Mauyúd El que Es *Mu’min Fiel, Firme, Inconmovible *Matín Inmutable, Inquebrantable
El-que-es, Al-Mauyúd, indica la Presencia divina, que no se ausenta de nada en tanto eso tenga realidad. La realidad de algo es, en definitiva, la Realidad divina. Allah es El-que-es en Sí Mismo por Sí Mismo y corresponde al dicho del Profeta (BPD): “Allah estaba Solo y permanece Solo”.
“El-que-es” es el Allah Oculto que se manifiesta, y que es imposible que se extinga, que tenga restricción o límite, alterno o sucedáneo, exterior o interior, esencia y accidente, naturaleza y figura o forma. Y en tanto tal, es inimaginable, y solamente se lo menciona como Presente o Presencia.
Se narra en el Antiguo Testamento sobre el encuentro de Moises (BP) con su Señor: “Dijo Moisés a Dios: “He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: ‘El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaran: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé?’ Y respondió Dios a Moisés: ‘Yo soy el que soy’. Y dijo: ‘Así dirás a los hijos de Israel: Yo soy, me envió a vosotros’” (Éxodo 3:13-14)
Mu’min “Fiel” significa dos cosas distintas: La fidelidad del particular a un antecedente al que responde y refleja. En segundo término, significa “lo derecho o recto”, “sin doblez”. La identidad del particular deriva del reconocimiento de su vínculo con un antecedente, y la adhesión al modo de ser del mismo. Identidad es unidad, y exige necesariamente un arquetipo primero. La esencia de la fe determina, en consecuencia, reconocer al Sí Mismo divino, responderle y reflejarlo, y mantenerse recto a Su respecto. Conduce a la unidad con el Sí Mismo, por el vínculo secreto y oculto, y a actuar como si Él actuara. Dijo el Profeta (BPD): “Imitad el Actuar de Allah” (tajállaqu bi-júluqi Allah), o bien “adoptad el modo de ser de Allah”. Mú’min se dice respecto de Allah como del hombre, y comunica la idea de “firmeza”, “seguridad”, “confianza”, “convicción”, y por fin “certidumbre”. Otro nombre que indica la Firmeza, lo Inconmovible e Inmutabilidad del Sí Mismo es Matín.
La Fidelidad del Sí Mismo es Su Equidad y Justicia. Pero como éstas son imposibles en grado absoluto en el mundo, se conciben de ese modo solamente en el Sí Mismo divino. El único Justo absoluto es Allah Exaltado, y todo otro, inclusive los justos y los elegidos, no alcanzan la justicia absoluta en este plano, por la naturaleza del mismo, y la cadena de causas y efectos.
Y respecto de la rectitud ética y la justicia en nuestro plano dice el Sagrado Corán: ¡[Profeta] sé recto cómo te fue ordenado, y [que lo sean] los que estén contigo, y no os desviéis! Porque por cierto Él es Videntísimo de cuanto hacéis (11:112). En Perlas esparcidas de parte de Al-Hásan Al-Básri se relata: “Cuando fue revelado este versículo, expresó el Profeta (BPD): ‘¡Prepárense, arremánguense!’ Y no se le vio más reír. En la obra Al-Máyma’ respecto del mismo versículo se registra que Ibn Abbás expresó: “No le fue revelado al Mensajero de Allah (BPD) un versículo más grave para él ni más penoso que este, y por eso cuando sus compañeros le dijeron: ‘Se adelantó tu encanecimiento’ respondió: ‘Me sacaron canas [las suras de] Hud y el Acontecer [56 del Sagrado Corán]’” (T, XI, p. 66)
El máximo ejemplo de la fidelidad e identidad con Allah es el Profeta, en su función de Primer Manifestado y arquetipo de perfección en nuestro plano. En las tradiciones sobre la ascensión del Profeta (BPD) se narra que cuando alcanzaba algún nuevo nivel metafísico, los Profetas de cada cielo lo recibían diciendo: “¡Bienvenido sea el hermano fiel, el amado de Allah, surgido para el mejor tiempo!”
Se cuenta que, en ocasión de la salida de Meca, “el Mensajero de Allah (BPD) encargó a Alí cumplir con sus obligaciones, satisfaciendo sus depósitos [consignados por la gente]. Y era que Quráish durante la yahilíah [época de la ignorancia idólatra] había apodado a Muhámmad como Al-Amín (el fiel o confiable), y en lo de él depositaban y le confiaban sus riquezas y bienes. Lo mismo hacían los árabes que visitaban Meca en las celebraciones. Y cuando llegó la Profecía y el Mensaje [al Profeta] la situación todavía era esa. En fin, [el Mensajero de Allah (BPD)] ordenó a Alí (P) que pregonara de voz alta en Meca, por la mañana y por la tarde: ‘El que tenga en lo de Muhámmad un depósito o una deuda, que venga que le vamos a satisfacer su prenda’ Y expresó el Mensajero de Allah (BPD): ‘En verdad que desde ahora no intentarán dañarte, Alí, con algo que detestes, hasta que vengas a mí [emigrando] ¡Cumple pues mis compromisos a la mirada de la gente en forma manifiesta! Y por cierto te encomiendo a mi hija Fátima, y os encomiendo a ambos a mi Señor, y que os proteja’. (T, IX, pp. 81-82)
En cuanto a la firmeza del Profeta se cuenta sobre la batalla de Ohod que esta “se planteó un viernes, después de la oración en comunidad (salá al-yumú’ah) y el Profeta (BPD) entró a su vivienda y se colocó una coraza. Cuando salió algunos de los que le habían aconsejado presentar batalla se arrepintieron de haber opinado, y le pidieron que si quisiera podían esperar el ataque consolidados en la ciudad, donde las mujeres y los niños participarían de la defensa. Pero el Profeta (BPD) les contestó: “No es debido a un Profeta, cuando ya se viste su coraza, volverse atrás, hasta que Allah determine su destino”
Y con respecto a los creyentes dice el Profeta (BPD) “No hay musulmán que diga La Iláha illa Allah, no hay divino sino Allah, elevando su voz o musitándolo quedando desocupado para toda otra cosa (vacío) sin que se dispersen sus faltas como se dispersan las hojas del árbol debajo del árbol. No será mu`min ninguno de vosotros hasta que perfeccione su opinión sobre Allah, Majestuoso y Poderoso, porque la buena conciencia sobre Allah es el fruto del Jardín”.
© Textos del Sheij Alí Al-Husainí recopilados por Aiman Fradkin y Hasan Gomez, editados por Bashir Gomez