Conversaciones con el Sheij Alí Al Husainí (8)
Salamu aleikum Sidi Murshid. En una anterior conversación le dije que habíamos entrevisto o intuido con sidi Aiman, que lo enseñado en “Teología islámica” podría dar la clave para analizar o validar los conocimientos científicos. En el “segundo prólogo” el Elegido mencionó “la realidad del cuatro y su completitud”. Quiero pedirle en esta ocasión, por favor, varios ejemplos de ello, sean en el plano metafísico como en el de la creación. Si fuera posible diez ejemplos, para coincidir con la perfección del cuatro.
-Antes que nada, debemos tomar conciencia de que los números no son meras cantidades, o un ordenamiento de cifras con fines prácticos, o solo para usar en una operación matemática. “Número” y “cantidad” son dos distintos, el número expresa un significado, y la cantidad una composición de elementos, y el número es signo de algo que él simboliza. El uno es el principio, el dos el origen, el tres la materialización o concreción, y el cuatro la completitud o perfección de toda cosa, del desarrollo de toda cosa. Esto no se comprende por razonamiento sino por intuición. De la suma de los cuatro primeros números resulta el diez, que constituye simbólicamente la primera unidad de un orden superior, y símbolo de los Profetas (P). Por ejemplo, el ser humano tiene como primero o principio biológico a Adán (P); como origen a sus padres, es decir los espermatozoides y el óvulo, ambos en conjunción; la materialización o concreción, es la adquisición del cuerpo y su desarrollo; y la completitud es el despliegue de la vida psíquica, intelectual y espiritual. En esta última fase se puede alcanzar la completitud.
- Allah Exaltado predestinó cuatro asuntos en la vida humana, el nacimiento, la muerte, la provisión espiritual, y la provisión material, aunque la predestinación divina no es fatal y definitiva, pues Él es Omnipotente.
- La obra “Teología islámica”, comprende cuatro libros: el libro de los Nombres y Atributos divinos, que se centra en el Tauhíd, la Unidad divina absoluta; el de la Manifestación, que expone lo relativo al mundo espiritual puro; el del Vínculo, que menciona los procesos por los cuales se concreta la realidad; y la Creación, en uno de cuyos planos nos encontramos los humanos. Como vemos abarca cuatro temas fundamentales que conciernen a la totalidad de las cosas. También, en la metafísica islámica se conocen cuatro niveles de los Nombres y Atributos divinos: Al-Mulk (“lo creado”); Al-Malakút (“lo manifestado”); Al-Yabarút (“lo metafísico puro”); y Al-Lahút (el Sí Mismo divino).
- Todas las cosas han sido constituidas sobre la base de cuatro aspectos, y a ello aluden las expresiones: Subhána Alláhi (Glorificado sea Allah), Al-Hámdu lil-Láhi (la Alabanza sea para Allah), La Iláha illa Alláh(u) (no hay Divino sino Allah), y Alláhu Ákbar (Allah es el Más Grande), que significan respectivamente: Subhána Alláhi indica el Principio, del cual proceden todas las cosas contenidas en el Conocimiento divino. Al-Hámdu lil-Láhi indica la automanifestación de cada ente metafísico, por la cual adquiere su esencia, aunque se automanifiesta por sí mismo, envuelto en la Automanifestación divina. La Iláh illa Alláh(u) es la concreción de cada ente, en un ser individual determinado, en el plano al cual pertenezca. Alláhu Ákbar simboliza el retorno a la Meta, por el cual se adquiere la plenitud de la automanifestación particular. Además, en cada aspecto de los cuatro mencionados (principio, automanifestación, concreción, y retorno) se presenta a su vez un conjunto de cuatro unidades en cada aspecto, porque todo tiene un oculto (indicado antes como principio), un manifestado (esencia), un vínculo (concreción), y un retorno (plenitud), “porque todo está en armonía y belleza, plenificación y pureza”, como dice el Elegido. Y la última unidad de cada ciclo corresponde a la primera y oculta del conjunto de cuatro del aspecto siguiente.
- En la Noche de la Ascensión (Mi´ráy) Gabriel dijo al Profeta (BPDyC): “¡Muhammad! ¿Consideras grande lo que has visto? Es solamente creación de lo que creó tu Señor: ¡Cómo entonces no te sorprenderías ante el Creador de las criaturas que has visto, y las que no has visto todavía, mayores a estas! Y todas son criaturas de tu Señor. Entre Allah y su creación hay 70.000 velos, y las más cercanas de las criaturas a Allah soy yo e lsrafel, y entre nosotros y Él hay cuatro velos, uno de luz, uno de tinieblas, otro de nubes (o neblina), y otro de agua” Los velos simbolizan niveles o planos de la realidad, siendo cuatro los velos más elevados.
- Cuando el Elegido enseñó sobre el surgimiento de la naturaleza dijo: “El medio [lo que media o substancia primordial] surgió con fuerza, se desarrolló, se plenificó, pasó por procesos de automanifestación. Se conformó en solidez y acuidad. Esto se prometió a toda manifestación en la Creación, y tuvo su momento, la tierra se sacudió, el agua se engrandeció, el viento arrasó, los fuegos se expandieron” Podemos observar que el sistema ecológico está formado por estos cuatro elementos, tierra, agua, viento (aire), y fuego. Los verbos que utiliza para cada característica de las señaladas, como “sacudió”, “engrandeció”, “arrasó” y “expandieron”, describen la cualidad principal de cada una de ellas, y cómo se combinan para generar la naturaleza. En el plano de la creación tenemos las cuatro bases nitrogenadas -adenina (A), citosina (C), timina (T), y guanina (G)- que son los elementos del abecedario con el que se constituyen todos los códigos (como palabras) de la diversidad de la vida sobre la tierra.
- En cuanto al surgimiento de la criatura humana en cuatro etapas, existe una tradición del Profeta (BPDyC) que dice: “Por cierto que cada uno de vosotros es reunido para su creación en el vientre de su madre cuarenta días como una partícula, luego será un coágulo (embrión) tanto como ello, luego será un feto tanto como ello, luego Allah envía a él un ángel y le son ordenadas cuatro palabras, y [Allah] le dice [al ángel]: ‘Registra sus actos, su fortuna, su término de existencia, y si será desgraciado o feliz’ Luego sopla el espíritu en él”
- Sobre el Profeta (BPD), cuatro son las distinciones que lo distinguen sobre todos los Profetas (P): La Categoría elevadísima (Al-Maqám Al-Mahmúd); la Fuente frecuentadísima (Al-Háud Al-Maurúd); la Intercesión universal aceptada (Al-Shafá`ah); y el Vínculo excelentísimo (Al-Uasílatul-Fadílah) Y en nuestra súplica de agradecimiento y alabanza a Allah Exaltado se mencionan sucesivamente en forma ascendente primero la yamá’ah la comunidad (calificándola de “jardín de conocimiento”), luego el Múrshid (“guía o maestro”), luego al Imam Alí (P) (“la cima de los hombres”), después al Profeta (BPD) (“la cima de los seres”). Alude luego a la realidad material, y alude también a la realidad espiritual, correspondiente a las cuatro frases: Al decir en nuestra súplica No hay Divino más que Allah (aludimos a Subhána Allahi), y al decir No hay realidad sino la Realidad (aludimos a Al-Hámdu lil-Láhi), No hay justicia sino la Justicia (aludimos a La Iláha II-la Allahu), No hay victoria sino la Victoria (aludimos a Allahu Ákbar).
- El Retorno es la adquisición de las potestades máximas del más allá, la categoría metafísica imperecedera, y al que también indicamos diciendo “la Meta”, “el Umbral del Húa”, “la subsistencia plena sin visos de aniquilación”, y “la aniquilación total sin visos de subsistencia”. El Retorno presenta cuatro alternativas: Primero, el retorno de la aniquilación en este plano (al-baqá’ la subsistencia), al que podemos llamar “retorno relativo”; segundo, el retorno a nuestra forma metafísica en el mundo de la Manifestación, que no va más allá del Primer Manifestado, al que llamaremos “retorno absoluto de la subsistencia”; tercero, el “retorno absoluto de la aniquilación o faná´”, por el cual todas las cosas desaparecen, y sólo subsiste el Rostro divino; cuarto, el “Retorno universal” de todas las cosas el Día Final.
- En la vida espiritual también se destaca el cuatro porque existen cuatro niveles de la realización, a través de los cuales debemos alcanzar el nivel máximo, Al-Lahút. Los cuatro niveles corresponden a: Cuerpo (“lo creado”); alma (“lo manifestado”); espíritu (“esencia metafísica pura”); y secreto (el sí mismo humano proyectado en el Acontecer), que realiza el vínculo con el Sí Mismo divino, “porque todo está en armonía y belleza, plenificación y pureza”.
- El Sagrado Corán menciona cuatro meses sagrados del calendario lunar islámico: Muhárram, Ráyab, Dhul-Qa’dah y Dhul-Híyyah, primero, séptimo, undécimo y duodécimo, respectivamente, son como los cuatro puntos cardinales, como los cuatro lados de la Ká`bah, como las cuatro dimensiones (contando el tiempo) Y el rito del Islam dispone de cuatro medios de purificación: el agua, la tierra, el aire y la luz solar. También se definen cuatro posturas en salat u oración, parado (iqaf), inclinado (rukú´), prosternado (suyúd), y sentado (yulús) que simbolizan distintas etapas de la vida espiritual.
PARANGONES CON LA CIENCIA ACTUAL
–La Dra. Silke Weinfurtner simuló en el laboratorio de la universidad de Nothingham, con diferentes fluidos, el funcionamiento de un agujero negro. La “fuerza del remolino alrededor del agujero negro” (infinitamente pequeño en el espacio) se traga literalmente toda la materia y energía que ingresa en el llamado “horizonte de sucesos” (que puede extenderse por millones de kilómetros). Lo que Silke pretende explicar a partir de su experimento Alí Ibn Abi Talib (BP) lo describió en un discurso suyo, hace más de 1300 años, como si lo hubiera visto en pleno desarrollo (en la Teología Islámica el Alí metafísico es mencionado como el vínculo entre el Sí Mismo divino y los entes manifestados y creados):
“Allah poderosísimo ordenó al espacio que se extendiera y proveyera dentro de sí espacio para estas masas nebulosas en expansión. Esta inmensa masa de fluido estaba arremolinándose, girando y agitándose en conglomerados extremadamente agitados y turbulentos, en ella se levantaban enormes olas (de una altura de millones de km.) (la fuerza de la expansión espontánea actuaba como) el más poderoso y tempestuoso viento enrollándose, rodando, agitándose, moviéndose y arrebatando y forzando a esta masa unida hacia las más apartadas regiones del espacio. En este punto la fuerza de la expansión recibió la orden de volver hacia el sistema de condensación. Todo este tiempo la enorme velocidad de la expansión fue mantenida bajo perfecto control. Para ello, Allah encerró todo el sistema dentro de límites.”
-Tal descripción se adelanta varios siglos a la teoría del Big Bang y su corolario correspondiente (el Big Crunch) con una gran diferencia: Alí (BP) habla de un universo ordenado no de un origen caótico. Por otra parte, remite a Allah toda fuerza actuante en el cosmos, tal como enseñamos en nuestra yamah, “La haula ua la qú-uata illa bil-láh”: No hay Poder ni Fuerza sino en Allah.
–En un artículo publicado por el Instituto de Astrofísica de las islas Canarias, lugar de encuentro habitual de la comunidad científica internacional y de las principales agencias espaciales (la americana NASA, la europea ESA, la japonesa ISAS y la rusa INTERCOSMOS) se expresa lo siguiente:
“¿Cuántas fuerzas hay en la Naturaleza? ¿Una, dos, tres, cuatro…? Realmente no lo sabemos a ciencia cierta. Hemos identificado hasta cuatro fuerzas (llamadas interacciones): la gravitatoria, la electromagnética, la fuerte y la débil. Pero pudiera ser que algunas fuerzas fueran en realidad la misma, o sea que estemos dando nombres diferentes a lo que sería la misma interacción. En ese caso habría menos de cuatro fuerzas… y quizá sólo una si al final resultara que todas son lo mismo con diferentes nombres […] Einstein intentó durante los años finales de su vida desarrollar una “teoría de campo unificada” para todas las interacciones físicas. No lo consiguió, y es claro que, si un genio como él fracasa, mejor tomar otro camino. De hecho, la inmensa mayoría de los físicos actuales van en sentido contrario: en vez de intentar describir las otras fuerzas en el marco de la gravitación einsteniana tratan de describir la gravedad en el marco de la mecánica cuántica. A eso le llaman “teoría cuántica de la gravedad”, pero, siendo realistas, hay que decir que no existe hasta hoy tal teoría cuántica de la gravedad: los físicos han fracasado hasta ahora en su intento de inventarse una teoría de la gravitación que esté de acuerdo con los principios cuánticos y de incertidumbre. Einstein fracasó en un sentido; el resto fracasó en el otro… hasta ahora. Entender la gravedad es uno de los grandes retos (si no el mayor) de la física teórica para el presente siglo. […] A la hipotética unificación de todas las fuerzas se la llama “Teoría del Todo”. Aún estamos muy lejos de ella.”
– Están muy lejos y podemos decir que nunca lo alcanzarán por ese camino. Restringirse a los fenómenos para analizar y conocer la realidad es un intento absurdo. La realidad no se reduce a los fenómenos, y éstos no le explican al hombre todo lo que él quiere saber. Por eso se lanza más allá de los fenómenos, con el peligro de caer en el error o la falsedad, ciertamente, pero, este peligro también está implícito en la ciencia, como en cualquier tipo de especulación racional. Así como la ciencia pretende un sistema para conocer los fenómenos, la metafísica se presenta como un sistema para conocer la realidad, sin excluir de ella ningún aspecto, una experiencia de fondo que le dice al hombre que hay una realidad abarcativa total, coherente y, en última instancia, infinita, que él no puede explicar del todo, pero que debe intentarlo de alguna manera. En tanto que la metafísica es puramente intelectual, constituye el método correcto para el conocimiento de la realidad, sin descartar al otro, pues los fenómenos son signos de la realidad, pero atenerse exclusivamente a ellos no alcanza para conocerla. Lo que los físicos llaman la unificación final o teoría del Todo en el Islam se llama y enseña con el nombre de Tauhid, con una diferencia notable, ya que no se limita a lo fenoménico o cósmico sino que lo trasciende.