Rashíd El de la rectitud, Que conduce a lo recto – Hádi Guía, Conductor, Orientador

Rashíd proviene de la raíz ráshada, que da la idea de lo que es recto, derecho, que no se tuerce y mantiene la rectitud. Es el que es recto en sí mismo, y a su vez rectifica a otros. Es uno de los Nombres divinos, y se usa también para personas, como por ejemplo Abdul-Rashíd. En la frase siratal-mustaquím, “el Sendero Recto”, encontramos el mismo sentido de mantenerse derecho. Istiqámah proviene de la raíz qama, levantarse, erguirse, pero da a significar “ser o estar derecho”.

El Nombre divino Hadi viene a destacar la inspiración divina hacia el bien, no es solamente lo recto, sino que indica que hay algo o alguien que inspira o causa la rectitud, inspira hacia ella, guía. Su raíz es hada, y siempre sugiere que hay una causa, algo externo al individuo que le permite acertar con la Buena Guía, alguien que lo inspira. Hadi es Allah, el que inspira, el que orienta, el Guía.

Y por cierto hemos dado a Abraham su rectitud (rushduhu) anteriormente, y conocíamos [lo que había] en él (21:51) El Profeta (BPD) es el Sagrado Corán en persona, y él es en este plano la guía por excelencia: Así es como te revelamos un Espíritu de Nuestra Omnipotencia [el Sagrado Corán o Gabriel] Tú [Profeta] no comprendías [antes] qué era el Libro, ni qué era la Fe, sin embargo, hicimos de él una Luz con la cual guiamos a quienes queremos de Nuestros siervos. Realmente tú guías hacia un Sendero Recto, el Sendero de Allah, a Quien pertenece cuanto hay en los cielos y lo que hay en la tierra. ¡¿Acaso todos los asuntos no retornan a Allah [para ser juzgados]?! (42:52-53) 

Los particulares manifestados y creados surgen en el plano de la Creación de dos tipos: Los Guías (Profetas) y los guiados. No son de iguales características, los Guías tienen un vínculo particular con el Segundo Adquirido (el Vínculo del Primer Manifestado con los entes y los seres, y con el Sí Mismo divino), adquieren de él una cualidad que los distingue, un vínculo necesario. Así como el Primer Manifestado es el Origen universal de todos los entes, sin excepción, el Segundo Adquirido o Vínculo es el que manifiesta las particularidades de ellos. Los Profetas o Guías, con ellos sean la Bendición y la Paz, deben adquirir una particularidad especial y más destacada que el resto de los entes manifestados y creados. 

El hecho de que el Vínculo del Segundo Adquirido con los Guías sea “necesario”, determinado estrictamente e imprescindible, indica la organización jerárquica de los entes manifestados y creados, debido a ese Vínculo necesario, por lo cual unos son la cúspide del resto. 

Los Guías o Profetas (BP) son los más predeterminados o predestinados por Allah en su existencia, y es lo que permite que sean impecables, porque Allah Exaltado no predestina nada negativo, solo predetermina el bien. Y esta condición de los Guías o Profetas (BP) vincula estrictamente la voluntad de ellos a la Voluntad divina, en cada circunstancia, de modo que nunca eligen algo erróneo o dañino: aunque lo conocen, lo pueden evitar por completo. Dice el Sagrado Corán: ¡[Profeta] sé recto cómo te fue ordenado, y [que lo sean] los que estén contigo, y no os desviéis! Porque por cierto Él es Videntísimo de cuanto hacéis (11:112). 

Y acerca de los desviados de la rectitud dice el Sagrado Corán: Y al que [Allah] desea guiarle le dilata el pecho para el Islam [ilumina su corazón y su mente], pero al que desea desviar hace de su pecho estrecho [para la fe], estrujado [de angustia] como si fuera a ascender al cielo. Así es como Allah impone la degradación [la duda] a quienes no creen (6:125)

¿Qué será de los que equivocaron el camino? ¿hacia dónde se desviarían? ¿Pueden salir de la posibilidad marcada? Pues no, siempre encontrarán la guía, pero en nuestra existencia la posibilidad del desvío es una prueba necesaria. Hay seres en este mundo que no pueden reconocer su propia realidad o condición metafísica, y en los que predomina la ignorancia de sí mismos. Pero esto confirma que nadie está excluido de la buena guía, ya que el desvío o error es vanidad, no tiene ninguna consistencia real. Y entonces se plantea qué significa el castigo que menciona el Sagrado Corán para los impíos, en tanto el desvío o el error no tienen consistencia real. La existencia humana “es una prueba necesaria”, lo cual significa que si esa prueba no se completa en la existencia mundana, su última etapa será en el más allá, donde los actos malos se materializarán como castigo, pero solamente para obtener la recompensa divina. Dice un principio enseñado por el Profeta (BPDyC) “de Allah solo proviene el Bien” Y se define la recompensa divina como “la posibilidad marcada”, es decir predestinada desde siempre, antes de las acciones que la enlodaron, y también dice que los desventurados “serán bien guiados por Allah”.

Ahora bien, ¿de qué modo Al-Hadi se hace presente en el ser humano? La Guía de Allah se manifiesta en su Presencia que toma en el hombre la forma de la conciencia, del pensamiento que le inspira el bien. Sin embargo, al estar sometido a la prueba (como condición necesaria) el ser humano precisa despertar, revivir esa misma guía, a través del ejemplo excelente del Profeta (BPD), y particularmente, a través de un maestro.

Expresó Al-Gazali: “El viandante por la vía de la verdad debe tener un Murshid [guía espiritual] que lo eduque, para que lo dirija por la buena senda, y le quite las conductas condenables poniendo en su lugar las elogiables… Si tú admites que lo que se siembra necesita de quien lo cultive, sabrás también que es indispensable para el viandante, sin excepción, tener un Murshid.” También Al Gazali expresa: “Por cierto que el sendero del Din [de la Fe] es encubierto y difícil, pero los senderos de Satanás son muchos y están a la vista. Así es que el que no tuviera un Sheij que lo guíe, inevitablemente Satanás lo conducirá hacia su camino. El que pretende tener autonomía por sí mismo es como la planta o el árbol, que crece por sí mismo, por lo cual se secará pronto. Pero aún cuando perdurara un tiempo y tuviera hojas, nunca tendrá frutos. Así pues, la protección del aspirante a lo espiritual (al-murid) es su Sheij (maestro) por lo cual debe aferrarse a él.”

Es muy importante saber que la necesidad de maestros se funda en que existe una condición práctica de la vida espiritual, y no solamente una condición teórica. La condición práctica es el logro de la Fe, del carácter ético, del perfeccionamiento en su mayor grado posible. Pero esto no viene a través de los libros, porque la naturaleza del ser humano hace que él nunca se considere a sí mismo mal, más bien se busca justificaciones, y siempre se ve a sí mismo en un estado de relativa completitud, sin necesidad de variar en lo posible… De tal manera que si no hay nadie que le indique a esa persona cuál es el bien, y cuáles son sus propias falencias, para que las supere, y le aconseje, no habrá ninguna posibilidad de que esa persona se de cuenta por sí misma. Necesita que se le enseñe a reflexionar, a mirarse a sí mismo.

​​De allí que el Sagrado Corán también impone la imitación del Profeta (BPD) como modelo máximo del ser perfecto, diciendo: Y he aquí que tenéis en el Mensajero de Allah un ejemplo bello para todos aquellos que anhelen a Allah y el Día Final, y recuerden abundantemente a Allah (33:21). Y para esa imitación se necesita enseñanza, maestros.

El Mensajero de Allah (BPD) salió un día hacia donde se encontraban sus compañeros y los encontró recitando el Sagrado Corán, y aprendiendo de él, y entre lo que les dijo fue: “Yo por cierto fui enviado solamente como maestro” Y en otra ocasión dijo: “En verdad Allah no me envió obstaculizador, ni coercitivo, sino que me envió como maestro y facilitador” Y Mu`áuiah Ibn Al-Hákam expresó: “Nunca vi un maestro, ni antes ni después de él, de mejor enseñanza que la suya”

© Textos del Sheij Alí Al-Husainí recopilados por Aiman Fradkin y Hasan Gomez, editados por Bashir Gomez

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