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Ákbar Más Grande *Mutakabbir Grandioso, Enaltecido *Kabír Grandísimo

La palabra Ákbar tiene como raíz el significante kabura que es “crecer”, “acrecentarse”, y el término Ákbar es un superlativo, que se utiliza en conjunción con una partícula o con el artículo, y significa “más grande”, “superior”, etc. Cuando se usa para Allah, Ákbar, o Mutakabbir, o Kabír, no se refiere a dimensiones físicas, sino al significado de la Realidad divina. No es en comparación con otra cosa, entre dos cosas, sino que por Sí Mismo impone Su Grandeza. Mutakabbir es “el que se hace grande a sí mismo”, si se menciona de una persona alude a su soberbia y arrogancia, pero no es lo mismo cuando aplicamos el término “grandioso” al universo, por ejemplo, o a la naturaleza. Y en cuanto a Allah Exaltado, tiene el sentido de lo superior e inigualable, sin semejante, ni contrario: Di [Profeta], Él [Allah] es Uno y Único, es Absoluto, no procrea ni fue procreado, y no hay nada ni nadie a Él semejante (112:1-4).

Kabír, por su parte, es el intensivo de kabura, con el significado de Grandísimo. Dice el Sagrado Corán acerca de la Grandeza divina: No han dimensionado a Allah en Su justa dimensión (6:91), siendo que la idea de Allah es la medida del hombre mismo, su dimensión espiritual, pues según sea nuestra idea de Allah, seremos nosotros lo que somos realmente. Parafraseando a los filósofos “el hombre es la medida de su idea de sí mismo”, lo que para nosotros se funda en la idea que tiene de Allah. Expresó Alí (P): “Engrandece la idea de Allah en ti y se empequeñecerá el mundo”, lo que significa que la idea de Allah es lo más grande que puede alcanzar el ser humano. Dijo el Profeta (BPD): “Allah está en la opinión que su siervo tiene de Él”.  Y dijo: “Si quieres saber la categoría que tienes ante Allah, observa la categoría que Allah tiene en ti”. Y por fin: “No morirá sin duda ninguno de vosotros [los creyentes] antes de perfeccionar su opinión sobre Allah, Poderoso y Majestuoso”. Esto último significa que hasta el momento de la agonía el ser humano puede concebir una idea pura y elevada de Allah Exaltado, que lo salve del error.

En conclusión, no es posible conocerse a sí mismo más que conociendo a Allah Exaltado, como no es posible conocer de verdad una obra sin conocer a quién la pergeñó y realizó. Pero no es posible conocer a Allah más que en el sí mismo de uno, por lo cual no es posible conocerse a sí mismo sino en Allah y por Allah, y cuando conozco a Allah Exaltado, en esa medida me conozco a mí mismo. Y el método no es la mera razón, ni la imaginación simplemente, sino la intuición de la Presencia de Allah en uno mismo. Sólo se conoce a Allah por Allah y en Allah, exaltado sea Allah por encima de todas las cosas.

Alguien podría preguntar, cómo lo interrogaron al Imam Yafar As Sadiq (BP): “¿Cómo se conocerá el sí mismo del que da testimonio antes de su calificación [¿cómo es posible conocerme a mí mismo antes de captar mis cualidades?]?”. Respondió: “Lo conocerás y captarás su percepción [directamente, por intuición], y te conocerás a ti mismo gracias a Él, porque no podrás conocerte a ti mismo [sólo] por ti mismo. Y conocerás que lo que hay en Él [lo que es Él, sólo] a Él le pertenece y está en Él, como le preguntan a José [sus hermanos]: ‘¿Eres tú, sin duda, realmente José?’ Respondió: ‘¡Yo soy José y este es mi hermano [Benjamín]!’ (12:90), [les revela su realidad interior, su categoría espiritual], dando a conocer [a su hermano] en relación a él, y no por otro. No Le confirman [a Allah los hombres] por sí mismos con las imaginaciones de los corazones…” (T, VI, pp. 174-175)

Respecto del Profeta (BPD) dice el Sagrado Corán: “El Profeta es más preciado (‘ulu) para los creyentes que sus propias almas” (33:6), esto significa que nuestras almas por sí mismas nos pueden conducir al error, mientras que la práctica del Profeta (BPD) es infalible. La instauración de Ibrahim Al-Jalíl (BP) como Imam, y padre de los Profetas e Imames en la tierra, es un ejemplo de la primacía de los Profetas (P), cuando Allah dice: Por cierto que te instauro como Imam de la gente (2:124), de toda la humanidad. Preguntó Ibrahim (BP): “¿Y de mi descendencia?”, y Allah contestó: “No recibirán Mi pacto los inicuos”. Allah eligió y purificó a la descendencia de Abraham como Imames de la humanidad, Ualíes, principales y conductores. El versículo sobre la primacía del Profeta (BPD) ya mencionado, utiliza el verbo uália, del que deriva Uiláiah (primacía), lo que indica que esta solamente proviene a través del Profeta (BPD). Ningún alma puede tener vínculo íntimo con Allah si no es con lo preferible, lo superior, lo enaltecido, lo exaltado, el Profeta Muhámmad (BPD)

Narra una tradición del Profeta (BPD): “Vino un judío al Profeta (BPD) y expresó: ‘¡Muhammad! ¿Tú eres el que pretende ser Mensajero de Allah y que recibes Revelación como le fue revelado a Musa Ibn ‘Imrán (Moisés, P)?´. Contestó: ‘Si, yo soy el señor de los hijos de Adán, sin jactancia alguna. Yo soy el Sello de los Profetas, y el Imam (conductor) de los temerosos de Allah, y el Mensajero del Señor de los seres’ Dijo el judío: ’¡Muhammad! ¿Has venido para los árabes, para los no-árabes, o para nosotros los judíos?’ Contestó el Profeta (BPD): ‘Por cierto que soy el Mensajero de Allah para toda la gente’ Dijo el judío: ‘Te voy a preguntar sobre diez palabras que Allah dio a Musa (P) en el lugar bendito donde tuvo una confidencia con él [el Monte Sinaí], y que no conoce nadie, excepto un Profeta o un ángel próximo’ Respondió el Profeta (BPD): ‘Pregunta todo lo que te parezca’ Dijo el judío: ‘¡Muhammad! Infórmame sobre la palabras que Allah transmitió a Abraham (P) cuando construyó este Templo [de la sagrada Ká’bah]’ Contestó el Profeta (BPD): ‘Sí: Subhana Allah, Al-Hámdu lil-Láh, la Iláha illa Allah, Allahu Ákbar [Glorificado sea Allah, la Alabanza y las Gracias sean con Allah, no hay Divino excepto Allah, y Allah es el más Grande]’ Dijo el judío: ‘¿Por qué Abraham construyó la sagrada Ka’bah en forma cúbica?’ Y contestó el Profeta (BPD): ‘Porque las palabras son cuatro… ’ ‘¿Y por qué fue llamada sagrada Ka’bah (cubo)?’ Respondió el Profeta (BPD): ‘Porque está en el medio del mundo’ [el centro del mundo]”.

Y él (BPD) expresó sobre sí mismo: “He sido enviado como maestro”, y: “Yo soy el señor de los hijos de Adán el Día de la Resurrección, sin jactancia, y en mi mano estará el emblema de la Alabanza (al-Hamd), sin jactancia, y no habrá Profeta ese Día, de Adán en más, que no esté debajo de mi emblema. Y yo seré el primero a quien se le abrirá la tierra, sin jactancia, y yo seré el Primer Intercesor, y el primero al que le es respondida [la intercesión], sin jactancia”; y también: “Dijo el Mensajero de Allah (BPD): ‘Mi posición entre los Profetas es así: Un hombre ha construido un muro, lo ha terminado, salvo que faltaba una sola piedra. Yo soy esa piedra, después de mí no habrá más enviado ni profeta’”. Y en los Salmos figura: La piedra que los constructores desecharon en piedra angular se ha convertido (118, 22); y anunciando su venida dijo Jesús, el hijo de María (P) según dice el evangelio de Mateo: “Y Jesús les dice: ‘¿No habéis leído nunca en las Escrituras?: La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos. Por eso os digo: Se os quitará el Reino de Dios para dárselo a un pueblo que rinda sus frutos’” (21, 42-43), porque un Profeta puede hablar él mismo como si fuera otro, ya que la esencia profética es universal, y aparece bajo todos los aspectos de ellos. Y es claro en lo que dicen Jesus y Salomón (P) que aluden a Muhámmad (BPD) y al Islam.

En otra tradición dice que, cierta vez, Ibn Omar en compañía de otro compañero pidió a Aisha, una de las esposas del Profeta (BPD), lo siguiente: “Deja que te interroguemos por lo más maravilloso que tú contemplaste del Mensajero de Allah (BPD)” Ella lloró y respondió: “¡Todo en él era maravilloso! Cierta vez vino a verme (…) Después se prosternó y lloró hasta empapar la tierra. Por último [terminado el rezo] se acostó y lloró hasta cuando Bilal llamó a la oración de la mañana. Y Bilal le preguntó: `¡Mensajero de Allah! ¿Qué es lo que te hace llorar cuando Allah te ha perdonado toda falta que realizaste y lo que omitiste [lo pasado y lo futuro]?’. Respondió: `¡Pobre de ti, Bilal!, ¿Qué es lo que me impide llorar cuando Allah me ha revelado esta noche… [y recitó lo que le fue revelado]…”

© Textos del Sheij Alí Al-Husainí recopilados por Aiman Fradkin y Hasan Gomez, editados por Bashir Gomez

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