Allah, Señor del Trono, por cuanto Le atribuyen! (21:22).
También la Justicia es evidencia de la perfecta disposición divina de las cosas: El Más Misericordioso enseñó la Recitación. Creó al hombre, le enseñó la argumentación. El sol y la luna están cada uno en su órbita, y la vegetación [las plantas] y los árboles se prosternan. Elevó el Cielo y estableció la balanza: ¡No pervirtáis la balanza, pesad con equidad, y no merméis la balanza (55:1-11) Y dice: Por cierto que Allah ordena la Justicia, la Benevolencia, y el dar a los parientes próximos [o a los semejantes], y veda la maldad, la contumacia [la rebeldía] y la corrupción. Os advierte, quizás así temáis (16:90) Porque la Justicia abarca todas las cosas y se aplica en especial a los actos humanos.
Sobre la impecabilidad de la Justicia y del Dominio divino sobre todas las cosas existe la siguiente tradición sacra: Dice Allah Exaltado: “¡Siervos Míos!: Yo ciertamente me he vedado a Mi mismo la injusticia y determiné que esté prohibida entre vosotros, así pues, no os hagáis injusticia unos a otros. ¡Siervos Míos!: Todos vosotros estáis en el error, excepto quienes Yo los guíe ¡Pedid pues Mi guía que os guiaré! ¡Siervos Míos!: Todos vosotros estáis hambrientos, excepto quienes Yo de de comer ¡Pedid pues que os alimente, que os daré de comer! ¡Siervos Míos!: Todos vosotros estáis desnudos, excepto quienes Yo vista ¡Rogad que os vista, que os vestiré! ¡Siervos Míos!: Ciertamente que vosotros pecáis noche y día, pero Yo perdono todos los pecados ¡Pedid Mi indulgencia que os perdonaré! ¡Siervos Míos!: Vosotros no alcanzáis a hacerme daño para perjudicarme, ni podréis nunca beneficiarme para favorecerme ¡Siervos Míos!: Si los primeros de entre vosotros y los últimos, y vuestros humanos y vuestros genios tuvieran el corazón del más temeroso y probo de los seres, esto no aumentaría en nada Mi Poder y Reino ¡Siervos Míos!: Si los primeros de entre vosotros y los últimos, y vuestros humanos y vuestros genios tuvieran el corazón del más perverso de los seres, esto no disminuiría en nada Mi Poder y Reino ¡Siervos Míos!: Si los primeros de entre vosotros y los últimos, y vuestros humanos y vuestros genios se alzaran en un mismo plano y me rogaran que les concediera, y Yo le diera a cada uno lo que pidiese, eso no disminuiría en nada lo que Yo poseo, como no disminuye la aguja cuando se le introduce el hilo ¡Siervos Míos!: Solamente existen vuestras obras que Yo os evaluaré, luego os recompensaré por ellas. Así pues, quien encuentre el bien que alabe y agradezca a Allah, y quien encuentre otra cosa que esto, que no se reproche sino a sí mismo”. (de parte de Múslim)
En cuanto a la justicia en el Profeta (BPDyC) se cuenta que Nu´mán Ibn Bashír, un seguidor del Profeta (BPDyC), relató que su padre le dió un regalo de sus bienes, como anticipo de herencia, y entonces la madre de Nu`mán, llamada Úmrah Bint Rauáhah, expresó: “Yo no estoy de acuerdo hasta que tú pongas por testigo de esto al Mensajero de Allah (BPDyC)”. Así pues, el padre fue a verlo para que testimonie el asunto, y el Profeta (BPDyC) preguntó: “¿A todos tus hijos has dado lo mismo?”. Respondió el padre: “No”. Expresó entonces el Mensajero de Allah (BPDyC): “¡Temed a Allah y sed justos con vuestros hijos!”. Y agregó: “Yo no testimonio una injusticia”. (MIK, I, p. 495).
© Textos del Sheij Alí Al-Husainí recopilados por Aiman Fradkin y Hasan Gomez, editados por Bashir Gomez