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Uáriz Heredero de todo, Retornador *Ráy’u Retorno *Mu’íd Restaurador, Reintegrador *Yámi´ Reunidor, Congregador

Allah dice que Él es Heredero de todas las cosas: Por cierto que Nosotros damos la vida y damos la muerte, y Nosotros somos los Herederos [subsistentes a todo lo que existe] (15:23); por cierto que Nosotros heredaremos la tierra con quienes están en ella, y a Nosotros serán retornados (19:40) y a Allah pertenece la heredad de los cielos y de la tierra (3:180) En un sentido metafísico todo retorna a Allah (Ráy’u), todo se reintegra a Él y Él es el que las Restaura (Mu’íd), y Él es quien reúne y congrega a todos los entes (Yámi’)

Allah Exaltado llama “herencia” al Paraíso o logro espiritual máximo, porque es lo que Él asignó de Sí Mismo a los justos, cuando pactó con Satanás la prueba en nombre de los hombres. Dijo Moisés a su gente: “¡Perseverad en Allah y sed pacientes, porque por cierto que la tierra pertenece a Allah, Él la da en herencia a quien quiere de Sus siervos, y el buen fin será de los temerosos!” (7:128) La herencia del Paraíso, que es la Promesa, el bien del más allá por parte de los justos, es la Victoria divina. Por eso la herencia de la tierra es una época de paz y de justicia, la Restauración (Al-Qiiámah), la Victoria definitiva de Allah entre los hombres, sin ambigüedades: Sin duda que hemos registrado en los Salmos, después de la Persuasión [la Torá], que la tierra la heredarán Mis siervos justos (21:105); y deseamos agraciar a los que son sojuzgados en la tierra, y hacer de ellos conductores (imames), y hacer de ellos herederos, y establecerlos firmemente en la tierra (28:5)

Allah Exaltado es el Viviente que no muere, su herencia es Su Victoria a través de Sus siervos y en Sus siervos, la Promesa de que Allah dará la tierra a los siervos justos, no a una raza, ni a los de una religión, ni al “pueblo elegido”, sino a los justos de entre Sus siervos. 

La expresión “triunfo extraordinario”, o “victoria evidentísima” (fathon mubín) que implica el triunfo espiritual y el acceso a los planos superiores, es un tema reiterado por el Sagrado Corán: Para hacer ingresar a los creyentes y a las creyentes en Jardines debajo de los cuales corren los ríos, donde se perpetuarán, e indultarles sus maldades, siendo esto ante Allah un triunfo extraordinario (fathon mubín) (48:5)

Por corresponderle la herencia divina al Profeta (BPD), el más justo de los seres, es él quien deja en heredad a la humanidad las dos preciosidades: En Perlas esparcidas, una recopilación de hadices de las seis fuentes sunnitas, Záid Ibn Árqam expresa que el Mensajero de Allah (BPDyC) dijo: “Yo me anticipo a vosotros [en fallecer] y seguramente que iréis a mí para abrevar de mi fuente ¡Observad entonces cómo me sucedéis respecto de las dos preciosidades [que os dejo]!” Se le preguntó: “¿Cuáles son las dos preciosidades, Mensajero de Allah?” Respondió: “La mayor es la Escritura de Allah Poderoso y Majestuoso [el Sagrado Corán], un Cordel cuyo extremo está en Manos de Allah, y el otro extremo en vuestras manos ¡Aferraos a él que no pereceréis ni os desviaréis! Y la menor es mi Descendencia. Por cierto que ambas no se escindirán hasta que ambas vengan a abrevar de mi fuente. Yo he suplicado esto a mi Señor en favor de ellas ¡No prevalezcáis sobre ellas porque seríais aniquilados, ni pretendáis conocer más porque son más sabias que vosotros!” (T, III, pp. 378-379) 

Es imposible que un Profeta desaparezca de este mundo sin designar la autoridad sagrada que le siguiera: Jesús designó a Pedro, Moisés a Josué, Noé a Sem, y Adán a Set, con todos ellos sean la Bendición y la Paz. Del mismo modo, Muhámmad (BPD), el más completo de todos los Profetas, designó a Alí (P) como el más completo de todos los Ualí o herederos de un Profeta, de la sabiduría y de la autoridad espiritual. 

La designación pública de Alí (P) en Gadir Jum tuvo un antecedente particular cuando en cierta ocasión el Profeta (BPD) invitó a sus familiares a una comida que constituyó el primer anuncio público de su misión. Entonces los convocó a seguirlo, a adherir al Islam y ser sus compañeros fieles, por cuanto eran sus parientes inmediatos, de su clan y de su tribu. Su invitación fue rechazada por todos, quienes se rieron de ella. Pero un pequeño niño de apenas ocho años, quien había servido también como mensajero del Profeta (BPD) para invitar a la reunión, y que había seguido las indicaciones de su educador y Profeta de preparar para los invitados un agasajo, fue el único que se levantó aceptando la invitación al Islam y la misión de Muhámmad (BPD) Entonces, en un momento tan temprano de la prédica, el Profeta designó a Alí su hermano, albacea y sucesor. Esto demuestra que esa designación era por determinación divina, y no el resultado de los hechos históricos, sino que los antecedía en el tiempo. 

Por extensión la herencia divina, la Victoria de Allah, recaerá en el final de los tiempos en Al-Mahdí (P), el restaurador de la paz y la justicia.

Los Nombres que corresponden a la Herencia divina, que es el Triunfo, se complementan perfectamente con los que menciona en el final del ciclo, como Mu’id (Restaurador) y Yami’ (Congregador) e implican la aparición del Restaurador Esperado (Al Mahdi Al Muntazar). Y al respecto dijo el Profeta (BPDyC): “Si no restará del mundo más que un solo día, Allah lo alargaría hasta hacer surgir en él a un hombre de mi prosapia [o dijo ‘de la gente de mi Casa’], cuyo nombre coincidirá con el mío [Muhámmad],… que llenará la tierra de equidad y justicia, como estuvo antes repleta de injusticia y tiranía”

© Textos del Sheij Alí Al-Husainí recopilados por Aiman Fradkin y Hasan Gomez, editados por Bashir Gomez

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