La emigración (3° y última Parte)
La emigración (3° y última Parte)
DIA MARTES- Partida de Madinat Al-Husein (P)
En la mañana del martes partimos. Sidi Múrshid (R) indicó a Abdulkarim verificar la localización de las piedras ubicadas el día anterior. Al pasar por el sitio donde íbamos a acampar primero, Sidi Múrshid (R) envió a Sidi Abdulkarim a retirar el elástico que señalaba la Qíblah. Asimismo, cerca de ese lugar, sobre el camino, había una tranquera abandonada, que se dijo podría coincidir con un límite del terreno.
Luego de caminar dos o tres horas llegamos al sitio de encuentro con el baquiano. Lo esperamos un rato y él llegó para conducirnos hasta la ruta. Allí, luego de cierta insistencia, y habiendo visto el baquiano que ningún otro podría llevarnos accedió a alcanzarnos hasta San Martín de los Andes. Sidi Múrshid (R) le regaló su cuchillo. Llegamos pues a un cámping (el del Automovil Club Argentino) donde acampamos con dificultad por lo pedregoso del terreno. Lamentablemente ubicamos la carpa de Sidi Múrshid (R) en un pésimo lugar, lindante a la ruta, expuesto al ruido y al frío. Por ese motivo Sidi Múrshid (R) decidió pasar esa noche en un alojamiento cercano, que se llamaba «Hostería de los Andes».
DIA MIERCOLES- Partida hacia Buenos Aires
A la mañana del miércoles nos encontramos todos en el cámping y partimos en colectivo hacia la terminal de ómnibus. Sidi Múrshid (R) y Sidi Muhammad se bajaron poco antes para realizar una averiguación en la oficina de correos. Luego nos reunimos todos en la estación y tomamos el ómnibus de regreso, llegando al día siguiente a Buenos Aires.
SUEÑOS Y VISIONES POSTERIORES AL VIAJE
Visión de la única mujer del grupo: Durante el dhikr en la zauiah del Centro de Altos Estudios Islámicos del día sábado posterior a la llegada, Saida tuvo una visión del territorio de Madinat Al-Husein (P) rodeada por ángeles (o por un gran ángel que lo abarcaba todo). Los límites del mismo iban por detrás de la cabaña (la zauiah) y del peñón blanco; luego pasaba por el camino a Chile, a una distancia sobre el mismo señalada por una madera con una marca. Luego seguía por el lago hasta la mitad de lo visible de él. El límite a continuación era de identificación más dificultosa. El lugar estaba protegido y sellado. Asimismo, vio cómo se iluminaba la cara del peñón que da a la Qiblah, y a continuación se iluminó la cara correspondiente a la Qiblah de la piedra mayor, y luego la cara correspondiente de la piedra menor. Luego las tres piedras se iluminaron en su totalidad con una luz refulgente. Posteriormente (durante el dhikr) las tres piedras latían como un corazón. En torno a la piedra pequeña la vegetación formaba un nicho dentro del cual la piedra brillaba.
Sueño de Sidi Muhammad (sábado a la madrugada): Soñó que al salir de la zauiah del Imam Alí Al Rida (P) (ubicada al fondo de su casa) se miraba en el espejo y notaba que tenía una barba más larga, tupida y negra, estando vestido con un atuendo blanco simple, como el de la Peregrinación. Se disponía a salir de viaje para Madinat Al-Husein (P). Llegó al Jardín de la entrada junto a la cabaña (zauiah) y permaneció allí. Inmediatamente de la vegetación surgieron desde distintos puntos Sidi Múrshid, la Complacencia de Allah sea con él, los tres restantes miembros del grupo expedicionario. Todos los hombres tenían túnicas marrones y la de la mujer era blanca. Posteriormente nos reunimos todos para la rueda del dhikr sentados como de costumbre. Al llegar al dhikr adoptábamos todos la posición de la prosternación pasando los brazos detrás de las espaldas del que estaba al lado suyo. En cada ocasión nos prosternábamos y en la pausa nos levantábamos, de modo que desde arriba la rueda parecía una flor que se abría y se cerraba. Luego venían unos chicos que se dirigían a la placita de la Madinat para jugar en los juegos que allí había. En virtud de esto Sidi Múrshid, la Complacencia de Allah sea con él, interrumpió el dhikr. Cuando los chicos se fueron, Sidi Múrshid, la Complacencia de Allah, se acercó al gran peñón blanco (desde que se interrumpió el dhikr Sidi Múrshid estaba vestido con la campera que llevó al viaje), y cuando se detuvo allí apareció un doble. Saida iba a preguntarle a Muhammad de qué se trataba, pero él le decía que se limitara a mirar. Iba transformando su vestimenta en una túnica negra y marrón, y fue posible identificar en él los rasgos del Imam Al-Husein (P). Para que esto fuera también testimoniado por los demás fuqará, ambos giraron levemente, y así todos pudieron distinguir bien sus rasgos y distinguir uno de otro.
Breve comentario del Múrshid acerca de la Emigración y la Restauración
«La emigración fue una prueba para las adhesiones de los fuqará. ¡Había que creer o no!. Uno de los miembros más antiguos, por ejemplo, rechazó finalmente las indicaciones porque él se atenía más a la astrología, y los astros no le indicaban que iba a suceder lo que ahora vemos que está sucediendo! (1) Todo aquello que se nos dijo se concretó. Los que no creyeron, o después se debilitaron, quedaron al margen, pero no pudieron imponer su criterio, ni fundamentar su posición. Por otra parte, nosotros no sosteníamos ninguna posición, simplemente obedecíamos.
Otro miembro, que hoy ya no nos acompaña, se alejó por causas ajenas a la creencia en la emigración, y aunque parezca insólito, fue por priorizar las cuestiones económicas por motivo de una actividad que se le había asignado.
A esta misma persona, cuando me consultaba sobre visiones que tenía del futuro con su familia, no le podía responder porque indicaban que él estaba en medio de las aguas. Le decía que no sabía darle una respuesta, porque no se decidía todavía su situación con la yamá‘ah. Él mismo se veía salir en bote de la casa en que vivía.
De todos modos la yamá‘ah llegó hasta donde llegó actualmente, transformándose de una manera que no habíamos previsto entonces, con nuevas funciones como la de poeta, cronista, escriba, etc., roles en los cuales nunca había yo pensado, pero sin embargo fueron determinados así. Sin duda que se trata de la constitución de una comunidad espiritual.
En la Restauración las actuales comunidades pequeñas, donde se desarrolla el camino espiritual, como islas en un mundo materialista, van a desaparecer. La comunidad será la sociedad toda, será distinta la educación, y no se despreciarán los medios tecnológicos para tal enseñanza. Una de las razones por la cual la yamá‘ah debió emigrar fue encontrar un lugar sin bullicio ni distracciones. (2)
Para recibir los textos que estamos recibiendo, que serán fundamentales en la Restauración, y no dudo que estos textos serán enseñados en muchos lugares, llegando al público en escuelas, en la Universidad, aparte de los conocimientos de las ciencias físico-naturales u otros que deben seguir enseñándose.
«Cada cual será el sacerdote de sí mismo y estará vinculado a Dios directamente». Habrá entonces una renovación de la naturaleza humana por la cual las condiciones actuales se transformarán totalmente. Existen anticipos de ello: El Islam tiende a una sociedad espiritualizada.
Este es un proceso universal de todas las culturas, y ello requiere tiempo y transformaciones que se están dando paulatinamente. Pese a la negatividad de la globalización económica, del desarrollo de las grandes armas, y del predominio de las grandes potencias, que propenden a una falsa universalidad, no es posible retrasar con ello la Universalidad Verdadera, que es necesaria y que se concretará inevitablemente. Una y otra universalidades corresponden a los conceptos de «falso mesías» y «Mesías verdadero». El falso llega antes tratando de obstaculizar la aparición del verdadero Mesías, como el fenómeno de la falsa aurora, luces que aparecen media hora antes aproximadamente de la aurora verdadera.»
(1) Se refiere aquí a los cambios climáticos globales y el riesgo de vida en las grandes ciudades.
(2) Fue justamente el hecho de que los miembros de la yamá‘ah realizaran actividades diversas en Buenos Aires, lo que hacía dispersarnos en esa ciudad, salvo tres o cuatro personas que trabajaban juntas en el Centro de Altos Estudios Islámicos. Preguntado el Murshid acerca de su actual actividad educativa en Escuelas Secundarias de San Martín de los Andes, nos respondió lo siguiente: «La psicología occidental enseñada en los claustros no forma correctamente a los jóvenes, es totalmente insulsa. Entonces yo hago una introducción acerca de las distintas funciones de la mente y su importancia, culminando con la voluntad. Toda la vida psíquica es intelectual, aunque esto contradiga a los grandes psicólogos de Occidente, no es emocional o instintiva como ellos preconizan. Este es uno de los preceptos fundamentales de la psicología que vengo desarrollando, con la enseñanza de Saiídina Musa (BP). Se trata de una psicología orientativa, contraria a la científica materialista moderna, que lo primero que hace es separar la vida psíquica de la metafísica y de la ética. Cuando hacen esto eliminan la sustancia de la vida espiritual, que queda reducida finalmente a la vida instintiva. Jung se dio cuenta de ello, pero no supo, a mi criterio, plantear la psicología correcta. Se dio cuenta de las falencias de la psicología materialista gracias a sus viajes de estudio de los pueblos primitivos y otros, y encontraba fundamentado, en los estudios antropológicos, que había otro tipo de visión y experiencias que la psicología científica. Esta no podía explicar, por ejemplo, los fenómenos de éxtasis, clarividencia, percepción extrasensoria, telepatía, premoniciones. La psicología orientativa pretende ser como la medicina preventiva, pero en el orden espiritual, y enseñar al hombre a autoconocerse. El segundo principio de ésta nueva orientación es que toda vida psíquica tiende al autoconocimiento.»