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Mu´izz Honrador, ennoblecedor *Mudhill Humillador, Degradador *Rafi´u-l-Darayát Elevador en grados *Jáfid El que rebaja

La existencia de estas aparentes oposiciones, en estos Nombres, no son tales en el Sí Mismo divino, sino que aparecen así para los seres humanos. Son opuestas en tanto que nosotros las experimentamos de ese modo, pero en Allah no se entienden así. 

Allah “es Quien os enseña sus Signos y os envía sustento desde el cielo, más sólo lo recuerda quien vuelve a Él arrepentido. Suplicad a Allah con sincera devoción, aunque ello disguste a los incrédulos. Exaltador en grados (Rafí’u-l-Darayát), Señor del Trono Extraordinario […] ¿A quién pertenece Hoy el Poder?: A Allah Único, Irresistible (40:12-16)

Rafí’u-l-Darayát, “Elevadísimo en grado, Elevador en grados” presenta un doble sentido, activo-pasivo, porque es imposible que Allah Exaltado no se encuentre en el grado máximo de aquel bien que Él otorga. Lo único a observar será el término Darayát que significa escalas o escalones, y se aplica a los estados superiores del Más Allá, como también a la elevación de los conocimientos que se obtienen en este mundo, pero siempre en el sentido espiritual y positivo. La palabra darayát confronta con la palabra darakát que tiene un sentido negativo, e indica la degradación, el descenso en grados.

Di: “¡Dios mío, Poseedor del Poder!: ¡Tú otorgas el Poder a quien quieres, y arrebatas el Poder de quien quieres, enalteces a quien quieres, y humillas a quien quieres! En Tus Manos está el bien, siendo Tú en verdad Omnipotente” (3:26)

De Allah solamente proviene el bien, por ello no hay que interpretar los nombres Mudhill (Humillador, Degradador) y  Jáfid  (el que rebaja) en sentido negativo, se trata del establecimiento de la prueba en el mundo, cuyo objetivo final es la elevación del hombre: Sin duda que Hemos creado al hombre de la más perfecta disposición [física y mental], luego lo volvimos a lo ínfimo de lo bajo [sea hacia una peor existencia, o a la decrepitud, o al infierno], excepto a los que creen y obran el bien, ellos tendrán una recompensa inagotable (95:4-6) Así es como Allah impone la degradación a quien no cree, y este es el Sendero Recto de tu Señor (6:125-126)

El resultado de la prueba en el mundo tiene consecuencias para los individuos en el momento de su muerte y en su más allá, dice el Sagrado Corán: Y si vieras a los inicuos en la obnubilación de la muerte, y a los ángeles extendiendo sus manos: “¡Expulsad vuestras almas!: ¡Hoy (el Día Final) recibiréis el castigo de la humillación debido a lo que sosteníais sobre Allah fuera de la verdad, y os ensoberbecíais ante Sus signos!” (6:93) Y el Día de la Resurrección estableceremos las balanzas de la equidad, y ningún alma será menoscabada en nada, y aún cuando fuere como el peso de un grano de mostaza lo expondremos, siendo Nosotros suficientes juzgadores (21:47) 

De parte del Imam Yá`far Al-Sádiq (P) y de sus impecables ancestros (P), se transmite que el Profeta (BPD) narró: “Allah reveló a alguno de Sus Profetas, en una de Sus revelaciones: ‘¡Por Mi Poder y Majestad!: ¡Cercenaré totalmente con la decepción la esperanza de todo esperanzado que haya esperado de otro que Yo, y lo revestiré con la vestimenta de la humillación entre la gente, y lo alejaré completamente de mi Auxilio y mi Merced! ¿Es que Mi siervo en las aflicciones espera de otro que Yo, mientras las contrariedades están en mi Mano, y anhela de otro que Yo, mientras que Yo soy el Opulentísimo, el Dadivosísimo?: En mi Mano están las llaves de las salidas que están cerradas, y mi Puerta está abierta para el que me suplica’” (T, II, p. 35) 

Del mismo modo que hay una prueba a nivel individual, “las poblaciones” también son probadas en conjunto, y deben responder al profeta que les es enviado: Y nunca enviamos a una población a ningún Profeta sin que hayamos afligido a sus habitantes con el infortunio y el sufrimiento para que tal vez se humillasen. Luego mudamos en lugar del mal el bien hasta que prosperaron, diciendo: “A nuestros ancestros los han afectado la desgracia y la bonanza…” Entonces les acometimos sorpresivamente sin que ellos se apercibieran. Y si la gente de las poblaciones hubiese creído y temido, franquearíamos para ellos sin duda bendiciones desde el cielo y la tierra. Pero por el contrario, desmintieron, y les escarmentamos debido a lo que habían cometido (7:94-96). 

La moral y el comportamiento humanos se vinculan directamente a las creencias o convicciones que tiene el individuo. Cada cultura nace de un núcleo de convicciones que apelan a la fe, y cada una de las revelaciones transmitidas por los Profetas (BP) fundan diversas culturas que se atienen a códigos de comportamiento particulares o parcialmente distintos. Todas las poblaciones (las diversas culturas), además de remitirse a un hecho fundacional que fue el envío de los 124000 profetas, como lo enseña el Sagrado Corán, comparten una serie de concepciones en común: La superioridad de la vida sobre la muerte (su defensa), la dignidad de los ancestros (padres y antecesores), la primacía de la familia, del clan (hijos y parientes inmediatos), y de la etnia sobre el resto de los seres, como estructura para la supervivencia personal (vida, alimento) y supervivencia de los más allegados a uno mismo (aliados, amigos, amados). El reconocimiento del habla como propia y especial, que supera otras hablas o medios de comunicación (idiomas, metáforas, expresiones, señales, objetos comunicacionales), el reconocimiento de símbolos propios y comunes a todos los “nuestros” (creencias, mitos, leyendas, héroes), la primacía de expresiones estéticas propias (poemas, música, instrumentos), la particularidad de la indumentaria y la ornamentación personal y del entorno edilicio, la superioridad de las técnicas propias en cada uno de los asuntos antes mencionados y del conocimiento, ciencia o artesanado propios, sobre los ajenos, etc. También la estructura de la economía y de los recursos materiales.

Todas estas características son las condiciones por las cuales un grupo se reconoce a sí mismo como uno, y al mismo tiempo distinto de otros. No son positivas o negativas en si mismas pero, sin embargo, como enseña el Sagrado Corán, tienden a convertirse en idolatrias ocultas o manifiestas, que condicionan la vida del los hombres y que Allah llama  a superar a través del Islam y el amor al Profeta (BPD): Si vuestros padres, o vuestros hijos, o vuestros hermanos, o vuestros cónyuges, o vuestro clan, o riquezas adquiridas, o una transacción de la que temáis perder su utilidad, o residencias que os complazcan, son más amados para vosotros que Allah y Su Mensajero, y combatir por Su Causa ¡Esperad hasta que Allah venga con Su Orden! Y Allah no guía a la gente corrupta. (9:24)

Debido a su función histórica como jefe de estado y juez de su comunidad, el Profeta (BPD), el más exaltado entre todos los profetas, ejerció los atributos que mencionamos (Mu´izz, Mudhill, Rafi´u-l-Darayát y Jáfid) tantas veces como fue necesario; respecto de Alí Ibn Abu Talib, por ejemplo, dice una tradición: Cuando tuvo lugar la batalla de Jaibar y después de que varios comandantes del ejército islámico fuesen derrotados, el Mensajero de Allah dijo: «Juro por Allah que mañana entregaré la bandera a un hombre que ama a Allah y a Su Mensajero, y al que Allah y Su Mensajero aman. Atacará a los enemigos y no retrocederá, y no abandonará el campo de batalla hasta que Allah no haya concedido la victoria a los musulmanes a través de su mano.» Ta‘labi, Ahqaq al-Haq, t. III, p. 200. Cfr. Nemune, t. IV, p. 417. 

El propio Sagrado Corán se refiere a Alí en 5:54 ¡Los que habéis creído!: El que de vosotros abjure de su creencia [sepa que] Allah ya suscitará a una gente a quienes amará [les propiciará Su Complacencia], y ellos Le amarán [obedeciendo y obrando el bien], tiernos con los creyentes, tenaces con los impíos. Lucharán por la Causa de Allah, y no temerán la reprobación de los denigradores [contra su actuación por la fe]…

Dijo el Profeta (BPD): “¡`Alí!, tu purificarás mi cadaver [el día de mi muerte], y juzgarás [en Justicia] en mi Din, y me harás penetrar en mi tumba, y darás cumplimiento a mi deuda. Tú portas mi estandarte en el mundo y en el más allá”.

En una de las dos fuentes sunnitas principales de colección de tradiciones, llamada Sahih Muslim, es decir Selección crítica de Múslim, se relata: “Mu`áuia Ibn Abi Sufián llamó a Sá`ad Ibn Abi Uaqqás [un compañero del Profeta (BPDyC) y aliado de Mu`áuia en su rebelión contra el Califa Alí (P)] y le preguntó: `¿Qué es lo que te impide insultar a Abu Turab’ [es decir a Alí, así apodado, habiendo Mu`áuia ordenado insultarlo cada vez que se lo nombraba, especialmente en las disertaciones de los viernes] Respondió Sá’ad: `Es que recuerdo las cosas que expresó el Mensajero de Allah (BPDyC), y por eso no lo insulto. Si cualquiera de ellas fueran en mi favor, ello sería mejor que todos los tesoros de la tierra. Escuché al Mensajero de Allah (BPD) que cuando dejó a Alí como delegado [en Medina] en ocasión de una expedición, Alí le dijo [apenado]: `¡Mensajero de Allah! ¿me dejas con las mujeres y los niños?’. Y el Mensajero de Allah (BPDyC) le respondió: `¿Acaso no te conformas con tener a mi respecto la categoría de Aarón respecto de Moisés?, excepto que después de mí no habrá Profeta`…(y continua el hadiz)

En una tradición de fuente sunnita cuenta un compañero del Profeta (BPDyC): “Estábamos de mañana con el Mensajero de Allah (BPDyC), y estaba con nosotros Abu ‘Ubáidah Ibn Al-Yarráh, quien preguntó: ‘¡Mensajero de Allah!: ¿Hay alguien mejor que nosotros, que nos islamizamos contigo, y combatimos junto a ti?’ Respondió (BPDyC): ‘Sí, una gente que vendrá después de vosotros y creerán en mí sin que nunca me hubiesen visto’”. (MIK, I, p. 29)

© Textos del Sheij Alí Al-Husainí recopilados por Aiman Fradkin y Hasan Gomez, editados por Bashir Gomez

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