1 de Ráyab
El quinto Imam Muhammad Ibn Ali Ibn Al-Husain recibió numerosos apodos, siendo el más usual de Al-Baqir (que le diera el mismo Profeta -BPD-, quien profetizó su naimiento y jerarquía en el conocimiento y su difusión, encargando incluso a uno de sus discípulos que lo sobreviviría que lo saludara en su nombre), que significa el enjundioso en la ciencia, aunque también se lo llamó el recordante (de Allah: Al-Dhakir), el agradecido (Al-Shákir), el guía (Al-Hádi), entre otros. Su patronímico fue Abu Ya‘far. El mismo Imam (P) narró ese encuentro con el gran discípulo del Profeta (BPDyC): “Visité en cierta oportunidad a Yábir Ibn Abdallah Al-Ansári, Allah esté complacido con él. Lo saludé y el devolvió el saludo. Me preguntó entonces: ¿Quién eres? (esto ocurrió cuando ya había perdido la vista, era muy anciano). Respondí: Muhammad Ibn Alí Ibn Al-Husain. Me dijo: Hijito, acércate. Me acerqué a él y besó mi mano, luego se inclinó y besó mis pies. Cuando me aparté de él me dijo: El Mensajero de Allah (BPDyC) te envía su saludo. ¿Cómo es esto, Yábir?, le pregunté. Me relató entonces: Cierto día me encontraba en su compañía (del Profeta) y me dijo: “Yábir, quizás vivas hasta encontrarte con uno de mis descendientes llamado Muhammad Ibn Alí Ibn Al-husain, al cual Allah concederá luz y sabiduría. Salúdalo entonces de mi parte”.
Nació el Imam Muhammad Al-Baqir (P) en el mes de Rayab, en Medina, el año 57 de la Hégira. Estuvo presente en Karbalá con su padre enfermo teniendo sólo cuatro años de edad lo que lo libró de la masacre.
El quinto Imam (P) inauguró los albores de una época en que los sucesores del Profeta (BPDyC) pudieron comunicarse más libremente con sus seguidores e instruirlos y formarlos en las ciencias de la fe. A tal punto es así que del V y VI Imames (P) es de quienes se conservan mayor cantidad de tradiciones. Esto se hizo posible tmbién gracias a la labor de difusión y enseñanza que, de manera disimulada, ejerció el cuarto Imam durante varias décadas.
Los buscadores de conocimiento, los ansiosos de beber de la fuente de la sabiduría profética, del árbol de la profecía que se perpetuaba en los Imames de la Casa, se dirigían en gran número a Medina a tomar contacto con el Imam en esos días, al punto que fueron numerosos los contemporáneos ilustres que estudiaron con él las ciencias islámicas. Abu Ya’far (P) transmitió tradiciones sobre los orígenes de la historia, relatos de los Profetas (P); historias de las campañas del Profeta (BPDyC) fueron escritas por sus discípulos bajo su autoridad. Los hombres de su época seguían las prácticas y costumbres (sunán) según sus enseñanzas y se atenían a sus explicaciones y directivas en lo atinente a los ritos de la peregrinación. Sus discípulos escribieron un comentario del Corán bajo su supervisión. Se refieren a él hadices de ambas escuelas del Islam (pues era de los tabi’ún, la segunda generación o seguidores).
Según algunas tradiciones el Imam Al-Baqir murió envenenado por Ualid Ibn Abdallah, sobrino de Hisham, el califa omeya, en el año 114 d.H (732 dC.)
Acostumbraba decir el Imam (P): “No hay una cosa que pueda ser mezclada con otra mejor que la clemencia mezclada con la sabiduría”. Y también: “La gente nos causa grandes problemas. Nosotros los apercibimos pero no nos responden. Si los abandonáramos no tendrían quien los guiara”. Y dijo: “¿Qué es lo que la gente aborrece en nosotros que somos la familia de la Casa de la Misericordia, el Arbol de la Profecía, la Fuente de la Sabiduría, aquellos a quienes frecuentan los ángeles y sobre quienes desciende la inspiración?”