Salat, ayuno y vigilia
Tres actividades en el Islam, salat, ayuno y vigilia tienen una identidad entre sí. El ayuno es una abstención de comida, de bebida y de goces sensuales, y también la corrección de la palabra, y la renovación de todos los aspectos del ser humano, desde los psíquicos o espirituales, hasta los físicos. La vigilia es también una abstención del dormir, y con ambas prácticas, al abstenernos de los goces sensibles y de dormir, estamos esforzándonos por desapegarnos, elevarnos, purificarnos.
Tenemos que perfeccionar los movimientos de la salat, porque dijo el Profeta: “No hagáis el suyud como el ave que picotea”. Pero más que el movimiento es la intención la que predomina.
Todo el Din o fe y práctica del Islam es intencional. La intención verifica el vínculo con Allah, exaltado sea, y si ella no existe no existe ese vínculo, y entonces todas las devociones estarán dirigidas a otra cosa, generalmente dirigidas al ego, a mantener una conducta aparente y realmente no creer en ella, sino querer aparentar no sólo ante los otros sino ante sí, querer demostrarse a sí mismo determinadas virtudes hipócritamente.
Pero para el ser humano lo más importante es la intención, el vínculo con Allah por el cual se alcanza el significado de la realidad. Y cada uno alcanzará un grado distinto de ese significado. La intención pura es el Sea divino. Allah dijo Sea, y ese Sea sigue vibrando en nosotros, es la intención, la Presencia divina, el vínculo con Allah. Y lo que hay que realizar es la purificación de la intención, por eso ayunamos.
La intención es el principio constitutivo de la persona humana, el hecho de que se tenga intencionalidad, sea buena, sea mala, constituye algo esencial en el hombre. La única manera que éste tiene de reconocerse a sí mismo y ser lo que es, es la intención, que precede al conocimiento, aunque forma parte de él. E inclusive una intención negativa, en tanto no llegue al plano de los hechos, es signo de la vida del alma, y como tal un medio de desarrollo de ésta. Lo que no se justifica es que se lleve a cabo una intención maligna, no que se la tenga. Tenerla es lo que distingue al hombre del animal y del ángel, es lo propio de él.
Conocimiento de la intención
La intención es el aspecto más dinámico del intelecto. Pertenece al plano intelectual puro, pero se manifiesta en la experiencia, en todo acto, sea mental o práctico, en el pensamiento sobre la realidad, en el conocimiento de sí mismo, y en forma crucial en la ética. Une todos los planos de la experiencia humana, al igual que la memoria, que en esto sigue a la intención, pero en un rol funcional, no constitutivo como el de la intención, sino conservador.
1º) La intención es permanente, nunca se ausenta, y como la imaginación constituye la vida misma del alma.
2º) Está presente en cada acto consciente, en la vigilia y en el sueño, y es respecto de las cosas espirituales como la luz respecto de las cosas naturales, que permite la existencia de estas últimas.
3º) Constituye el origen de cada acto consciente -a otros que no sean conscientes no se debe llamar de verdad “actos”-, de la vida mental o práctica, y justifica la existencia del acto estando presente en su inicio, pero no determina todo el proceso de su concreción.
4º) El resultado final de un acto puede ser diferente y aún lo contrario a la intención original. Está sujeto a las contingencias, sean éstas de orden mental (deseos, pensamientos, emociones), o sean de orden práctico. Por ello se habla de una intención original, pura o primera, y de una intención derivada o segunda. Es posible decir, entonces, que la intención “está a prueba”, que puede ser modificada por las contingencias, y que normalmente el proceso que ella genera sufre contradicción y crisis.
5º) La intención en sí misma es principio del ser, en cuanto precede a la existencia de los actos, y está más allá de que se la pueda determinar sólo gracias a ellos. Se encuentra más allá de la vida práctica, de las contingencias, y no aparece nunca como la causa inmediata de cada acto determinado, por lo que debe ser descubierta para que estos actos puedan ser verdaderamente calificados.
6º) Los actos automáticos simples, no deliberados, como asir algo en forma espontánea, o caminar, o respirar, etc., no se basan sobre una verdadera intención, la que no se basa en una mera repetición automática e inconsciente.
7º) La intención, que de por sí es intelectual, se renueva por la experiencia con el aumento del conocimiento.
Importancia de la salat, el ayuno y la vigilia
Entonces, ¿para qué sirve cumplir salat, para qué sirven el ayuno y la vigilia? Para purificar la intención, primero, porque es el sea divino y su Presencia, es el vínculo de Allah en nosotros. Segundo, para alcanzar con la intención pura el significado, y el significado es conocimiento, y al conocimiento y la práctica se llama sabiduría. Y cuanto más elevado sea el grado de sabiduría, más elevado será el grado de realidad de la persona, de la visión de la persona en este mundo, de la certidumbre, del conocimiento de las cosas sutiles, de la inspiración que Allah le da, del conocimiento del más allá, de la visión, y del poder de realizar.
Salat, ayuno y vigilia, son tres prácticas íntimamente vinculadas entre sí. La salat es simbolizada por el Profeta Muhammad (BPDyC) Ual Hámdu lil-Láhi Rábbil-’Alamín.
© Textos del Sheij Alí Al-Husainí recopilados por Aiman Fradkin y Hasan Gomez, editados por Bashir Gomez